El Passat Variant es un turismo familiar muy agradable de conducir por su suspensión cómoda, buen tacto de dirección y correcto aislamiento acústico del habitáculo.
La suspensión logra una buena relación entre comodidad y estabilidad. Aunque es algo más dura que la de, por ejemplo, un Citroën C5 Tourer, filtra muy bien las irregularidades del asfalto y permite que los ocupantes viajen con gran confort. También evita que la carrocería tenga movimientos amplios en curvas o fuertes frenadas.
El habitáculo está muy bien insonorizado. Tanto el ruido de rodadura como el del motor se oyen muy poco. Volkswagen afirma que el Passat de 2011 tiene más material aislante y un parabrisas más grueso que el modelo precedente (más información), algo que no supone una ventaja definitiva porque aquel ya era silencioso.
La visibilidad es buena en todas direcciones. Los montantes del parabrisas no entorpecen mucho la visión del conductor. El conductor no ve dónde acaba la parte delantera de la carrocería, por lo que los sensores de ayuda al aparcamiento (opcionales) pueden resultar muy útiles. La forma de la carrocería en la zona trasera hace que sea mucho más sencillo, que en el caso del Passat de cuatro puertas, saber dónde termina.
Una característica destacable del Passat Variant, igual que en el Passat, es que necesita poco espacio para maniobrar, dado su tamaño exterior. En este sentido es mejor que un Citroën C5 Tourer o un Ford Mondeo Sportbreak.
Hay más información sobre las cualidades dinámicas del Passat en la prueba que hicimos de la variante de carrocería berlina (más información).
BlueMotion 1.6 TDI 105 CV
Hemos probado con detenimiento la versión de bajo consumo del Passat Variant, denominada «BlueMotion». Lleva el motor Diesel 1.6 TDI de 105 CV que no da mucha aceleración pero sí resulta suficiente en la mayoría de circunstancias del tráfico. De los coches de similar tamaño y potencia que hemos realizado mediciones, sólo el Ford Mondeo 1.6 TDCi 114 CV ECOnetic ha sido más lento (tabla comparativa).
Aunque no tiene un motor potente, con este coche se puede circular con relativa soltura siempre que se utilice con frecuencia el cambio de marchas. En sexta velocidad y a menos de unos 100 km/h, la sensación de «ahogo» del motor y de falta de repuesta al acelerador es apreciable. Basta con reducir una marcha, o dos en caso de que la pendiente sea muy pronunciada, para ganar velocidad.
Esa falta de respuesta en la marcha más larga se debe a que todas las versiones 1.6 TDI de 105 CV de la gama Passat tienen unos desarrollos largos en la sexta velocidad —57,6 km/h a 1000 rpm— para tratar que el consumo sea bajo a velocidad sostenida.
También hemos probado la versión 1.6 TDI BlueMotion Technology del Passat Berlina. Según nuestras mediciones, da unas prestaciones ligeramente mejores que el Passat Variant BlueMotion: es entre 0,3 y 0,9 segundos más rápido en todas las mediciones (tabla comparativa). En estas versiones, el Passat Variant pesa 48 kg más que el Passat Berlina —1548 frente a 1499 kg—.
Este motor vibra poco, es suave y silencioso en casi todas las circunstancias. Sólo se oye algo más al salir desde parado y produce algunas ligeras vibraciones al ralentí cuando está frío.
Gracias a su bajo consumo y a que tiene un depósito de 70 litros, es relativamente fácil superar los 1000 kilómetros entre repostajes con el Passat Variant.
En nuestro habitual recorrido de consumo, un trayecto de 143,3 km de ida vuelta por un autovía con fuertes desniveles, consumió 5,2 l/100 km a una velocidad media real de 120 km/h. Es un gasto de carburante muy bajo para un coche de su tamaño y peso.
En ese recorrido, un Passat Berlina BlueMotion Technology y un Jetta, ambos con el mismo motor de 105 CV, consumieron algo más (5,6 l/100 km) y ligeramente menos (5,1 l/100 km), respectivamente.
Un Passat Berlina con el motor 2.0 TDI de 140 CV gastó 6,1 l/100 km. Un Škoda Superb Combi con ese mismo motor de 140 CV se quedó en 5,7 l/100 km. También gastaron algo más modelos como el Ford Mondeo en su versión TDCi de 114 CV (ECOnetic) y el SEAT Exeo con un motor 2.0 TDI de 120 CV: 6,3 y 5,9 l/100 km. Todos estos datos de consumo están tomados en el mismo recorrido.
La unidad que hemos probado no ha frenado muy bien. Ha necesitado 55,3 metros para detenerse partiendo de 120 km/h. Hay varios turismos de tamaño parecido y peso al Passat Variant, de carrocería tanto berlina como familiar, que han frenado en menos de 53 metros. Pocas lo hacen en menos de 50 metros (tabla comparativa).
Uno de los motivos por los que nuestra unidad de pruebas ha podido no frenar demasiado bien es que llevaba unos neumáticos Continental ContiEcoContact 5, de medidas 205/55 R16 y de baja resistencia a la rodadura, que me han parecido que en este coche no dan mucha adherencia.
Las versiones BlueMotion y BlueMotion Technology del Passat llevan un sistema de parada y arranque automático del motor («Start/Stop») en las detenciones, de funcionamiento rápido y suave. En este último aspecto no llega a estar al nivel del que monta Peugeot en modelos como el 308 o el 508, pero tampoco llega a ser tan brusco como el que lleva algunos modelos de BMW, por ejemplo.
Hay un indicador de cambio marcha que recomienda en cada momento qué relación es la más adecuada desde el punto de vista del consumo. Así, por ejemplo, circulando a velocidad sostenida y a punta de gas indica que se inserte la sexta velocidad cuando apenas se ha llegado a 80 km/h. El tacto del cambio es muy bueno. Los recorridos son cortos y precisos, y todas las marchas entran con facilidad.
Se da la circunstancia de que nuestra unidad de pruebas tenía unos errores del velocímetro grandes. Por ejemplo, a 120 km/h, la velocidad real era 113 km/h. Los errores del ordenador de viaje, tanto en distancia como en consumo, eran pequeños (más información).