Volkswagen ha hecho con el Passat y el Passat CC lo mismo que Mercedes-Benz con el Clase E y el CLS: un coche con un diseño más atractivo —durante el tiempo que lo hemos tenido no he oído a nadie decir lo contrario— a costa de limitar el espacio interior y la funcionalidad.
La pérdida de espacio se da principalmente en la altura disponible en las plazas traseras. Una persona de hasta 1,75 m se puede sentir cómoda atrás, pero a partir de ahí, ocurren dos cosas: que la cabeza roza con el techo (sobre todo si se va sentado erguido) y que el reposacabezas queda demasiado bajo. En un Passat Berlina esto no ocurre
Que atrás haya dos asientos individuales (imagen) tiene la ventaja de que sus ocupantes van mejor sujetos que en una banqueta corrida. Entre los dos asientos hay una consola para depositar objetos cerrada por una persianilla enrollable (imagen).
Los dos asientos traseros pueden tener calefacción pero no ningún tipo de reglaje (ni eléctrico ni manual).
Las plazas delanteras son semejantes a las de un Passat Berlina de 2005 —se basa en éste, no en el modelo de 2011 (más información)—, aunque me ha dado la impresión de que el asiento va más bajo.
Independientemente de que sea cierto o no, entrar y salir de las plazas delanteras nos ha resultado incómodo a varias personas —de distinta talla y edad— que nos hemos subido a él porque la banqueta está baja, hay una distancia grande hasta el exterior y los resaltes laterales del asiento no facilitan el movimiento.
Los asientos delanteros tienen de serie regulación manual (excepto la inclinación del respaldo del conductor, que es eléctrica). La sujeción que proporcionan es muy buena y no son incómodos para viajar.
Opcionalmente hay regulación eléctrica para el todos los ajustes —altura, distancia al volante, inclinación del respaldo y de la banqueta—, con memoria para el del conductor. También hay un sistema de ventilación y calefacción para los asientos delanteros.
La instrumentación, los mandos de la climatización y el volante (hay tres diferentes) tienen un diseño distinto al de un Passat Berlina y Passat Variant. Nuestra unidad de pruebas tenía un volante con mandos para manejar un teléfono móvil, el equipo de sonido o las funciones que muestra la pantalla que hay en el cuadro de instrumentos —ordenador de viaje y diversas funciones del coche, como la apertura de puertas o la iluminación exterior cuando se abren o se cierran las puertas con el mando a distancia—. Es el mismo que lleva el Golf.
Los mandos de la climatización son los mismos que tiene el Škoda Superb y el Golf. El modo de funcionamiento automático tiene dos programas que se diferencian por el caudal de aire que impulsa el ventilador.
En general, todos los mandos están colocados visibles y al alcance de la mano. La excepción son los que se encuentran junto a la palanca de cambio, a la derecha de la misma, y que actúan sobre el sistema de control de pérdida de aire, la suspensión adaptable y la cortinilla trasera eléctrica (imagen). El primer y último elemento se utilizan poco por lo que no me parece un inconveniente que estén situados ahí.
Sí que me parece un error la colocación del mando de la suspensión: al no haber ningún testigo en el cuadro de instrumentos sobre el programa seleccionado («Normal», «Sport» o «Confort») es casi imposible ver qué texto está iluminado en la tecla.
En el salpicadero hay elementos decorativos en madera o aluminio pulido. Las bolsas de las puertas delanteras son más pequeñas que las de un Passat Berlina. De hecho en las del Passat CC apenas cabe tumbado un botellín de agua y en el otro hay espacio para colocar verticalmente una botella de 1,5 litros.
Con el techo panorámico de cristal se pierde el porta gafas que va en el plafón delantero de luces. Este techo ocupa casi todas las plazas delanteras —tiene una superficie de 0,84 m², 750 mm x 1.120 mm— y se puede levantar pero no abrir.
Puede llevar el navegador RNS 510 que tiene el Golf y estrenó el Tiguan. Incluye una pantalla táctil y disco duro y un sistema de ayuda al aparcamiento con cámara en la zona trasera —va oculta en el emblema de Volkswagen (imagen)— y unas guías que facilitan la maniobra. Este sistema cobra valor en un coche como el Passat CC, donde la visibilidad hacia atrás es muy reducida.
Maletero
El maletero tiene una capacidad de 532 litros, incluyendo el hueco destinado a la rueda de repuesto. Como en España todos las versiones llevan rueda de repuesto del mismo tamaño que las otras cuatro, el volumen del maletero queda reducido a 455 litros. Es una cifra claramente inferior a la del Passat Berlina (565 litros). El Passat CC sí tiene más maletero que un Renault Laguna Coupé o un Peugeot Coupé 407 (ficha comparativa).