El RAV4 es un modelo cómodo de suspensión, más que la mayoría. Los cambios que ha hecho Toyota han eliminado esa respuesta seca que tenía al pasar las ruedas por un bache o un resalto colocado que en asfalto para reducir la velocidad. También es un coche silencioso, más que un Honda CR-V pero sin llegar a alcanzar al Mitsubishi Outlander, que es uno de los mejores dentro de este tipo de coches.
Al menos con los neumáticos que llevaban las unidades que hemos probado (Yokohama Geolandar G91, con el marcaje M+S), el RAV4 es un modelo torpe si se trata de ir rápido por una carretera sinuosa porque el límite de adherencia aparece pronto y el control de estabilidad entra en funcionamiento constantemente; además, cuando lo hace no pasa inadvertido porque interrumpe el avance fluido del coche. Posiblemente, con unos neumáticos mejores para un uso por carretera, la conducción se vuelva más placentera en este tipo de vías. Quien prefiera un coche agil se sentirá mucho más a gusto con un Mazda CX-5.
Que los neumáticos no son los preferibles para un uso exclusivo por asfalto queda reflejado en los resultados que hemos obtenido en nuestra frenada desde 120 km/h hasta que el coche se detiene: las dos unidades del RAV4 que hemos probado han sido las que más distancia han necesitado. En el caso de la Diesel, ha necesitado 60,6 m frente a los 50,9 m de un Hyundai Tucson (que es el que mejor ha frenado de este tipo de coches; tabla comparativa).
La llegada del motor Diesel de dos litros de cilindrada y 143 CV de origen BMW le ha venido muy bien al RAV4. Con él, el consumo de combustible es siempre bajo y poco influenciable por el tipo de conducción. Es fácil que el ordenador de viaje indique cifras inferiores a 7 l/100 km. En nuestro recorrido comparativo —trayecto de autovía con constantes cambios de nivel, conducción suave y a una velocidad media real de 120 km/h— ha gastado 6,4 l/100 km. El CR-V de 160 CV gastó 6,7 l/100 km (tenía tracción total, el RAV4 delantera), el Outlander (150 CV y 4x4), 7,8 l/100 km y el CX-5 (150 CV y tracción delantera), 6,7 l/100 km. El Renault Kadjar de 131 CV gastó aún menos: 5,9 l/100 km.
Frente al RAV4 híbrido, el Diesel es preferible si lo más importante es el consumo. Hemos hecho varios recorridos con ambas versiones y para que el híbrido sea preferible, hay que hacer un uso estrictamente urbano. En esta entrada de uno de nuestros blogs, contamos con detalle esta prueba comparativa entre el RAV4 Diesel y el híbrido.
Las prestaciones que proporciona las considero suficientes para viajar y poder hacer adelantamientos (tabla comparativa de prestaciones). La parte negativa negativa de este motor está en el funcionamiento poco refinado que tiene comparado con el que tienen modelos como el CR-V, el CX-5 y el Nissan Qashqai.
El cambio de marchas se acciona con una palanca de recorridos más bien largos y tacto normal cuyo uso también es menos agradable que las del CX-5 y el CR-V, que son las mejores en este tipo de coches.