Plazas delanteras
Los asientos anteriores sujetan muy bien. Me parecen especialmente adecuados en un coche como el GT86, predispuesto a que las aceleraciones laterales sean grandes. Por cómo recogen el cuerpo, con unos resaltes laterales duros y cerrados a la altura de los hombros, recuerdan a baquets de competición. Si se es muy corpulento conviene probarlos porque pueden ser incómodos. Los asientos de la unidad que he probado iban tapizados en piel y Alcántara (es una opción), material que tiene tendencia acumular suciedad.
A pesar de que la carrocería es pequeña, la parte anterior del habitáculo está bien aprovechada y caben personas altas sin problemas. Dos aspectos claves para conseguir esto es que el techo no queda muy cerca y los asientos pueden ir muy retrasados. La anchura es lo suficiente para que el codo del conductor no tropiece con las puertas. En general, este modelo es mucho más amplio que un Mazda MX5.
El acceso al interior tiene los problemas que ofrecen los coches con el asiento colocado muy cerca del suelo —hay que agacharse más de lo normal e impulsarse más con las piernas para salir—aunque tampoco están tan bajos como, por ejemplo, los de un Lotus Elise. Aunque los asientos queden bajos, el hueco que deja la puerta es amplio.
Un vez dentro, entre que los asientos sujetan mucho y los pedales y el cambio de marchas quedan bien colocados, la posición de conducción es satisfactoria.
El interior me parece muy ordenado y aprovechado. Como dato curioso cabe señalar que el volante (imagen) no tiene ningún mando o botón y no se echan en falta, pues la mayor parte de los botones o mandos dispuestos en la consola quedan muy a mano y se alcanzan sin separar la espalda del asiento (siempre que se vaya sentado en una posición correcta, no demasiado retrasado).
Hay una opción que consiste en una pantalla táctil opcional en el salpicadero que da acceso a las funciones del teléfono, navegador y sistema de sonido. Por facilidad de manejo, esta pantalla me parece que está mucho mejor conseguida que la que probé en el Subaru BRZ, que tenía botones muy pequeños y de tacto poco agradable (imagen de la pantalla del Toyota e imagen de la pantalla del Subaru).
Plazas traseras
Aunque el Toyota GT86 tiene cuatro plazas, solo las dos delanteras son amplias y cómodas. Se pueden transportar tres pasajeros de forma puntual porque el asiento delantero del acompañante puede adelantarse mucho. De esta forma, dos personas de hasta 1,80 metros de altura caben, una detrás de otra, en los asientos de la derecha. El conductor no puede adelantar tanto su asiento con el acompañante (su posición está limitada por el volante). Por ese motivo, si por ejemplo el conductor mide unos 1,75 metros de estatura, no queda sitio atrás para que un posible ocupante pueda alojar las piernas. Las dos plazas traseras (imagen) tienen fijaciones isofix para sillitas infantiles.
Maletero y detalles de acabado
El maletero no es grande (243 litros) pero tiene formas regulares que hacen que su capacidad se pueda aprovechar con facilidad. Lo que normalmente no se puede hacer es introducir objetos grandes y de formas irregulares, pues el acceso se realiza a través de un hueco relativamente pequeño (imagen).
El maletero se puede ampliar si se abaten los respaldos de los asientos posteriores (imagen). No lleva rueda de repuesto, sino un kit de reparación de pinchazos (imagen). El piso del maletero tiende a calentarse (debido al escape) cuando el coche lleva rodando un tiempo (no puede determinar cuánto ni en qué condiciones porque solo lo advertí una vez después de haber conducido unas 3 horas seguidas por ciudad y carretera).
Como ya escribí cuando conduje el Subaru BRZ, el GT86 puede ser un modelo relativamente cómodo en ciudad —para ser un cupé— porque, como no es muy largo ni ancho, los extremos de la carrocería se controlan bien. Además, la visibilidad desde el punto de vista del conductor es satisfactoria en todas las direcciones. No es que se vea con claridad dónde están los extremos de la carrocería, pero es fácil hacerse una idea de sus proporciones. Solo se ve mal en tres cuartos traseros, pues la pieza de carrocería que separa la luna de las ventanillas posteriores molesta mucho, por ejemplo, al salir de aparcamientos en batería, y en general, en cualquier maniobra que requiera mirar en esa dirección.
Otra cosa que viene bien en todo caso pero sobre todo en una utilización cotidiana por la ciudad es que ni el paragolpes delantero ni la parte inferior de la carrocería va muy cerca del suelo, con lo que la probabilidad de rozar en bordillos al aparcar en batería o en rampas pronuncidas de aparcamientos no es grande.
Sobre el acabado interior me resulta difícil dar una opinión porque he visto detalles cuidados pero también otros de coche barato. La sensación que más persiste es que es un coche que, bajo un aspecto sencillo, da sensación de solidez y de que va a aguantar bien el paso del tiempo. El tacto de los plásticos y de los mandos me parece agradable. Los detalles de coche barato a los que me refiero son por ejemplo que había algún plástico desencajado (como el que rodea la columna de la dirección) o que en el maletero hay una serie de conexiones que quedan muy a la vista.