Hay tres niveles de equipamiento: GL, GLE y GLX. El equipamiento del nivel GL (el más bajo) incluye elementos como aire acondicionado, radio CD con Bluetooth (sencillo de conectar y con una buena calidad de emisión y recepción de la voz), control de estabilidad, retrovisores exteriores eléctricos y control de descenso de pendientes. El nivel GLE añade sobre el GL cosas como llantas de aluminio de 17 pulgadas, climatizador automático, cámara de visión trasera y programador de velocidad ativo. Por último, en el GLX son de serie faros de ledes (para cortas; las largas son de bombilla halógena. En general este sistema de iluminación nos ha dejado buena impresión), acceso y arranque sin llave, navegador y asientos con calefacción (ficha comparativa de los tres equipamientos).
En las versiones GLE con tracción total y GLX (con cualquier tipo de tracción) es de serie un sistema de frenada automática de emergencia que, mediante el uso de un radar para medir distancia con los objetos de enfrente, tiene la capacidad de avisar al conductor de un posible peligro (mediante una señal acústica y visual) o actuar sobre los frenos, bien para evitar o reducir las consecuencias de un golpe por alcance —Suzuki lo llama Radar Brake Support—. Las veces que ha funcionado durante la prueba ha sido por un buen motivo (pequeños despistes, que no hubieran acabado en accidente -o eso creo- pero el pitido del sistema ha servido para alertarme de que debería prestar más atención a la conducción).
También llevan de serie un programador de velocidad activo con los niveles de equipamiento GLE y GLX (los dos más altos). Lo he probado poco tiempo, pero con buenos resultados. Este sistema actúa sobre el acelerador y el freno para mantener una velocidad constante y una distancia de seguridad fija con el vehículo precedente, sea éste un coche o una moto. Como todos estos sistemas, siempre da prioridad a mantener la distancia sobre la velocidad y, por tanto, si quien va delante frena, el Vitara frenará para adecuarse a la nueva velocidad. Cuando se activa el intermitente y se circula por debajo de la velocidad fijada con el programador (porque delante hay un coche más lento que nosotros), el sistema interpreta que se quiere adelantar y comienza a ganar velocidad antes de habernos cambiado de carril.
El exterior y el habitáculo se pueden decorar con una serie de accesorios y molduras. Por ejemplo, para la carrocería se puede elegir entre 15 colores distintos (algunos de ellos en contraste con el techo) y hay dos paquetes de accesorios compuestos por distintas molduras que cambian la estética del vehículo (se llaman Urban y Rugged y cada uno cuesta 800 €). En el habitáculo se puede elegir el color de algunas molduras (en la galería de imágenes de interiores hay algunos ejemplos).