El Suzuki Splash es muy adecuado para circular por ciudad y carreteras de circunvalación. Esto es así porque tiene un diámetro de giro especialmente reducido (9,4 metros entre bordillos), porque tiene una buena visibilidad en todas las direcciones y porque el puesto de conducción va situado más alto de lo habitual. Además el motor es agradable de conducir y responde con rapidez ante cualquier movimento del acelerador.
La suspensión tiene buen compromiso entre estabilidad y comodidad. Al pasar por resaltos en ciudad no sacude a los ocupantes de manera violenta y filtra bien los baches. Además contiene bien los movimientos de balanceo y cabeceo de la carrocería. Circulando a un ritmo rápido por carreteras con muchas curvas tiene una buena adherencia, reacciones seguras y transmite confianza. Sobre firme ondulado, si se circula a una velocidad alta, me ha dado la impresión de que el eje posterior rebota mas de lo habitual, dando lugar a una sacudida incómoda para los pasajeros, aunque no afecta a la trayectoria del vehículo.
El Suzuki Splash no puede tener, ni de manera opcional, control de estabilidad, algo que sí pueden tener todas sus alternativas (ya sea de serie u opcionalmente).
El sistema de frenos está compuesto por discos ventilados en el eje delantero y tambores en el trasero. Tienen una buena resistencia al calentamiento por un uso intenso, pero no tienen una gran capacidad de deceleración. Así, en la prueba de frenada que hacemos habitualmente ha necesitado 58,4 metros. Un Ford B-MAX o un KIA Venga necesitan 53,2 y 53,4 metros, respectivamente (tabla comparativa).
1.0 65 CV
Es un motor atmosférico de tres cilindros, 1,0 litros de cilindrada y 65 CV de potencia. Tiene un funcionamiento agradable, aunque en algunas situaciones vibra apreciablemente —a ralentí y cuando gira al límite de revoluciones—. Hace que el coche salga bien desde parado y tiene fuerza suficiente para moverlo con agilidad en el tráfico urbano y vías de circunvalación. Fuera de la ciudad mantiene bien la velodidad máxima permitida cuando la carretera es llana, pero cuando se suben pendientes hay que recurrir al cambio para reducir una o dos marchas y así mantener la velocidad. En carreteras con un carril por sentido hay que anticiparse mucho a los adelantamientos porque no tiene potencia suficiente para realizar la maniobra en poco espacio.
He realizado la medición de aceleración de 80 a 120 km/h que hacemos habitualmente de dos maneras diferentes: en primer lugar apurando la segunda marcha hasta el límite de revoluciones (6500) y a continuación pasando a tercera, y en segundo lugar, haciendo toda la maniobra en tercera velocidad (saliendo a 4000 rpm). El resultado ha sido el mismo, por lo que es más cómodo realizar dicha aceleración en tercera, ahorrándonos un cambio de marcha. Según nuestras mediciones, en dicha maniobra, el Suzuki Splash de 65 caballos se sitúa entre los monovolúmenes mas lentos, si bien la mayor parte de los modelos que han pasado por km77.com son más potentes. El Chevrolet Spark de 68 caballos ha sido claramente más lento que el Suzuki Splash (tabla comparativa de prestaciones).
En nuestro recorrido de consumo habitual (trayecto por autovía con fuertes pendientes durante 143,3 kilómetros), a una media real de 120 km/h, el consumo medio ha sido de 7,7 l/100 km. Es un consumo inferior al que obtuvimos con el Ford B-MAX 1.0 EcoBoost de 120 CV (8,0 l/100 km) y superior al de un Honda Jazz Hybrid (6,5 l/100 km) o un KIA Venga 1.4 CRDi (6,4 l/100 km). Un KIA Picanto 1.0 consumió lo mismo (7,7 l/100 km). Conduciendo con suavidad por carreteras de circunvalación se pueden obtener consumos cercanos a los 6 l/100 km, según el ordenador de viaje.
Me ha parecido muy sensible al viento lateral y por ello hay que hacer frecuentes correcciones con el volante cuando se circula a cierta velocidad.