El Subaru Levorg es un vehículo sobrio en un mercado donde, cada vez más, los coches están llenos de brillos, botones, pantallas y luces que no sirven para iluminar sino para decorar. Por su sencillez, el Levorg recuerda claramente a otros modelos de Subaru (de hecho, comparte piezas con el Impreza WRX, como el salpicadero, la instrumentación o la consola central).
Los botones que tiene son generalmente grandes y se encuentran con facilidad. El tacto de los mismos es muy bueno, al igual que ocurre con la mayor parte de los materiales de recubrimiento. La atención por el detalle, si bien es buena, no se puede considerar excelente puesto que, por ejemplo, los fondos de las bolsas de las puertas no tienen material antideslizante. Otros detalles que faltan son luces de cortesía en la cara interior de las puertas (imagen) para ser vistos cuando éstas se abren en una vía sin iluminar. Esas y otras carencias (que veremos más adelante), contrastan con que hay cuatro tomas USB repartidas por el habitáculo: dos al alcance de los ocupantes de las plazas delanteras —imagen— y dos en las plazas posteriores —imagen—.
En un momento donde los coches cada vez tienen más cristal en el techo y menos en los laterales, Subaru sigue otro camino. Los montantes del techo son relativamente finos y eso ayuda a que la visibilidad sea buena —para los estándares actuales— en todas las direcciones y a que se controlen bien las esquinas de la carrocería. Otra característica que ayuda a ver bien es que la parte inferior de las ventanillas queda claramente por debajo de los hombros del conductor. De paso, también favorece a los conductores a los que no les gusta sentirse muy rodeados de chapa.
El puesto de conducción es el de una berlina clásica; se va sentado más cerca del suelo que, por ejemplo, en un Ford Mondeo. Los asientos delanteros pueden ser de dos tipos en función del nivel de equipamiento (estos son los de la versión tope, denominada Executive Plus). Ambos tienen un relleno de espuma que, a nuestro juicio, es acertado pues el cuerpo se amolda a ella sin hundirse en exceso. No tienen regulación lumbar y, aunque no la hemos echado en falta, habrá quien sí la necesite. Los reposacabezas se pueden inclinar más o menos para ajustar su distancia respecto a la cabeza de los ocupantes.
A varias personas les ha sorprendido la gran cantidad de botones dispuestos en el volante (imagen). A pesar de que hay muchos, hay algunos que se utilizan para dos cosas: por ejemplo, el de subir y bajar el volumen también sirve para elegir una de las emisoras presintonizadas. Esa duplicidad de funciones, en principio, lleva a la confusión.
La superficie de la pantalla táctil que hay en el centro del salpicadero (imagen) es de buena calidad ya que responde bien a las órdenes que se hacen sobre ella y apenas se queda impregnada con la grasa o suciedad de los dedos. El sistema multimedia se denominada «Starlink» y es el mismo que lleva el Outback. No se puede comparar con el que tienen, por ejemplo, Audi o BMW, en cantidad de detalles o flexibilidad a la hora de mostrar la información, pero cumple bien su cometido. Imagen con algunas de las funciones que se pueden controlar desde esta pantalla.
Según nuestras mediciones, las plazas posteriores del Subaru Levorg no son especialmente espaciosas. El espacio disponible es similar al de un Audi A4 o un Mercedes-Benz Clase C (con la salvedad de que este último ofrece unos pocos centímetros más de altura libre al techo). Un Ford Mondeo SportBreak es mucho mayor en todas las dimensiones. Los respaldos de los asientos posteriores se pueden reclinar desde sendas palancas ubicadas en los laterales del respaldo (imagen).
En la prolongación de la consola central no hay salidas de aire para los ocupantes de las plazas posteriores. Las ventanas tampoco pueden tener cortinas enrollables, pero al menos, los cristales están oscurecidos para aumentar la privacidad y reducir la entrada de luz (imagen).
El maletero, de 522 litros de capacidad, es idéntico al del Mazda 6, mayor que los del Volvo V60 —430 l— y BMW Serie 3 Touring —495 l—, y más pequeño que el del Škoda Octavia Combi —610 l—.
Tiene una profundidad de 98 centímetros hasta el respaldo de los asientos posteriores. Si estos se abaten (imagen de las posibles configuraciones), la superficie mínima de carga mínima es de 160 centímetros y llega a 2,0 metros si los asientos delanteros están completamente adelantados. No hay fijaciones en el techo para colocar una red verticalmente y así separar el espacio de carga del habitáculo.
Con cinco plazas, el maletero tiene esos 98 centímetros de profundidad, 107 de anchura y solo 42 de altura. Un Audi A4 Avant tiene 100 centímetros de profundidad, 100 cm de anchura y 48 cm de altura hasta la cortinilla. El maletero del Mercedes-Benz Clase C Estate tiene 97 cm de profundidad, 94 cm de anchura y 42 cm de altura. Un Volkswagen Passat Variant tiene 100 cm de profundidad, 112 cm de anchura y 55 cm de altura. El Ford Mondeo SportBreak 100 cm de profundidad, 113 cm de anchura y 45 cm de altura. Estas medidas son las mínimas en cada caso.
Por lo tanto, el maletero del Subaru es de los que tienen menos altura libre hasta la cortinilla y eso puede ser un inconveniente a la hora de transportar objetos altos. Si no tiene más altura hasta la cortinilla, es a causa de los generosos cajones que hay bajo su piso (imagen). Estos compartimentos tienen 33 y 7 l de capacidad. En ellos hay alguna herramienta, un kit de reparación de pinchazos y sobra sitio para otros objetos.
En los laterales del maletero hay argollas para fijar la carga y un mando para abatir el respaldo de los asientos posteriores (imagen). La cortinilla que cubre el maletero es sencilla y no tiene dos posiciones de abertura como, por ejemplo, tiene un Audi A4, ni se abre de forma automática al abrir el portón.