Este prototipo es una evolución del XAV-ADVENTURE (que fue presentado en 2015), al que supera en longitud y en capacidad para transportar pasajeros (siete en lugar de cinco). Según SsangYong, su diseño es parecido al que lucirán los futuros todoterrenos de la marca y está inspirado en «el Korando de los años noventa», aunque no deja claro si se trata de la primera generación, que se comercializó entre 1983 y 1996, o de la segunda, de 1996 a 2002. Las siglas de su nombre son un acrónimo de «eXciting Authentic Vehicle Long» (auténtico vehículo emocionante largo).
Su carrocería mide 4,63 m de longitud, 1,64 m de altura y 1,87 m de anchura, por lo que sus dimensiones son parecidas a las de un Nissan X-Trail o un Toyota RAV4. La distancia entre ejes es de 2,78 m, mayor que la de los dos modelos citados.
El modelo de producción que de este prototipo devenga podrá disponer de dos diferentes motores, uno Diesel de 1,6 litros de cilindrada y uno de gasolina de 1,5 litros. La tracción es a las ruedas delanteras y la transmisión puede ser automática o manual. Ssangyong estrena sendos elementos de seguridad novedosos en el XAVL: un airbag en la parte frontal para proteger a los peatones en caso de atropello y un airbag interior colocado entre los pasajeros de las plazas delanteras. También está equipado con airbag de rodilla para el conductor.
Otros elementos de seguridad comunes a muchos coches actuales son el servofreno de emergencia con detección de obstáculos, la alerta por cambio de carril involuntario con asistente de mantenimiento de carril, sistema de iluminación adaptativo, Detección de objetos en ángulo muerto y detección de tráfico cruzado al dar marcha atrás. Dispone, asimismo, de asistente de aparcamiento y de un sistema multimedia que se opera a través de una pantalla de 10,25 pulgadas, así como de otra pantalla en el techo para las plazas traseras. Hay un servicio de wifi para los pasajeros. Elementos como el sistema de navegación, la climatización o el equipo de entretenimiento se pueden controlar remotamente desde un dispositivo móvil (o, desde el mismo interfaz, se pueden controlar los sistemas domésticos de la casa que dispongan de conexión a internet).