Si hay algo por lo cual el Superb me ha llamado especialmente la atención es por su impresionante espacio para las piernas en las plazas traseras. Nuestras mediciones confirman que es el coche de su categoría más amplio en este apartado (entre los medidos hasta la fecha en km77.com), y supera incluso a coches de tamaño superior, como el BMW Serie 7 y el Mercedes Clase S.
Sin embargo, el habitáculo no está al mismo nivel en anchura. Es igual de ancho que otros modelos más pequeños de tamaño como el BMW Serie 3 o el Peugeot 406 (ambos con 138 cm de anchura detrás). La altura libre hasta el techo está en la línea de otras berlinas similares y permite acomodar sin problemas a personas de estatura elevada. No es, por lo tanto, la berlina de su tamaño más indicada para viajar con cinco personas en su interior, aunque todas las plazas están bien acondicionadas con cinturones de seguridad de tres puntos y reposacabeza. Además, el pasajero central trasero se encuentra entre los pies con un prominente abultamiento en el suelo.
El maletero (462 litros) es más pequeño que el de otras berlinas como el Peugeot 607 (481 l), el Volkswagen Passat (475 l), el nuevo Mercedes Clase E (540 l) o el Audi A6 (551 l). Es profundo y suficientemente alto, pero la anchura está reducida por los pasos de rueda. En cualquier caso, es un maletero aprovechable por sus formas. Bajo el piso se encuentra una rueda de repuesto de buen tamaño en todas las versiones del Superb.
He tenido ocasión de «jugar» con el denominado CargoFlex. El sistema está fabricado en plástico, es ingenioso y parece muy práctico, sobre todo si tenemos que llevar botellas o elementos habituales de la compra y no queremos que se esparzan por todo el maletero. Se pliega y repliega en un instante y con facilidad; desliza por el suelo para poder cargarlo cómodamente y luego se puede desplazar hasta el fondo para dejar más espacio útil de carga en el maletero. Su único pequeño inconveniente es que resta unos 10 cm de profundidad al maletero.
En calidad de acabado, me parece que se encuentra a un nivel impensable hace sólo unos años en un coche fabricado en la República Checa. El nuevo Škoda no sólo tiene buena imagen, también un buen ajuste y calidad de terminación; por materiales interiores se encuentra en la línea de un Volkswagen Passat.
Los plásticos utilizados en la parte superior del salpicadero y las puertas son mullidos y tienen un excelente tacto. El plástico de la consola central es duro, pero está pintado y tiene agradable tacto a goma, al igual que otros elementos como tiradores de las puertas, ceniceros o guanteras. Muchos de los mandos interiores son los mismos que utiliza el Passat: elevalunas y retrovisores eléctricos, de conexión de luces, de apertura de maletero y tapa del depósito de combustible. También comparte con el resto de modelos de Volkswagen, Audi y Seat, elementos como el navegador (opcional) o el climatizador automático (Climatronic). Creo que no está tampoco al nivel de un Audi A6, un BMW Serie 5, un Mercedes Clase E o un Volvo S80 en calidad de materiales y terminación de los guarnecidos.