He probado el Rapid con el motor Diesel de 105 CV con cambio de marchas manual y, brevemente, el gasolina de 122 CV con cambio automático.
El Škoda Rapid con el motor de gasolina ofrece un funcionamiento mucho más suave y refinado. Con el Diesel de 105 caballos me ha parecido más ruidoso y áspero que otros coches del Grupo Volkswagen que también llevan este motor en la actualidad (por ejemplo un Volkswagen Golf, un Volkswagen Passat o un SEAT Ibiza). La aspereza es la tónica general de funcionamiento, especialmente a baja velocidad. Yendo más deprisa, por ejemplo en un desplazamiento por autovía a velocidades legales, la sensación es que se gana en silencio y suavidad. No entro a valorar si el funcionamiento de este motor puede ser molesto o no (a mí no me lo parece especialmente) porque depende de lo que cada uno espere, pero el contraste con el Rapid 1.4 TSI 122 CV es muy grande.
El motor 1.4 TSI de 122 CV da tan buen resultado en este Škoda como en otros coches del Grupo Volkswagen donde lo he probado. Es un motor que, además de silencioso, ofrece una respuesta sobresaliente a casi cualquier régimen. Eso se traduce en que no es necesario llevarlo a un régimen alto para obtener una aceleración importante; en consecuencia, es un motor fácil de aprovechar. Su consumo es moderado si se conduce sin grandes cambios de ritmo y a velocidades más o menos legales.
Sin embargo, si se busca un coste por kilómetro muy bajo, no cabe duda que es mejor elegir el Diesel. El consumo medio que he medido durante los 1400 km que he conducido este modelo, ha sido 5,9 l/100 km. La mayor parte de estos kilómetros han sido fuera de la ciudad, en ocasiones a un ritmo rápido. Podría haber gastado menos si hubiera conducido con algo de cuidado. En todo caso, me queda la sensación de que es un coche con el que es muy fácil obtener consumo bajos y que hay que practicar una conducción muy descuidada para que el consumo se eleve apreciablemente.
En nuestro habitual recorrido donde medimos el consumo para poder compararlo con el de otros coches (es un recorrido de 143,3 kilómetros por una autovía y buscando una media real de 120 km/h), el gasto real fue 5,1 l/100 km. De este modo, el Škoda Rapid se sitúa como uno de los coches más económicos que han pasado por km77.com. Hasta el momento, el único que ha mejorado el registro de este Rapid ha sido el Peugeot 208 3p Blue Lion (es una versión que ya no está a la venta), que en el mismo recorrido consumió 5,0 l/100 km. El Škoda Octavia con el mismo motor, pero con caja de cambios automática de siete velocidades, consumió ligeramente más (5,3 l/100 km) y un Volkswagen Golf con el mismo motor gastó 5,9 l/100 km.
Al menos en nuestra unidad de pruebas, el ordenador de viaje indicaba un 4% menos que el consumo real (los datos de consumo ofrecidos en el párrafo anterior ya están corregidos según esta desviación). Según la ficha técnica, el depósito es de 55 litros de capacidad, aunque en realidad quizá pueda entrar algo más de gasolina. Yo introduje 52,88 litros cuando la autonomía (según el ordenador) todavía era de 220 kilómetros. En la boca del depósito hay una válvula que sirve para expulsar los gases del mismo y así poder llenarlo con más facilidad.
La capacidad de aceleración es buena para la potencia disponible. Por lo tanto y, según se puede ver en las tablas comparativas de prestaciones, este modelo queda incluso por encima de varios de mayor potencia. Quizá la capacidad de aceleración sea buena porque el peso es bajo. El Rapid 1.6 TDI de 105 caballos de potencia pesa 1254 kg, que es mucho menos que la mayor parte de sus rivales (aquí hay algunos ejemplos).
El Škoda Rapid se puede elegir con la suspensión de serie y con otra preparada para circular por carreteras en mal estado (que además aumenta la capacidad de carga de 535 kilos a 580 kg y es incompatible con las llantas de 16 y 17 pulgadas de diámetro). La unidad que hemos probado tenía la suspensión de serie y las ruedas de medidas 215/45 R16 que son las que vienen si se opta por el nivel de equipamiento «Elegance» y son opcionales en el resto. Las ruedas de las versiones más bajas de la gama son 185/60 R15.
El Škoda Rapid con esta configuración (no he podido probarlo con las 185/60 R15 que trae de serie) me parece que da un resultado corriente por agilidad de reacciones, precisión de trayectoria y confort de suspensión. Es un coche que permite viajes seguros, que responde bien a los movimientos del volante, pero no me parece que ofrezca nada especial frente a la competencia.
Un Škoda Octavia tiene una suspensión mejor puesta a punto. El Rapid no trata con tanto cuidado a los ocupantes (pues las irregularidades llegan con más nitidez al interior; tiene una suspensión más seca) y además ofrece una dirección más precisa cuando se conduce a ritmo elevado.