Su aceleración máxima es semejante a la de coches como el MG ZR (160 CV declarados, en realidad menos), Fiat Punto HGT (130 CV), Opel Corsa GSI (125 CV) y Peugeot 206 GTI (135 CV).
Sin embargo, no ha sido más rápido en nuestra medición de adelantamiento que el Audi A3 con el mismo motor. El Ibiza es el coche que menos pesa entre los que tienen este motor (1.192 kg), pero el A3 sólo pesa 8 kg más.
Es muy posible que nuestra unidad de pruebas estuviera por encima de las cifras oficiales de potencia, a tenor de los datos que hemos obtenido de velocidad máxima, que corresponde a la de un coche de unos 140 CV. Nuestra unidad de pruebas llegaba a 210 km/h tanto en quinta velocidad (a 4.175 rpm), como en sexta (a 3.500 rpm). El A3, con una sexta más corta, tiene mejores recuperaciones y más velocidad punta (la resistencia aerodinámica es semejante: 0,63 m² el Ibiza, 0,67 el A3).
El motor es particularmente elástico. Es todo energía a partir de tan sólo 1.400 rpm y hasta unas 4.000 rpm. Sube de vueltas con facilidad y da mucha sensación de empuje. Aunque es capaz de llegar a 4.900 rpm, no me parece aconsejable para nada pasar de unas 4.200 rpm.
Con el coche cargado y el aire acondicionado puesto, es capaz de arrancar con fuerza y sin necesidad de hacer resbalar el embrague. Para merecer una nota de 10, le falta ser más suave y menos ruidoso, sobre todo en las tres primeras marchas. A más velocidad, el ruido del motor pasa más desapercibido porque lo esconde el aerodinámico y el de rodadura. En cualquier caso, no es un coche ruidoso a alta velocidad.
La caja de seis velocidades tiene un manejo suave, preciso y rápido. Los desarrollos son largos en todo caso, y especialmente en sexta: 59,9 km/h cada 1.000 rpm. Incluso con esta sexta, a partir de 100 km/h es capaz de afrontar casi todos los desniveles que nos podemos encontrar en autovía. Si la carretera no es de primer orden, o el tráfico obliga variar frecuentemente la velocidad de marcha, me ha parecido mejor utilizar la quinta velocidad, puesto que las reacciones a las solicitudes del acelerador son más rápidas.
El consumo es muy bajo teniendo en cuenta los elevados ritmos que puede mantener. En una conducción mixta por carretera de montaña (apurando constantemente las velocidades), autovía (manteniendo un crucero muy alto) y algo de ciudad, ha gastado 8,4 litros cada 100 km. En un recorrido por autovía, con un 10 % de ciudad y cuatro personas, siempre a un crucero mayor a 140 km/h ha gastado 6,3 litros cada 100 km.
El velocímetro tiene un error siempre menor a un 3% por exceso. El cuentakilómetros tiene un 1,7 % de error por defecto. El indicador de consumo medio del ordenador de viaje también es preciso; mide entre 0,1 y 0,2 l/100 km menos. Como información adicional, el Ibiza 1.9 TDi Sport 130 CV tiene indicadores de la temperatura del aceite y de la carga de la batería.