El Rolls-Royce Ghost Series II (modelo 2014) es una actualización de la estética, el equipamiento y de algunos de los componentes mecánicos del Ghost de 2010. El único motor con el que está disponible no cambia: es de gasolina, tiene doce cilindros colocados en V, inyección directa, sobrealimentación mediante dos turbocompresores, 6,6 litros de cilindrada y 571 CV. Hay dos carrocerías disponibles, una que mide 5,40 metros de longitud (carrocería corta) y otra de 5,57 metros (carrocería larga). Por el momento no hay precios ni fecha concreta de puesta a la venta. El Ghost al que sustituye tiene un precio de 304 352 € con la carrocería corta y 350 642 € con la larga (precio y equipamiento del Ghost modelo 2010).
Por tamaño y precio, el Ghost Series II se sitúa por debajo del Phantom en la gama de berlinas de Rolls-Royce. No obstante, es una de las berlinas de mayor longitud actualmente a la venta en España. La versión de carrocería larga de un Audi A8 mide 5,27 metros, la de un BMW Serie 7 mide 5,22 metros y la de un Mercedes-Benz Clase S 5,25 metros. Un Maserati Quattroporte y un Porsche Panamera Executive también son más cortos (5,26 y 5,17 metros respectivamente).
Las prestaciones no han variado con respecto al Ghost de 2010. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 4,9 s (5,0 s con la carrocería larga) y alcanzar 250 km/h de velocidad máxima (limitada electrónicamente). Curiosamente, el consumo medio de carburante ha subido. Así, el Ghost de 2010 consume una media de 13,6 l/100 km, mientras que el de 2014 consume 14,0 l/100 km (13,7 y 14,1 l/100 km con las respectivas carrocerías largas; ficha técnica comparativa). Del Ghost de 2010 hay una versión llamada V-Specification con 601 CV (ficha técnica). Por el momento no hay información sobre si ocurrirá algo similar con el Ghost Series II.
Las formas de los faros del Ghost de 2014, de la parrilla y del parachoques delantero son nuevas. Las tomas de aire frontales son más grandes y dejan pasar más aire para la refrigeración de los frenos. Hay unas nuevas llantas opcionales de 21 pulgadas de diámetro (las de serie son de 19) y el tapón del depósito de carburante puede ser de acero inoxidable e ir grabado con el monograma de la marca (imagen).
El diseño de los asientos, delanteros y traseros, es diferente. Los traseros tienen de serie un sistema de calefacción regulable en tres niveles de intensidad y un respaldo reclinable. En opción de da la posibilidad de incorporar la función de masaje.
Hay un paquete opcional llamado Dynamic Driving Package que supone un diseño distinto de las columnas de la suspensión delantera y trasera y del sistema de dirección para incrementar la estabilidad en curva. Con este paquete el aro del volante es además más grueso. Todos los Rolls-Royce Ghost Series II tienen unos nuevos cojinetes hidráulicos en el eje trasero. También tienen una caja de cambios automática de ocho velocidades que utiliza los datos recogidos por el sistema GPS como un elemento más de información para decidir que marcha engranar en cada momento. Tiene en cuenta las diferencias en elevación del terreno, las curvas y el tipo de conducción.
Hay un nuevo sistema multimedia que incluye, entre otras cosas, la posibilidad de crear una red de internet inalámbrica dentro del coche. Para el control de este sistema hay dos mandos giratorios (con botones a su alrededor), uno entre los asientos delanteros (imagen) y otro en el reposabrazos de los asientos traseros (imagen). Este mando giratorio tiene una superficie táctil sobre la que se pueden escribir letras o números. También permite usar dos dedos para, al acercarlos o alejarlos, variar por ejemplo el zoom del mapa del sistema de navegación (como se hace en los teléfono móviles inteligentes o smartphones).
Por otro lado, se ha mejorado el sistema de reconocimiento de órdenes vocales, que ahora admite comandos más complejos. Por ejemplo, para indicar un destino se puede decir «Ir a la Puerta del Sol en Madrid» y para llamar a una persona basta con decir «llamar a Pedro González» (siempre que este nombre esté así registrado en el listín telefónico del terminal móvil).
El sistema de iluminación frontal utiliza diodos luminosos para las funciones de largo y corto alcance. La luz de estos diodos luminosos se proyecta sobre la carretera a través de unos reflectores que tienen cierta capacidad de movimiento. Esta movilidad permite adaptar el haz de luz a diferentes situaciones, por ejemplo, al tomar una curva, para iluminar la parte interior de la misma, o al cruzarse con otros usuarios de la vía, para no deslumbrarlos mantenido la máxima capacidad de alumbrado posible.