El interior del Renault 5 E-Tech puede ser colorido y llamativo (imagen) o discreto y moderado (imagen), según cómo lo configuremos. En todo caso, el diseño es moderno y la sensación de calidad que transmite el tacto de los materiales (muchos de ellos reciclados) y las uniones entre piezas es muy buena. El MINI Cooper eléctrico de 3 puertas es mejor en este sentido, pero a cambio tiene un precio muy superior al del Renault 5; el resto de alternativas (listado), por lo general, tienen un interior menos cuidado y con menos atención por el detalle.
La zona central del salpicadero está ligeramente orientada hacia el conductor, por lo que algunos mandos como los del climatizador (físicos) quedan más a mano (imagen). La instrumentación se ve siempre en una pantalla, que puede ser de 7 (evolution) o de 10 pulgadas (techo e iconic Cinq). En este último caso la distribución y los gráficos se pueden cambiar utilizando las cinco visualizaciones disponibles (aquí se ven cuatro de ellas). Tanto la resolución de la misma como la visibilidad son muy buenas, pero las transiciones entre las distintas pantallas están adornadas con unas animaciones que no aportan nada y que pueden llegar a impacientar.
El sistema multimedia tiene un funcionamiento soberbio y siempre consta de una pantalla táctil de 10 pulgadas situada en lo alto del salpicadero (imagen). Utiliza el sistema operativo Android Automotive, como en otros modelos más o menos recientes de Renault, si bien aquí tiene un formato panorámico en vez de vertical. Es compatible con Android Auto y Apple CarPlay sin cables e incluye un útil planificador de rutas que tiene en cuenta la evolución de los datos del vehículo (consumo y autonomía), la ubicación de los puntos de recarga (con potencia y ocupación en muchos de ellos) y la temperatura exterior (para hacer estimaciones en las variaciones de la autonomía). Además, el sistema permite al usuario definir el nivel mínimo y máximo de carga en cada parada o destino. Su manejo es intuitivo y enseguida uno sabe encontrar lo que busca.
Además, como el ecosistema es de Google, tanto los menús como muchas de las aplicaciones que incluye son muy parecidos a los que están presentes en la mayoría de teléfonos móviles actuales, con la consiguiente ventaja de cara a su manejo. También ayuda a ello la rapidez con la que se mueven los menús y cargan las aplicaciones, que de nuevo es muy elevada. Un sistema multimedia que supone una referencia, no solo entre los vehículos pequeños, sino entre muchos que son más grandes, caros y sofisticados.
Tras el volante hay muchas palancas, una a la izquierda (intermitentes) y tres a la derecha (selector del cambio, limpiaparabrisas y manejo de audio). No se ve muy estético y, como en otros modelos de la marca que tienen la misma configuración (todos los más modernos), al principio es fácil confundirse, sobre todo al hacer maniobras. Pasado un tiempo prudencial y habituados a la ubicación de cada una de ellas, la situación mejora hasta el punto de resultar incluso agradable (al fin y al cabo está todo a muy mano). La palanca del selector del cambio puede personalizarse fácilmente con unas cubiertas extraíbles (imagen).
Esas cubiertas extraíbles forman parte del un catálogo de 104 accesorios que Renault ha diseñado en específico para el 5 E-Tech (posiblemente se amplíe con el paso del tiempo). Algunos sirven para personalizar el interior y otros para incrementar su funcionalidad, como un cesto de mimbre estrecho y alargado que se sujeta en la consola central y que está pensado para llevar baguettes. Algunos de estos accesorios están fabricados con tecnología de impresión 3D.
Sentado tras el volante, una de las cosas que más llama la atención es que el salpicadero queda muy arriba, que el parabrisas tiene poca altura y de que los pilares delanteros obstruyen una parte importante de la visión hacia los lados. El Fiat 500e es aún peor en este sentido, pero en el Renault 5 E-Tech también se echa una mejor visibilidad hacia el exterior. Afortunadamente, la cámara trasera de ayuda al estacionamiento (imagen) y los sensores de proximidad ayudan mucho a la hora de maniobrar en espacios pequeños o con poca visibilidad. Los asientos tienen un diseño que recuerda al de los Renault 5 y Supercinco originales (imagen). También son parecidos por el mullido que tienen, blando y confortable (como ocurría en la mayoría de Renault de los 70, 80 y 90), aunque lógicamente tienen muchos más ajustes, entre otros, en altura y del apoyo lumbar (eléctrico este último). Además, los laterales son bastante abultados y sujetan bien el cuerpo, lo cual se agradece a la hora de circular por carreteras de curvas (y no necesariamente rápido). El asiento del acompañante incluye anclajes ISOFIX.
Debajo de la pantalla central hay mandos mecánicos para el manejo del climatizador, lo cual nos parece todo un acierto desde el punto de vista de la ergonomía, y toda la zona de la consola que queda entre los pasajeros delanteros está llena de huecos, la mayor parte con un fondo de goma (imagen). Uno de ellos sirve para cargar por inducción un teléfono móvil. El reposabrazos tiene una tapa abatible, pero no se puede regular en extensión (imagen).
Espacio para los pasajeros y maletero
Las plazas posteriores no son amplias, pero están dentro de lo aceptable en un vehículo que mide menos de cuatro metros de longitud. Dos adultos de talla media, de en torno a 1,80 metros de estatura, entran con un confort razonable detrás de otras dos de la misma estatura. De acuerdo con nuestras mediciones, hay tres centímetros menos de espacio para las piernas que en un Renault Clio, dos menos de anchura entre puertas y también dos menos de distancia al techo. Una persona de 1,85 metros no podrá estirarse completamente, pero tampoco irá incómodamente encogido.
Los ocupantes de esta fila cuentan con pocos lujos: unas bolsas en los respaldos de los asientos delanteros, un suelo plano y un par de puntos de iluminación en el techo. No hay salidas de aire en el centro, tomas USB, un reposabrazos central ni unos asideros en el techo. Los anclajes ISOFIX de las plazas laterales quedan a la vista y son muy accesibles.
El volumen del maletero es de 277 litros, de los cuales 27 corresponden a un hueco que hay debajo del piso pensado para guardar los cables de recarga (imagen). Un Renault Clio E-Tech tiene 254 litros y un Peugeot e-208, 265 litros. El maletero del Renault ZOE, otro eléctrico de Renault de pequeño tamaño pero que ya no está a la venta, es considerablemente más grande (338 litros; también tiene una carrocería es 17 cm más larga), mientras que el de un MINI Cooper eléctrico es sensiblemente más pequeño (210 litros).
Las formas del espacio de carga son regulares y parecer sencillo aprovechar todo el espacio disponible (imagen). Hay un punto de luz en la pared de la izquierda y ganchos para colgar bolsas a ambos lados. Si se precisa de más espacio existe la posibilidad de abatir los respaldos, que están divididos en dos porciones (60 y 40 %). Cuando estos están tumbados, queda un escalón considerable con el piso del maletero (imagen).
El portón tiene accionamiento manual, como es normal en el segmento del Renault 5 E-Tech, y no hay previsto posibilidad de que sea eléctrico. El plástico de recubrimiento de la cara interna del portón de las versiones pre-serie que condujimos durante la presentación del modelo se rayaba con la uña, sin apenas hacer presión. En la definitiva que condujimos en España y durante más días, ese problema ya no estaba presente.