Tiene una carrocería bien aprovechada y funcional, con buena visibilidad y un acceso a las cuatro plazas bien resuelto. Para dos personas grandes, en las plazas delanteras no tiene los problemas de estrechez que tienen otros coches pequeños, como un Fiat Panda o un Hyundai Atos. Hay espacio suficiente entre los hombros de los pasajeros, no se va muy cerca de las puertas y como los asientos delanteros tienen un recorrido longitudinal relativamente largo, pueden ir cómodamente personas más bien altas. El parabrisas, el retrovisor y el salpicadero quedan lejos, lo que favorece la sensación de espacio delante.
El espacio longitudinal en las plazas traseras es corto, pero suficiente para un niño de los que necesitan silla o algo mayor. Para trayectos cortos es suficientemente amplio para personas adultas; la altura es también suficiente, pero existe el inconveniente de que el reposacabezas queda muy lejos. En caso de golpe por detrás, antes da la cabeza en el techo que en el reposacabezas (para cualquiera que mida más de 1,60 m y vaya bien sentado).
El interior del 107 da sensación de coche hecho para ser económico. Esta sensación se debe a sus carencias de equipamiento y sus asientos (no sujetan el cuerpo), no por el aspecto que tienen los recubrimientos, que son agradables a la vista y al tacto. Los que tienen peor aspecto son los mandos de la climatización, que son de un plástico malo.
Hay muchos huecos para depositar objetos, pero ninguno está tapizado para evitar que los objetos ahí depositados se muevan y hagan ruido. No tiene ninguna guantera con tapa, ni asideros en el techo. En la consola hay cuatro, de diferentes formas y tamaños; en el salpicadero hay tres. Lo único que falta es un buen lugar para el manual y la documentación.
Hay dos detalles en las plazas traseras que me parecen poco prácticos. Uno es que las hebillas del cinturón están sujetas con una cinta flexible, en lugar de rígidamente; en algunos casos hacen falta las dos manos para abrocharlo. El otro es que las ventanas no se deslizan hacia abajo, sino que se abren lateralmente (apertura «de compás»). Este tipo de ventana puede ser un problema para los niños que ya tienen fuerza para manejarlas, pero no son lo suficiente mayores como para tener el cuidado que requieren para no pillarse los dedos.
El maletero es muy pequeño. Para ganar espacio es fácil abatir los respaldos de los asientos traseros. Sería interesante que la banqueta pudiera moverse longitudinalmente (como un Fox). El acceso al maletero se hace a través de la luna trasera; no tiene portón como tal.
La instrumentación es sencilla y fácil de leer. A diferencia de lo que es habitual, el velocímetro del 107 es prácticamente exacto. El cuenta revoluciones es una opción.