El puesto de conducción me parece muy apropiado para un coche como éste, que debe resultar satisfactorio para personas con exigencias muy distintas.
Tiene un asiento muy bueno, porque resulta suficientemente duro, es amplio y lleva unos resaltes en los laterales de la banqueta y el respaldo que sujetan bien el cuerpo. Creo que es un error que sólo algunos coches de tipo «deportivo» tengan un buen asiento y, en el caso de este Astra, se agradece que sea un asiento hecho para conducir o estar mucho tiempo en el coche.
El reposacabezas no tiene ajuste de inclinación, lo que me parece un fallo. La posición en la que está es posiblemente un buen compromiso, pero a mí me hubiera gustado llevarlo más cerca de la cabeza (y a mi compañero Víctor Fernández, más lejos). Es un reposacabezas de tipo activo; creo que no hay ninguno de este tipo que pueda tener ajuste de inclinación.
Una faceta muy positiva de este reposacabezas es que resulta muy cómodo ajustar la altura. Tiene un gran botón lateral que no está muy duro y corre bien por las guías, no como en otros casos en los que hay que forcejear mientras se aprieta un seguro poco accesible.
Como en casi todos los coches de esta generación, el asiento está más bien alto, incluso en su posición más baja. El volante tiene un gran margen de ajuste longitudinal y verticalmente.
Esa posición relativamente alta del asiento la agradecen algunos conductores porque da un poco más de visibilidad en algunas circunstancias (por ejemplo, en un cambio de rasante). En tres cuartos traseros, el montante y los reposacabezas traseros pueden limitar mucho la visión del conductor. El retrovisor izquierdo tiene doble curvatura, el derecho no.
Las luces cortas son buenas, en las largas no suele haber problemas y los antiniebla deben ser un instrumento eficaz, porque iluminan mucho a ras de suelo.
El cuentakilómetros es prácticamente exacto y el error del velocímetro es despreciable. Opel se ha ahorrado el termómetro de agua, lo que me parece un error, porque es un instrumento que sirve para cuidar el coche y para prevenir problemas de sobrecalentamiento (cuando se enciende el testigo, puede ser demasiado tarde).
Los mandos del coche son accesibles, salvo en el caso de los de la ventilación, que están muy abajo. Los botones giratorios que tiene, de distintos tamaños, hacen posible llegar a manejarlos sin mirar; lo que resulta imposible es hacer operaciones como poner o quitar el aire acondicionado, que requiere manejar varios mandos y mirar en la pantalla. También hay que mirar para encontrar los mandos de recirculación de aire o de desempañamiento del parabrisas.
Ya que hay mandos en el volante con los que se puede manejar el equipo de sonido, digo yo que hubiera sido mejor poner los de la ventilación un poco más arriba en la consola, no debajo de los del equipo de sonido.
Tiene los mandos de intermitentes de tipo secuencial; es decir, no hay posiciones fijas para conectar el de cada lado. Después de un periodo de adaptación, pueden ser fáciles de manejar, pero sigo sin ver la ventaja práctica de este sistema. Lo que sí he visto a algún conductor de Vectra que conectaba el intermitente de un lado cuando intentaba desconectar el del otro; el truco es conectar y desconectar los intermitentes pulsando siempre hacia el mismo lado. Lo que sí me parece un acierto son las ráfagas de tres destellos, basta dar un pequeño toque al mando del intermitente para indicar un cambio de carril.
Los huecos alrededor del conductor son la bolsa rígida de las puertas (que es amplia), uno bajo el freno de mano y el que está al final de la consola. No hay ninguno en la misma consola, salvo que se use para eso el cenicero.