El Nissan Almera no se distinguía por su habitabilidad y tampoco ha mejorado tras renovarse la gama. La altura interior es buena, pero es más estrecho que la mayor parte de sus competidores y no ofrece un espacio para las piernas muy amplio, sobre todo en las plazas traseras.
Por equipamiento, está acondicionado para recibir a cinco pasajeros (con reposacabezas y cinturones de seguridad de tres puntos en las cinco plazas), pero sólo hay un espacio razonablemente amplio para cuatro personas adultas. Además, si las personas que viajan atrás son altas, rozarán con las piernas contra los asientos delanteros. En el suelo hay un abultamiento longitudinal que resta mucho espacio para los pies del posible pasajero central.
El acceso a las plazas traseras no es fácil porque sólo se reclina el respaldo de los asientos delanteros; la banqueta no se desplaza hacia delante como en otros modelos de tres puertas (Alfa 147, Fiat Stilo o Volkswagen Golf).
El maletero tampoco destaca por su volumen (328 litros), aunque otros lo tienen todavía más pequeño: el Alfa 147 3p (280 l), el Honda Civic 3p (315 l) o el Toyota Corolla 3p (289 l).
Me ha parecido que tiene una buena medida en profundidad (79 cm) y está bien de altura (51 cm hasta la bandeja), pero la suspensión resta mucho espacio en anchura y, sobre todo, lo hace menos uniforme. El asiento trasero se abate en partes desiguales (60/40) y el respaldo tiene un reposabrazos escamoteable.
Bajo el piso del maletero lleva un rueda de repuesto con llanta de chapa y medida 185/65 R15 88 H; no tiene la misma medida que las que lleva puestas (195/55 R16).
Donde el Almera no me ha parecido a la misma altura de otros modelos similares es en nivel de acabado. Creo que coches como el Alfa 147, el Fiat Stilo, el Opel Astra, el Peugeot 307, el Renault Mégane o el Volkswagen Golf están a un nivel superior en cuanto a materiales, ajuste y terminación.
El Almera tiene una presentación vistosa, pero la mayor parte de los plásticos utilizados en puertas y salpicadero son duros, y el remate de algunos de ellos es claramente mejorable. Por ejemplo, las guanteras de las puertas o el plástico que recubre la parte superior de la pantalla monocromo tenían rebordes cortantes en nuestra unidad de pruebas.
También era deficiente el ajuste del lector de mapas e incluso el guarnecido del techo, y en la parte izquierda del salpicadero lleva una pequeña guantera cuya tapa tenía un tacto malo.
Lleva lo necesario de equipamiento, pero tiene algunas carencias: no puede tener control de estabilidad, ni limpiaparabrisas o luces de conexión automática, ni airbag de cabeza, ni tiene ajuste horizontal en el volante.
El puesto de conducción me parece cómodo. El asiento de la versión Tekna tiene ajuste de altura, inclinación de la banqueta y apoyo lumbar. El volante se regula en altura, está forrado en cuero y tiene un diseño de corte deportivo (más grueso en la posición de las manos «10 y 10») con excelente tacto y grosor.
Los asientos delanteros me han parecido buenos por su forma, posibilidad de reglaje (el del conductor), mullido y sujeción lateral. Además, todas las versiones del Almera llevan delante reposacabezas activos.
Una de las novedades en la gama 2003 del Almera es el denominado N-Form (sólo disponible en las versiones Tekna 3p y Acenta 5p). Dicho elemento (estrenado inicialmente en el Nissan Primera) agrupa en la consola central los mandos del climatizador automático, ordenador de viaje y equipo de audio, mostrando sus funciones a través de la pantalla monocromo de 5,8" situada en la parte superior del salpicadero.
Al tener todos los mandos juntos, inicialmente puede crear cierta confusión y parece algo lioso, pero con el uso habitual y en sólo un par de días acaba resultando cómodo de manejar y fácil de distinguir cada función.
El nuevo equipo de faros con doble parábola me parece que ofrece una correcta intensidad, pero el haz de luz está demasiado concentrado e iluminan poco los laterales.