El GLB es un modelo de Mercedes-Benz con carrocería de tipo SUV y un habitáculo de cinco o siete plazas. Las dos de la tercera fila sirven básicamente para llevar niños, por espacio y por la agilidad que se requiere para acceder y salir de ellas. Está a la venta con motores de 136 a 306 CV desde 40 150 euros (listado de precios).
Como ocurre con casi todos los coches modernos, el GLB es un coche fácil de conducir y con un buen equilibrio entre dinamismo y confort. No le encontramos ninguna tacha reseñable más allá del tacto artificial de la dirección, especialmente cuando se endurece al seleccionar el programa de conducción deportivo. Es un coche recomendable si se necesita mucho espacio para las piernas en la segunda fila de asientos y un maletero amplio y aprovechable.
Mide 4,634 metros de longitud, 1,834 m de anchura y 1,658 m de altura (la versión de siete plazas es 4 mm más alta, 1,662 m). Por longitud compite en el mercado con muchos modelos, como el Honda CR-V, el Land Rover Discovery Sport, el Mitsubishi Outlander o el Volkswagen Tiguan Allspace (listado de SUV que miden entre 4,53 y 4,73 m y tienen más de 140 CV). De todos ellos, sólo estos tienen siete plazas. El GLB es el que más cuesta (listado de todoterrenos con siete plazas y motor Diesel de 140 a 160 CV).
Por espacio, modularidad y, en general, por su carácter práctico, el GLB también puede ser una alternativa a los monovolúmenes tradicionales de cinco o siete plazas (listado ordenado por precio). El Mercedes-Benz Clase B está fabricado sobre la misma plataforma que el GLB, pero es casi veinte centímetros más corto, tiene un habitáculo menos espacioso y un maletero más pequeño.
La longitud del GLB es parecida a la del Mercedes-Benz GLC, que sólo puede tener cinco plazas. El GLC es 2,2 centímetros más largo, 5,6 cm más ancho y 1,4 cm más bajo (ficha comparativa). Es más ancho por fuera y también por dentro que el GLB, pero en las plazas traseras se dispone de menos espacio para las piernas, a pesar de que su batalla también es mayor. Esto se debe a que el GLC tiene el motor colocado longitudinalmente y eso obliga a retrasar el comienzo del habitáculo, mientras que el GLB va en posición transversal. El maletero del GLB también es un poco más grande. La gama de motores es diferente y no se puede comparar el precio a igualdad de motor, pero para hacerse una idea entre un GLB 200 d 4MATIC (150 CV) y un GLC 200 d 4MATIC (163 CV), hay 6400 € de diferencia (ficha comparativa).
En España, el GLB trae de serie cinco plazas, la tercera fila con dos asientos extra es opcional. En ambos casos, la segunda tiene la posibilidad de desplazarla 14 centímetros en sentido longitudinal para configurar a voluntad el espacio para las piernas de los pasajeros y el maletero.
La instrumentación y el sistema multimedia se ven en dos pantallas contíguas que, en función del equipamiento seleccionado, pueden ser de 7 o de 10,25 pulgadas. El sistema operativo es el MBUX, el más avanzado a día de hoy de Mercedes-Benz. Una de las características más reseñables de este sistema es su capacidad para reconocer comandos vocales. En las impresiones del interior contamos en profundidad el funcionamiento del mismo, así como otros detalles del habitáculo.
La gama está compuesta por dos versiones Diesel —GLB 200 d de 150 CV y GLB 220 d de 190 CV— y cuatro de gasolina —GLB 180 de 136 CV, GLB 200 de 163 CV, GLB 250 de 224 CV y AMG 35 de 306 CV—. Todos los motores son de cuatro cilindros, están turboalimentados y unidos a una caja de cambios automática de doble embrague (de siete u ocho velocidades, en función del motor elegido). De la versión AMG 35 de 306 CV informamos por separado en este artículo.
El motor que hemos probado con más detenimiento ha sido el Diesel de menor potencia, que tiene 150 CV y corresponde a la versión 200 d. Aunque la cifra de potencia puede parecer modesta para un vehículo de estas características, lo cierto es que es muy rara la ocasión en la que se echa en falta más aceleración, incluso con el coche cargado. Además su consumo de carburante es siempre bajo, siendo muy difícil superar los 7,5 l/100 (lo habitual es que se mueva entre los 5,5 y los 6,5 l/100 km). Su funcionamiento no es tan suave y refinado como el del motor de gasolina de la versión GLB 200, pero dista de ser tosco y no hace mucho ruido. En las impresiones de conducción damos más información sobre estos y otros detalles.
Las versiones con tracción total llevan el «paquete técnico Offroad». Este conjunto supone disponer de un programa de conducción adicional (modifica la respuesta de motor, del sistema de tracción total y del ABS), de un sistema de ayuda al descenso de pendientes (permite ajustar la velocidad de avance entre 2 y 28 km/h) y una función de alumbrado específica (las luces de curva están permanentemente encendidas, siempre que se circule por debajo de 50 km/h). Además, se puede ver en la pantalla el ángulo de la pendiente, el de inclinación lateral y los ajustes técnicos seleccionados.
El programador de velocidad activo es capaz de ajustar la velocidad no solo en función de la distancia con el vehículo precedente, sino también en el caso de aproximarse a una curva, un cruce o una rotonda utilizando para ello los datos del sistema de navegación. La gestión conjunta de los datos recogidos por la cámara y radar frontales permite detectar obstáculos a una distancia de hasta 500 metros. Este es uno de los muchos asistentes que puede tener el GLB, entre los que están el frenado de emergencia, el de mantenimiento en el carril, el de cambio de carril automático, el aviso de vehículos en el ángulo muerto y el de la presencia de un obstáculo acercándose cuando se ve a abrir una de las puertas (emite un pitido si se acerca algo a más de 2 km/h).
Otros elementos de equipamiento disponibles son los faros Multibeam LED, que se diferencian de los de serie (LED high Performance) porque son capaces de mantener alumbrada un área mayor al poder oscurecer únicamente las zonas donde hay otros vehículos; airbags de cortina en las tres filas de asientos, calefacción y/o ventilación y función masaje en los asientos delanteros, respaldo del asiento del copiloto abatible y techo panorámico de cristal.
El Mercedes-Benz GLB se fabrica en la ciudad de Aguascalientes (México), excepto aquellas unidades destinadas al mercado chino, que se producen en Pekín.
Asegurar a todo riesgo sin franquicia un GLB 200 d 4MATIC tiene un coste mínimo anual de 415 euros. Es una póliza de la compañía Mapfre con una buena calidad (7,03 puntos sobre 10) y una relación entre calidad y precio excelente (8,19 puntos sobre 10). El tomador de este ejemplo es un hombre de 38 años con más de 10 de carné que reside en Pamplona, aparca en un garaje comunitario y recorre unos 25 000 kilómetros al año. Es posible realizar un presupuesto personalizado con nuestro comparador de seguros.