El GLE Coupé es un coche, ante todo, confortable. Lo es por el mimo con el que la suspensión trata a los pasajeros, pero también por la suavidad con la que funciona el conjunto formado por el motor y la caja de cambios, y por el bajo nivel de ruido que llega al habitáculo.
La suspensión del GLE Coupé puede ser de dos tipos: de muelles helicoidales o de muelles neumáticos y amortiguadores de dureza variable, combinación que Mercedes-Benz denomina «AIRMATIC ADS Plus». La unidad que hemos probado tenía la más sencilla —de muelles helicoidales— y nos ha parecido que es una suspensión de calidad porque consigue filtrar y amortiguar con eficacia las pequeñas irregularidades del terreno (aquellas que provocan pequeñas vibraciones) y a la vez actúa con una suavidad poco habitual ante grandes ondulaciones. Frente al BMW X6, su principal rival por tamaño y tipo de carrocería, el GLE Coupé tiene un rodar claramente más suave y los ocupantes están mejor aislados de estado de suelo.
Esta comodidad no implica un comportamiento torpe o poco eficaz en carreteras de curvas, pero lo cierto es que en el GLE Coupé se notan las inercias de manera clara a poco que el ritmo aumente (la versión 350 d 4MATIC pesa 2250 kilos; más que sus principales rivales). Es relativamente ágil ante cambios de apoyo y responde bien a los movimientos del volante, pero en los giros más cerrados le cuesta mantener la trayectoria. En curva, las oscilaciones de la carrocería son notables y los sistemas electrónicos de ayuda a la conducción actúan constantemente si se circula a un ritmo rápido. En estas circunstancias, un BMW X6 o un Volvo XC90 se desenvuelven con más facilidad, mientras que un Land Rover Range Rover Sport lo hace de manera similar.
Para mejorar el comportamiento dinámico en carreteras de curvas, el GLE Coupé puede tener opcionalmente un sistema de barras estabilizadoras activas (ACTIVE CURVE SYSTEM) que reduce el balanceo de la carrocería (un motor eléctrico colocado en el tramo central de la barra acopla las dos mitades variando la resistencia a la torsión de la barra). Por el momento no hemos tenido oportunidad de conducir un GLE Coupé con este sistema, por lo que no podemos recomendar o no su adquisición.
Como hemos comentado unos párrafos más arriba, el nivel de ruido que se filtra hacia el habitáculo es muy reducido, circunstancia que permite mantener conversaciones con cualquier ocupante sin tener que elevar el tono de voz. Tan solo el de rodadura se hace notar con un poco más de claridad al circular a una velocidad elevada (la unidad probada tenía unos neumáticos opcionales en medidas 275/45 en el eje delantero y 315/40 en el trasero), pero en ningún caso resulta molesto. El ruido del motor pasa desapercibido incluso cuando se acelera mucho.
El motor de la versión 350 d es el único Diesel de toda la gama y el de menor potencia (258 CV). A pesar de ello, su respuesta es muy buena porque funciona con el refinamiento que se espera de un motor de seis cilindros y porque proporciona un empuje intenso y uniforme en toda la gama de revoluciones. Precisamente por esa uniformidad en la entrega de potencia, unido al hecho de que tiene que mover un vehículo pesado, la sensación de empuje que proporciona es menor que la del BMW X6 xDrive30d —ambos tienen la misma potencia; ficha comparativa—.
De acuerdo con nuestras mediciones, el GLE 350 d 4MATIC necesita 5,6 segundos para acelerar desde 80 hasta 120 km/h, una buena cifra en términos absolutos pero algo peor que la de un BMW X6 xDrive30d o un Audi Q7 3.0 TDI quattro. Las mediciones de recuperación son comparativamente un poco mejores, ya que prácticamente consigue igualar en las marchas más largas (e incluso superar en algunos casos) a los modelos mencionados anteriormente.
El consumo de combustible puede llegar a ser relativamente contenido si se circula por carreteras con pocos desniveles y a velocidad constante, pero lo normal es que sea alto. En nuestro recorrido habitual —144 km por una autopista con continuos desniveles y tratando de conseguir una velocidad media de 120 km/h— ha necesitado 9,0 l/100 km, una cifra superior a la de un BMW X6 xDrive30d o un Audi Q7 3.0 TDI quattro (7,3 l/100 km y 7,5 l/100 km respectivamente). En ámbito urbano, donde las paradas son frecuentes y la velocidad media baja, es fácil que el ordenador indique cifras cercanas a los 15 l/100 km. A pesar de ello, la autonomía no es reducida, ya que el depósito de combustible es grande (tiene 93 litros de capacidad). Para cumplir con la normativa europea de emisiones Euro 6, este motor requiere de una solución acuosa de urea (conocida comercialmente como AdBlue).
La caja de cambios automática de nueve velocidades (9G-TRONIC) tiene un funcionamiento muy bueno por la suavidad y rapidez con las que selecciona las marchas (incluso en las reducciones) y también porque interpreta muy bien el tipo de conducción que practica el conductor. El desarrollo de la novena velocidad es muy largo —73 km/h por cada 1000 rpm—, permitiendo que a 120 km/h el motor solo gire a 1650 rpm, prácticamente el régimen al que da el par máximo. Tras el aro del volante hay dos levas que giran solidarias con él (imagen), con las que se pueden seleccionar las marchas manualmente.
La dirección del GLE Coupé se maneja con mucha suavidad y resulta agradable en casi toda circunstancia, aunque para quien valore por encima de todo la precisión de la misma, la del BMW X6 le resultará más satisfactoria porque no está tan asistida y transmite mejor al conductor el contacto del neumático con el suelo. También es necesario adaptarse al tacto del freno, ya que es muy esponjoso y transmite la sensación de que le cuesta detener el vehículo —realmente no es así, el GLE Coupé frena bien; tabla de mediciones—.
El mando giratorio DYNAMIC SELECT (imagen) forma parte del equipamiento de serie de todos los GLE Coupé. Con él, el conductor puede alterar el funcionamiento de diversos elementos, como la dirección, el cambio de marchas, la respuesta del motor, el sistema de alumbrado y, si los tiene instalados, la dureza de los amortiguadores y la flexibilidad de las barras estabilizadoras activas. Es posible elegir entre cuatro programas (cinco en la versión 450 AMG): Sport, Comfort, Calzada Resbaladiza e Individual. La diferencia entre los distintos modos es notable, sobre todo en lo que a respuesta del motor se refiere. Con el modo Comfort, ésta es más bien lenta e incluso da la sensación de que no es suficiente para mover con agilidad el vehículo; con el modo Sport seleccionado, en cambio, la respuesta es mucho más rápida e intensa ante las solicitudes del acelerador.
El GLE Coupé puede tener varios sistemas de ayuda a la conducción, la mayoría de ellos habituales entre vehículos de su tamaño y precio. Forman parte del equipamiento de serie el servofreno de emergencia con detección de obstáculos (COLLISION PREVENTION ASSIST PLUS), la alerta por cansancio ATTENTION ASSIST (detecta el nivel de atención del conductor y le recomienda descansar, si es necesario), el detector de vehículos en el ángulo muerto o los sensores de proximidad delanteros y traseros. Opcionalmente puede tener un programador de velocidad activo con una función llamada Stop&GO Pilot que permite seguir la trayectoria del vehículo precedente en atascos a velocidades de hasta 30 km/h (el conductor puede desentenderse del volante y los pedales).
Todos los GLE Coupé tienen de serie unos faros de ledes con función adaptativa (Intelligent Light System) cuyo funcionamiento resulta excepcional. Tienen un haz de luz muy blanco (algo más que unos de xenón) y la superficie iluminada es siempre amplia y uniforme. Además detecta bien la presencia de vehículos o zonas iluminadas y adapta su funcionamiento de forma rápida y suave para no deslumbrar.