El habitáculo del Mercedes-Benz Clase A da una mejor impresión visual que táctil. La presentación de todos los elementos es esmerada, pero el acabado y el ajuste de algunos plásticos es mejorable. Hay un contraste grande entre piezas de muy buena factura y piezas menos cuidadas. Hay alternativas de mucho menor coste que el Clase A que tienen un interior con mejor terminación. Respecto al Clase A 2012 los cambios son someros, por lo que las impresiones de interior de este siguen perfectamente vigentes.
Con el nivel de equipamiento AMG Line el techo del coche está tapizado de color negro y, adicionalmente, nuestra unidad tenía los cristales traseros oscurecidos (352 euros). Estas dos particularidades pueden hacer que la sensación de amplitud disminuya y que la visibilidad hacia atrás, que no es especialmente buena, empeore. Al menos a mí me generaba esa impresión.
La parte superior del salpicadero y de las puertas están recubiertos de plástico blando de tacto agradable y apariencia de buena calidad. Lo mismo sucede con la tapicería de piel, que no admite tacha en cuanto al remate de las costuras y al tacto del material. La pantalla multimedia está hecha de plástico duro de aspecto metalizado y cruje si se presiona con los dedos o se zarandea —hay pantallas similares como las de un Mazda MX-5 (imagen) o un Fiat Tipo 5p (imagen) que con el mismo manoseo no hacen ningún tipo de ruido—. La zona menos cuidada es la parte baja de la consola y la pieza de plástico que se prolonga por encima del túnel central hasta los pies de las plazas traseras.
Otro detalle poco cuidado es que los marcos de las puertas no tienen un revestimiento que oculte la parte interior de la carrocería, por lo que la pintura queda muy expuesta, especialmente entre el pilar central y la puerta. En las siguientes fotografías entre paréntesis y la imagen que antecede a este párrafo se aprecian detalles de acabado en estas zonas entre el Mercedes-Benz Clase A (imagen e imagen), el Audi A3 (imagen e imagen) y el Opel Astra (imagen e imagen), este último con un coste muy inferior a los otros dos.
En las plazas delanteras del Clase A el espacio que hay a nivel de los hombros es similar al que hay en un Ford Focus 5p o un Opel Astra 5p (140 cm, que es una cota intermedia entre sus alternativas). Según nuestra tabla comparativa de mediciones de interior, es en la cota de altura donde la desventaja frente a otros modelos es grande: solo se puede regular el asiento en un margen de cinco centímetros, entre 90 y 95 cm, y la altura máxima es pequeña. No obstante, dos pasajeros de 1,85 m de altura no deben tener problemas para viajar cómodamente sin rozar en el techo.
Atrás hay 70 cm de espacio para las piernas de los pasajeros según la forma en que hacemos siempre las mediciones. Hay muchos modelos con idéntico espacio: el Alfa Romeo Giulietta, el Honda Civic 5p, el MINI Clubman, el Volkswagen Golf 5p o el Volvo V40. La gran mayoría de alternativas restantes tienen menos espacio y solo lo aventajan claramente el Nissan Pulsar (81 cm) y el Fiat Tipo 4p (75 cm), que por precio no son modelos comparables al Clase A.
La anchura es correcta para que dos ocupantes viajen cómodos y un tercero lo haga ocasionalmente con menos confort, pues la plaza central trasera tiene un asiento más duro, más elevado y la habitabilidad no es suficiente para viajar holgado (cosa por otro lado habitual en coches de este tamaño). En un Volkswagen Golf 5p y en un Mazda3 5p hay tres centímetros más de espacio, y en un Lexus CT, cuatro centímetros más. Su principal ventaja respecto a un BMW Serie 1 5p, que tiene una amplitud parecida, es que el túnel central es mucho menos voluminoso y la consola central de plástico se prolonga menos hacia atrás, por lo que apenas resta espacio para los pies (imagen de las plazas traseras del BMW Serie 1 5p).
El puesto de conducción está bien resuelto. Los mandos están a mano, bien visibles y el volante queda en una posición suficientemente vertical para que no haya que estirar el brazo cuando se ase por la parte superior. Los asientos deportivos opcionales sujetan bien el cuerpo sin resultar incómodos para personas de talla grande, aunque la disposición de todo tan cercana al conductor hace que se tenga una mayor sensación de recogimiento que en un Audi A3 porque la parte baja del salpicadero queda más cercana a las rodillas y los laterales de la banqueta sobresalen un poco más. Para mí es una ventaja pero en función de los gustos esto puede ser agobiante para algunos conductores.
Otra desventaja de los asientos deportivos es que el reposacabezas no es regulable y puede sobresalir en exceso si se acostumbra a colocar el respaldo más bien vertical. Todas las plazas tienen al menos un hueco donde aliviarse de la impedimenta de los bolsillos. Hay bolsillos en todas las puertas, huecos en la consola central de fácil acceso (al no tener palanca selectora del cambio) y dos cajones suficientemente amplios enfrentados al pasajero central trasero, uno con tapa y una toma de corriente y otro sin tapa (imagen). La guantera es de tamaño normal.
Una de las novedades introducidas por Mercedes-Benz en el Clase A 2016 es la posibilidad de regular la longitud de ambas banquetas delanteras, de forma que una mayor superficie de las piernas pueda quedar apoyada (imagen). Para desplegar la parte suplementaria hay que usar un tirador situado en la parte frontal. En esta imagen se puede ver el asiento de la versión 2012, cuyo diseño, por otra parte, es idéntico en todo lo demás.
El sistema multimedia de la unidad que probamos es el más costoso de los dos disponibles, denominado COMAND Online (2565 €). Respecto al mismo sistema de la versión 2012, la pantalla es una pulgada más grande (ocho en vez de siete). El interfaz ha sido actualizado y tiene una estructura de menús similar a la de otros Mercedes-Benz de reciente presentación, con la característica de que ahora es compatible con Apple CarPlay y Android Auto.
Yo lo he probado con un iPhone y su funcionamiento es bueno. Al igual que antes, todo se maneja desde una ruleta y dos botones que hay por delante del apoyabrazos delantero (imagen) o bien con los botones del volante. La pantalla no admite manejo táctil ni se echa de menos. La mayor pega que le encuentro a los mandos es que durante la conducción es fácil golpearlos con el brazo y cambiar algún parámetro o algún menú por su cercanía al apoyabrazos (imagen). En un Audi A3 el mando análogo está más alto, más cerca de la mano que del codo y su manejo es más preciso e intuitivo (imagen).
Desde este sistema multimedia, una vez enlazado con un dispositivo móvil con conexión de datos, se puede navegar por internet y utilizar aplicaciones válidas para escuchar música, leer noticias o consultar el tiempo meteorológico, por ejemplo. La mayoría de estas funciones son accesibles con el coche parado y algunas en movimiento. En todo caso, solo aquellas que no requieren escribir las considero realmente útiles, ya que teclear una dirección web o hacer una búsqueda en un navegador mediante el mando giratorio es una tarea más engorrosa que práctica. El el Clase A es de serie el aire acondicionado, pero no el climatizador, que tiene un coste extra de 702 euros.
En el maletero del Clase A hay 341 litros de capacidad. En este listado de alternativas acotado a versiones equivalentes por coste, tamaño y con carburante Diesel, ordenado de mayor a menor volumen de maletero, el Clase A aparece en penúltima posición. Es decir, tan solo el Volvo V40, con 335 litros, tiene un maletero menor, y el más aventajado es el Citroën C4 con 408 litros. Las formas del vano son regulares y por tanto fácilmente aprovechables, no así la boca de carga que es estrecha en la zona por la que se cierra el portón, y más amplia por la parte que cubre la bandeja, por lo que tan solo obligará a maniobrar bien con los objetos voluminosos para acomodarlos. Hay argollas para sujetar la carga y un hueco adicional bajo la tapa del suelo, donde se aloja también el kit de reparación de pinchazos (imagen). El respaldo trasero es abatible de serie en proporción 40/60 y opcionalmente puede haber un hueco de acceso entre el habitáculo y el maletero a través del reposabrazos central (imagen), que puede servir para transportar objetos largos como unos esquís.