Este motor de 1,7 litros de cilindrada y 95 CV de potencia tiene buen rendimiento, pero es muy ruidoso. En parte, el ruido que se nota se debe al cambio automático, que tiene a llevar el motor muy bajo de vueltas. Si sube de vueltas el ruido es distinto, por eso parece más ruidoso en ciudad que en carretera.
Su respuesta es enérgica desde bajas revoluciones y en autovía es capaz de mantener velocidades por encima de 140 km/h en casi todos los repechos. La capacidad de aceleración máxima que tiene es buena.
Nuestra unidad de pruebas tenía la opción de cambio automático de cinco velocidades (1.390 €). Con este tipo de cambio, Mercedes-Benz declara peores prestaciones y consumo que con el manual: 173 km/h de velocidad máxima en lugar de 180 km/h y el consumo medio homologado pasa de 5,2 a 5,8 litros cada 100 km.
A pesar del mayor consumo de combustible, el cambio automático es opción recomendable para quien use mucho el coche por ciudad, porque es mucho más cómodo y —a diferencia de lo que ocurre con otros automáticos— no es brusco al iniciar la marcha desde una rampa (hacia delante o marcha atrás). Es muy cómodo para aparcar y sencillo de manejar.
Comparativamente, en carretera no tiene un funcionamiento tan bueno y un conductor que maneje bien el cambio de marchas manual sacará más partido al motor. Por ejemplo, al levantar el pie del acelerador en alguna curva más o menos lenta, a veces cambia a una marcha superior (en lugar de mantenerla).
Para bajar grandes cuestas sin recalentar los frenos, tiene una función para evitar que cambie a una marcha más larga de la seleccionada. Por ejemplo, si se selecciona el «3», sólo utiliza las tres primeras marchas, no cambia a cuarta. El mando para hacer esta operación es secuencial, pero es un mando de bloqueo, no de selección (clasificación de cajas de cambio).
Al lado de la palanca tiene una tecla con las indicaciones «S» y «W». Con la «W» los cambios el coche arrancha desde segunda velocidad y sube hasta 3.800 revoluciones como máximo. Con la posición «S» apura más las marchas antes de cambiar a una superior; en todo caso hay un interruptor al final de recorrido del acelerador para mantener una la velocidad engranada hasta que el motor llega a 4.100 rpm.
Los datos de frenada que hemos obtenido son buenos y, además, el coche mantiene bien la trayectoria en frenadas fuertes. La resistencia al calentamiento es más que suficiente para una conducción rápida.
En una autovía con abundantes repechos a una media de 122 km/h ha gastado 6,9 litros cada 100 km de consumo medio. En autopista y carretera de doble sentido, apurando en ocasiones la capacidad máxima del motor ha gastado 8,5 litros cada 100 km de media.