El Mercedes-Benz CLA tiene las mismas cualidades dinámicas que el CLA previo al restyling (lo probamos en el año 2020; más información). Es un vehículo ideal para aquellos que les guste conducir rápido y sentir que llevan algo con tacto deportivo: se va sentado bajo, tiene una suspensión firme que ata en corto a la carrocería y es rápido de reacciones.
Pero no es un coche para apasionados. Es tracción delantera y no tiene un eje trasero que sea fácil descolocar. El equipo de frenos es moderadamente potente en la primera, segunda y tercera frenada fuerte (120 a 0 km/h en 54,2 metros), pero enseguida se sobrecalienta y flaquea; las frenadas se alargan y el tacto del pedal pierde consistencia. Asimismo, los neumáticos Bridgestone Turanza T005 agarran poco y tampoco son una buena compañía para los entusiastas de las carreteras de montaña.
Como vehículo de uso cotidiano cumple perfectamente. El habitáculo está correctamente aislado del ruido exterior; la suspensión, siendo firme, absorbe los baches sin brusquedad; y los elementos de confort y ayuda a la conducción, como el climatizador y el programador de velocidad, trabajan discreta y correctamente. Igualmente aplaudo el funcionamiento del sistema de iluminación opcional Multibeam LED (402 €), que proporciona un haz de luz extenso, potente y de un tono claro que ayuda a conducir relajadamente de noche. Además, está continuamente adaptando su proyección para dar la máxima cantidad de luz posible sin deslumbrar a otros conductores.
En opción hay disponible una suspensión denominada «Tren de rodaje con sistema de amortiguación ajustable» que permite al conductor ajustar la dureza del amortiguador entre dos modos, Comfort y Sport. No la he probado, pero es un elemento que consideraría (cuesta 855 €) si fuera una persona que estuviera interesada en hacer el coche lo más cómodo posible.
El CLA Coupé es uno de los Mercedes-Benz más pequeños actualmente a la venta, pero no es un coche menudo en absoluto. Mide 4,69 metros de longitud y 1,83 metros de anchura, es decir, es 26,9 y 3,4 cm más largo y ancho que un Clase A, modelo con el que comparte multitud de elementos mecánicos (también es más largo y ancho que un Clase A Sedán; ficha comparativa). En cualquier caso, su manejo en espacios reducidos no es especialmente problemático. Tiene un diámetro de giro de 11,1 metros (el mismo de un Audi A3 Sedan y un poco menor que el de un BMW Serie 2 Gran Coupé, que neceista 11,7 m) y hay poco más de dos vueltas de volante entre topes. La visibilidad hacia atrás es regular porque hay poca superficie acristalada, pero este inconveniente queda cubierto por unas cámaras de muy buena definición (de serie solo viene la trasera, las demás hay que pagarlas aparte) y los sensores de proximidad (delanteros y traseros, ambos de serie).
He probado la versión menos potente de la gama, la denominada 200 d. Tiene un motor Diesel de cuatro cilindros y 2,0 litros de cilindrada. Se sabe cuándo está encendido porque es ruidoso y aunque su sonido llega muy amortiguado al interior, no pasa desapercibido. Es lo suficientemente audible como para reconocer el característico tono y cadencia de este tipo de motores. Los más pejigueros con este tema no se sentirán cómodos. Para los demás, será un ronroneo de fondo del que no nos acordaremos la mayor parte del tiempo.
Este motor va unido a una caja de cambios automática de doble embrague y ocho relaciones que ejecuta su labor con discreción. Es suave, certera en la elección de la marcha y permite maniobrar a baja velocidad con precisión. Tiene un modo manual (con las levas que hay tras el volante se sube y baja de marcha) y función de avance por inercia (para ello hay que seleccionar el modo de conducción Efficiency).
Una de las facetas más interesantes de la versión 200 d es su bajo consumo de carburante, razón por la que aconsejo esta versión a todos aquellos que hagan muchos kilómetros. Es normal estar en medias de 5,5 l/100 km en trayectos mixtos y practicando una conducción despreocupada. En el tramo de autopista que utilizamos de referencia para comparar consumos gastó 5,3 l/100 km. No es un dato extraordinariamente bajo, pero es un resultado que la versión equivalente de gasolina (CLA 200 de 163 CV) no puede igualar y mucho menos mejorar. Esta buena eficiencia le permite al CLA 200 d recorrer unos 800 kilómetros con un tanque completo de Diesel, a pesar de que este es de solo 43 litros.
Además de consumir poco, es un motor que proporciona una buena aceleración y que permite hacer una conducción resuelta. De acuerdo con nuestras mediciones, tarda 8,3 segundos en acelerar de 0 a 100 km/h y 5,7 en pasar de 80 a 120 km/h. No tenemos mediciones de alternativas equiparables por motor y potencia, pero para poner algo de contexto, cito los resultados del Audi A3 Sportback 35 TFSI MHEV S tronic de 150 CV (80 a 120 km/h en 5,8 s) y del Ford Focus Sportbreak 1.0 EcoBoost MHEV de 155 CV (80 a 120 km/h en 6,6 s). Quienes deseen mejores prestaciones pueden plantearse acceder a la versión superior, la denominada 220 d, que tiene 190 CV y solo cuesta 330 € más (ficha comparativa).