He tenido ocasión de conducir un Mazda6 Active 2.0 16V 4p y me ha parecido un coche especialmente ágil en todo tipo de carreteras, más que por las prestaciones de su motor de 141 CV, por su estabilidad, funcionamiento de los distintos elementos mecánicos y tacto de todos los mandos. El motor no impresiona por su capacidad de aceleración pero, cuando se utiliza en la zona alta de régimen, ofrece unas prestaciones satisfactorias.
No tiene un funcionamiento bueno a bajo régimen; cuando se requiere mucha aceleración, es más necesario apurar las marchas y pisar el acelador a fondo que en otros modelos. A elevado régimen, responde mejor y sube con energía hasta el corte de inyección (7.000 rpm), a pesar de que la zona roja del cuentavueltas comienza a 6.500 rpm.
El cambio manual me parece muy agradable en su uso habitual, pero he tenido ocasión de probar cambios todavía mejores en otras berlinas (BMW Serie 3 o Lexus IS 200). El escalonamiento de losdesarrollos de transmisión, sin estar del todo mal, también me parece mejorable, sobre todo en el salto entre 3ª y 4ª velocidad.
Mazda ha conseguido un buen compromiso entre estabilidad y confort. Sin ser un coche duro de suspensiones, tiene una excelente capacidad de guiado y agilidad de reacciones en comparación con otros modelos similares, sin resultar además exigente de conducir. Entra con precisión en la curva y la dirección, de asistencia variable en función de la velocidad, tiene un excelente tacto y resulta rápida (2,75 vueltas entre topes).
En una conducción muy exigente, puede tener un cierto sobreviraje que, por encima de cierto límite, lo contiene con eficacia el control de estabilidad. Por todo esto, el Mazda6 es un coche que puede resultar muy agradable de conducir, tanto para conductores tranquilos, como para aquellos que buscan un tacto más deportivo. En cualquier caso, tampoco se trata de un deportivo, sino de una berlina de cinco plazas para viajar rápido, cómodo y seguro.
La motricidad sobre suelo seco me ha parecido buena (incluso desconectando el control de traccióny estabilidad), aunque tampoco el motor lo pone en demasiados aprietos. Me ha gustado mucho el tacto de los frenos, por su buen mordiente, progresividad y facilidad para dosificar la frenada. El Mazda6 lleva unos latigillos especialmente resistentes que conservan la sensibilidad del pedal cuando se someten los frenos a un esfuerzo elevado. En frenadas a fondo, el sistema antibloqueo (ABS) con reparto electrónico de frenada tiene un funcionamiento equilibrado y eficaz. Mazda anuncia que su nuevo modelo se detiene desde 100 km/h en 37 metros.