Tiene un precio de tarifa de 24.150 €, que es más bien alto que el de otros monovolúmenes de su tamaño. Su completo equipamiento de serie compensa en parte su precio (tabla comparativa de precio y equipamiento). También puede merecer la pena pagar lo que cuesta esta versión del Mazda5 por ciertos aspectos prácticos, como la funcionalidad que dan sus dos puertas traseras correderas.
Tiene siete plazas, de las cuales sólo cuatro son muy cómodas. No es tan espacioso como un Ford Galaxy o un Hyundai H-1, pero las últimas dos plazas del Mazda5 son mejores que las de un Opel Zafira, un Toyota Corolla Verso o un Renault Grand Scénic.
No hay mucho sitio en la última fila de asientos, pero como sus dos banquetas no van situadas muy cerca del suelo la posición no es incómoda del todo. La peor plaza de las siete es la central de la segunda fila. Cuando se usa la tercera fila de asientos hay que quitar la bandeja extensible que cubre el maletero, y no hay ningún sitio para dejarla dentro del coche.
Las dos puertas laterales correderas son mucho más cómodas de utilizar que las batientes convencionales, porque dejan un acceso grande al interior y porque dan más juego a la hora de abrirlas y cerrarlas en lugares estrechos. Salvo el Hyundai H-1, ninguno de los monovolúmenes de sus características puede tener este tipo de puertas.
El puesto de conducción es muy bueno porque los asientos son cómodos y sujetan bien. Tiene la característica de que los ocupantes pueden ir sentados más bajos de lo que es habitual en la mayor parte de los monovolúmenes. No hay muchos huecos para dejar objetos, especialmente en la segunda y tercera fila de asientos.
También es recomendable por el confort de suspensión (no es muy estable, pero sí de los más cómodos) y por la suavidad de su motor Diesel. Su capacidad de aceleración es normal para su potencia. Esto, aplicado a un coche de su volumen y peso cuando va cargado, quiere decir que es suficiente en algunos casos y escasa en otros. Aunque el motor no da unas prestaciones rápidas, es muy agradable porque funciona muy bien cuando va muy bajo de revoluciones. Además, su consumo es muy reducido.
Esta versión del Mazda está a la venta con un único nivel de equipamiento denominado «Active». Su equipamiento de serie es relativamente abundante: tiene control de estabilidad, llantas de aleación de 16 pulgadas con neumáticos 205/55, limpiaparabrisas automático, radio con lector de discos y mandos en el volante y climatizador. La única opción de fábrica que puede tener es la pintura metalizada.
Hay ciertos elementos de equipamiento que están reservados para las versiones más caras del Mazda5 con equipamiento «Sportive» y que no puede llevar el Diesel de 110 CV, como los faros de xenón, el navegador, cerraduras automáticas o cámara de visión trasera.