Este motor Diesel de 109 CV en el Mazda 3 Sportsedan es particularmente ruidoso. Lo es sobre todo en recorridos a baja velocidad y acelerando, donde se escucha con claridad el típico tableteo a Diesel. Si no es más silencioso no se debe al motor, si no a que está peor aislado que otros: es más ruidoso que un Citroën C4 1.6 HDI 109 CV (que tiene el mismo motor) o que un Mégane Sedan 1.5 dCi.
En aceleración está más cerca de un Renault Mégane 1.9 dCi de 120 CV que del 1.5 dCi de 100 CV. Es más rápido que el Vectra Diesel de 100 CV, pero no más que el TDI de 105 CV del Grupo Volkswagen, montado —por ejemplo—, en el Skoda Octavia.
La relación entre prestaciones y consumo es buena. Puede gastar menos de 6 litros en diversas condiciones de utilización. Aunque es un consumo muy bajo, la diferencia que puede haber con respecto a otros coches semejantes es poco representativa en términos de coste por kilómetro.
En un recorrido de 778,5 km, distribuidos por todo tipo de carreteras y algo de ciudad, a un ritmo normal o ágil, el consumo medio de combustible fue 5,5 l cada 100 km. Para hacer una media de 128 km/h por autopista consumió 5,8 litros de promedio.
En 506,6 km (por autopista y con el climatizador conectado en ocasiones), a una media real de 143 km/h contando un par de paradas en puestos de peaje el gasto fue 8,14 l cada 100 km. El consumo en un recorrido semejante con un Mazda3 1.6 VVT 105 CV 5p fue 11,3 litros de media.
El consumo real, en las ocasiones que lo he comprobado, fue entre 0,3 y 0,5 litros mayor que el indicado por el ordenador de viaje.