El Mazda2 es un utilitario que está a la venta desde 11.950 € con carrocería de tres puertas y desde 12.200 € con carrocería de cinco puertas (todos los precios). De cara a 2009 tiene ligeros cambios en el equipamiento, los motores y el exterior de la versión más deportiva («Sportive»).
Las variantes con carrocería de cinco puertas son 250 € más costosas que las de tres. La mayor diferencia entre un Mazda2 de tres puertas y uno de cinco puertas es de tipo práctico. Las puertas laterales de la versión de tres puertas son más largas y menos cómodas para ciertos usos. Para acceder a las plazas traseras sólo se puede hacer desde el asiento del acompañante (el del conductor no se abate).
Con una carrocería u otra, el equipamiento, la gama de motores, las prestaciones y el consumo son iguales. Tampoco cambian el estilo ni el volumen de la carrocería.
Ambas variantes están disponibles con dos motores de gasolina, un 1.3 de 75 ó 86 CV y un 1.5 de 103 CV. En Diesel, la gama está formada por un 1.4 CRTD de 68 CV y un 1.6 CRTD de 90 CV, novedad en el Mazda2 (este motor de origen PSA lo llevan otros modelos como el Citroën C4 o el Mazda3, éste con una potencia de 109 CV). A pesar de tener 22 CV más, el motor Diesel más potente sólo consume 0,1 l/100km más que el de 1,4 litros (ficha comparativa).
El Mazda2 no es de los utilitarios más económicos del mercado. Tomando como referencia la variante de cinco puertas, hay varios modelos de características similares, como el Citroën C3, el Fiat Grande Punto, el Renault Clio o el Peugeot 207, menos costosos (relación de todos ellos). Sin embargo, no todos tienen el mismo equipamiento de serie.
Está disponible con tres niveles de equipamiento: «Active», «Active+» y «Sportive». Incluso la versión más barata del Mazda2 tiene de serie dos airbags, aire acondicionado, retrovisores eléctricos, fijaciones Isofix en las dos plazas traseras laterales, radio CD con MP3 y conexión auxiliar. Las versiones «Active+» también llevan airbags laterales delanteros y de cortina, climatizador automático, ordenador de viaje, mandos en el volante, retrovisores con plegado eléctrico y cargador de CD.
El Mazda2 «Sportive» únicamente está a la venta con los dos motores más potentes. Además de todo lo anterior, tiene un kit de aspecto deportivo (imágenes), control de estabilidad, faros antiniebla, sensor de lluvia, encendido automático de faros y llantas de aleación de 16". El kit de aspecto deportivo está disponible como accesorio de concesionario en el «Active+». Los elementos que cambian son la pieza frontal que forma el paragolpes, el faldón y parte de las aletas, el paragolpes trasero y los faldones laterales (imágenes).
Novedades de la gama 2009
Los cambios estéticos de la versión «Sportive» en el modelo 2009 son muy ligeros. Afectan únicamente a los faros delanteros, que ahora tienen cuatro luces independientes. También son novedad los colores «Passion Orange Mica» y «Aluminium Metallic Mica» para la carrocería. Ambos estarán disponbles en las versiones de tres y cinco puertas con cualquier nivel de equipaminto.
En el interior, hay nuevos detalles cromados y el panel central pasa a ser de color negro brillante en los
acabados «Active+» y «Sportive». En estas terminaciones las puertas van tapizadas. Además, la versión «Sportive» lleva unos nuevos relojes.
Las versiones del Mazda2 que probamos en profundidad son las de gasolina 86 y 103 CV. Con estos motores, el Mazda2 nos ha gustado por su agradable respuesta y contenido consumo. La diferencia de potencia que hay entre ambos es clara en carreteras con desniveles y donde sea necesario adelantar en poco espacio.
También hemos conducido el Mazda2 Diesel de 68 CV. Este motor puede ser escaso para circular por carretera. Por ello, es recomendable si se van a realizar muchos kilómetros por ciudad y carreteras donde no sea necesario adelantar frecuentemente. Esta versión tiene un consumo muy bajo. Más impresiones de conducción.
El Mazda2 es un coche con buenas reacciones en todas las circunstancias: es maniobrable en ciudad y responde bien carretera, especialmente si hay muchas curvas.
Para realizar viajes largos, hay algunos utilitarios de similar tamaño (o poco mayores) que son algo más cómodos de suspensión y que tienen mayor estabilidad lineal. Por ejemplo, un Renault Clio es más cómodo y tiene más aplomo en autopista que el Mazda, pero es menos manejable en ciudad. Un Toyota Yaris es, por lo menos, igual de maniobrable que un Mazda2, pero en carretera tiene peor respuesta.
Algunas impresiones del interior
El interior es espacioso para su tamaño: caben bien cuatro adultos, aunque el volumen del maletero está por debajo de la media. El puesto de conducción nos ha dejado buena impresión porque los asientos son cómodos y sujetan bien el cuerpo. Algunos conductores echan en falta que el volante pueda tener doble regulación (le falta ajuste en profundidad). Todo está muy accesible para que el conductor no tenga problemas para manejarlo.
El acabado interior es corriente en calidad. Contrasta el diseño y los colores exteriores con un interior que tiene pocas alternativas en colores y tapicerías. Más impresiones del interior.
El aspecto más criticable de su equipamiento es que el control de estabilidad («ESP») no está disponible en las dos versiones menos potentes (el de gasolina de 75 CV y el Diesel de 68 CV). Esto nos parece un error, ya que hay otros modelos de características semejantes —como el nuevo SEAT Ibiza— que incluso tienen control de estabilidad de serie en toda la gama.
También le falta faros de xenón o sistema de iluminación adaptativa. Precisamente la iluminación que dan los faros siempre resulta algo escasa, sobre todo la de las luces de largo alcance. El programador de velocidad tampoco está disponible. De serie no puede comprarse con navegador, pero es posible adquirirlo como accesorio en el concesionario (no viene de fábrica).
Otra carencia que puede ser determinante para algunas personas es la caja de cambios automática. En otros mercados está disponible, en España no está prevista, salvo que haya una demanda importante.
El Mazda2 mide 3,89 m de longitud, más que un Toyota Yaris y menos que un Renault Clio. La resistencia aerodinámica del Mazda2 es menor que la de cualquiera de los dos y baja para ser un coche de este tipo. A diferencia del anterior Mazda2, el nuevo tiene silueta y proporciones de turismo, no de monovolumen.
La segunda generación del Mazda 121 era básicamente un Ford Fiesta y se llegó a fabricar en la factoría de Ford en Almusafes (Valencia), a principios de los años 90. El anterior Mazda2 también se fabricaba en Valencia, el nuevo se fabrica en Japón.