Por potencia, tamaño, precio y tipo de tracción, los rivales más parecidos al Lexus RC F son el BMW M4 DKG y el Mercedes-AMG C 63 Coupé. El Ford Mustang Fastback GT 5.0 Ti-VCT V8 418 CV Aut. es mucho menos costoso y posiblemente de menor calidad y el Audi RS 5 Coupé 4.2 FSI 450 CV quattro S Tronic 7 vel. tiene tracción total en lugar de trasera.
Atendiendo a su disposición mecánica, el BMW y el Lexus son similares, pero completamente distintos por lo que transmiten a sus mandos. El BMW es más difícil de conducir, su motor da más empuje y es más incómodo por varios motivos: es más ruidoso, el conductor recibe más asperezas a través del volante y del asiento y la suspensión es más seca (que no dura).
El Lexus es un cupé rápido perfecto para vías medias o rápidas. Da una impresión de seguridad sobresaliente porque su trayectoria parece imperturbable. Los baches, las roderas y otras imperfecciones apenas afectan a su trayectoria (no se mueve lateralmente) y la carrocería apenas se balancea. En general, los vehículos deportivos de esta potencia hechos para ser muy rápidos en curvas lentas exigen más correcciones de volante en las vías rápidas y por lo tanto son menos relajados de conducir, como es el caso del propio BMW M4 o el Nissan GT-R. El Porsche 911, tan ágil en curva como preciso en recta, es una excepción.
El RC F rueda con una suavidad impropia de un deportivo. Se viaja con poco ruido exterior pues parece que las ventanillas ofrecen mucho aislamiento, el ruido de rodadura sólo es notorio cuando se circula por vías con el asfalto muy rugoso (en parte se debe a que los neumáticos son muy anchos) y el del motor sólo se percibe claramente en fases de aceleración pero es de una naturaleza que no creo que sea molesto (a mi no me lo ha parecido) en desplazamientos largos.
El intervalo entre que el conductor mueve el volante y el coche se apoya es más corto en el BMW M4 que en el Lexus RC F. A los mandos del BMW todo parece más inmediato que en el RC F, pero también menos previsible porque se siente peor a través de la dirección. Cuando se conducen estos dos modelos a ritmo rápido, el BMW acelera más el pulso del conductor que el Lexus puesto que éste debe tener más precauciones para conseguir la trayectoria deseada y existe más incertidumbre de cómo va a reaccionar en cada momento.
La motricidad del Lexus es muy buena. Por ese motivo, cuando se acelera mucho en curvas lentas tiene tendencia a subvirar (poco). Otra consecuencia de su buena motricidad es que el control de tracción no trabaja mucho. En el BMW, la electrónica cumple un papel fundamental; actúa tanto y en tantas circunstancias (en conducción rápida, claro está) que cuando se desconecta da la impresión de que llevamos un coche absolutamente distinto.
El Lexus RC F tiene varios ajustes de conducción. Se seleccionan desde un mando circular que hay entre los asientos («Drive Mode Select») y se denominan «Eco», «Normal», «Sport» y «Sport+». El conductor puede advertir qué modo está en cada momento porque cambia la decoración e información de la instrumentación (imagen, imagen e imagen de algunas de sus posibilidades). Al elegir uno u otro, cambia de forma sustancial el funcionamiento del cambio de velocidades y la rapidez de repuesta del motor a cada movimiento del acelerador.
En el modo «Eco» y «Normal» el cambio de marchas es algo lento y deja sentir poco las transiciones de marchas. En los modos «Sport» y «Sport+» es más inmediato y brusco (en parte también se debe a la mayor inmediatez de respuesta del acelerador). No hay un buen equilibrio intermedio; dista mucho ser un cambo casi perfecto como pueda ser el PDK de un Porsche.
A veces da la impresión que el cambio de marchas automático es un impedimento para aprovechar la potencia del motor pues no suele reducir todas las marchas necesarias en las fases de aproximación a las curvas, sino que lo hace a la salida de las mismas. Si están seleccionados los modos deportivos de conducción, esa reducción de marcha o marchas en plena aceleración se traduce en una ligera sacudida de la parte trasera del coche. Si están seleccionados los modos de conducción Eco o Normal, esa sacudida es más suave pero la aceleración tarda más en llegar.
La alternativa al funcionamiento completamente automático es utilizar el cambio de forma manual desde las palancas que hay tras el volante. De esta forma, el conductor elige cuántas marchas quitar, y en qué momento. Si se conduce así, se tiene mucho mayor control del coche, se puede aprovechar mejor el motor y evita sacudidas en momentos inoportunos. Es el modo de conducción con el que me he sentido más cómodo en vías de curvas muy lentas.
El diferencial trasero puede ser de dos tipos: torsen (equipamiento Executive) o uno activo (los otros dos). Este diferencial activo reparte el par entre las dos ruedas traseras mediante dos embragues multidisco que son accionados por sendos motores eléctricos. Esto permite implementar la función «Torque Vectoring Differential» que aplica distinto par sobre cada una de las dos ruedas para mejorar el paso por curva.
La unidad que hemos probado tenía este último. El conductor puede elegir tres programas de funcionamiento: normal («proporciona un equilibrio entre estabilidad y agilidad de conducción»), slalom («mejora la respuesta de la dirección») o track («enfatiza la estabilidad para obtener una conducción deportiva a alta velocidad»). En carretera no he notado cómo afecta cada uno de estos modelos de conducción a las reacciones del vehículo. Quizá en un circuito las sensaciones sean diferentes.
El motor V8 de 5,0 litros no tiene buen rendimiento: gasta mucho carburante para la aceleración que da. El tiempo mínimo que ha necesito para pasar de 80 a 120 kilómetros por hora han sido 3,1 segundos, que como se puede ver en esta tabla comparativa, es un valor escaso para un coche de 477 CV. Ese registro de aceleración la consiguen o la superan otros coches de similar o menor potencia.
El Lexus RC F es pesado (1765 kg). Sus posibles rivales de un solo eje tractor son más ligeros (un BMW M4 DKG es 153 kg más ligero). Sólo son más pesados, y por poco, los cupés de tamaño y potencia similar pero con tracción total como un Audi RS5 (ficha comparativa).
Aunque la prestación pura de este motor no sea muy elevada, no quiere decir que defraude. De hecho, el Lexus RC F ha gustado mucho a algunos redactores de km77.com que dan valor a la entrega suave y progresiva de la potencia, y al sonido de «motor grande y potente», antes que a la aceleración máxima.
El consumo de carburante es alto en cualquier circunstancia. En nuestro recorrido habitual de referencia (143,3 kilómetros por autovía con desniveles grandes a una media de 120 km/h), consumió 9,9 l/100 km en el modo de conducción Eco. Durante la mayor parte del tiempo que dura el recorrido, el motor gira a poco más de 2000 rpm. En el mismo recorrido, un BMW M4 Coupé DKG consumió 8,5 l/100 km.
El consumo señalado es casi el mínimo que se puede esperar, salvo que se circule a velocidad más baja y sostenida. En los dos repostajes completos que he hecho, los consumos han sido 14,8 l/100 km y 11,7 l/100 km respectivamente. El segundo corresponde a una utilización suave, principalmente fuera de la ciudad y con alguna aceleración a fondo puntual.
El depósito tiene 66 litros según el manual. Lo máximo que he logrado introducir han sido 57,41 litros recién encendida la reserva. Lexus dice que hay que poner gasolina de octano 98 preferentemente y también «se puede poner de octano 95 sin que afecte a la capacidad de conducción o la durabilidad del motor».
El alerón trasero sube y baja en función del modo de conducción elegido. En modo Eco no se eleva hasta 130 km/h y en cualquier otro modo de conducción lo hace a 80 km/h. También es posible subirlo o bajarlo de forma manual en determinados intervalos de velocidad. Según el manual, este alerón mejora el rendimiento aerodinámico especialmente a alta velocidad.
La capacidad de frenada la hemos medido sobre asfalto húmedo. Incluso en estas condiciones, la distancia de detención ha sido buena (52 metros desde 120 km/h). Cuando probé su capacidad de resistencia al calentamiento, el firme también estaba mojado con lo cual no puede hacer un uso especialmente exigente. Sin embargo, la impresión que me ha quedado es que aguantan bien el uso descuidado.
El Lexus RC F que hemos probado tenía neumáticos delanteros 255/35 ZR 19 92 Y y traseros 275/35 ZR 19 96 Y. Son Michelin Pilot Super Sport. Al menos en España, el Lexus RC F no puede llevar rueda de repuesto, pero sí la puede llevar en otros mercados.