El Infiniti QX70 es un todoterreno de 4,87 metros de longitud que, hasta mayo de 2014, se conocía como Infiniti FX. En esa misma fecha, la marca también hizo pequeños cambios estéticos: una nueva parrilla, unos nuevos faros antiniebla y unos nuevos parachoques, principalmente. Está en venta desde 55 322 € (todos los precios) y se puede elegir entre dos motores de gasolina: un V6 de 320 CV o un V8 de 390 CV. Hasta septiembre de 2016 también estuvo disponible con un motor Diesel de seis cilindros y 238 CV.
Las dos versiones que actualmente están a la venta llevan una caja de cambios automática de siete velocidades. Se pueden seleccionar las marchas de forma manual mediante la palanca ubicada entre los asientos delanteros o a través de las levas —fabricadas de magnesio— que hay detrás del volante (imagen). El accionamiento de las levas es más duro que en otras transmisiones automáticas de similares características.
Tiene tracción total conectable automáticamente. En condiciones normales, la tracción es en las ruedas traseras, aunque un embrague puede acoplar el eje delantero en mayor o menor medida hasta hacerlo solidario con el trasero. El QX70 lleva ruedas pensadas para circular por carretera: 265/50 R20 ó 265/45 R21.
Desde abril de 2011, todas las versiones llevan de serie el portón del maletero con apertura eléctrica y un sistema de alerta por cambio involuntario de carril («LDP») que interviene sobre el volante para corregir la trayectoria.
Hemos conducido brevemente las dos versiones de gasolina. A pesar del diluvio durante la presentación, que hacía delicada la conducción con unas ruedas tan grandes como las que lleva el QX70, pudimos apreciar que el coche tiene buen tacto y una dirección que informa bien de lo que sucede. Además, tiene unas suspensiones que filtran correctamente las irregularidades del asfalto.
En esas condiciones, apenas notamos la diferencia entre los dos motores de gasolina, a pesar de que el V8 da 70 CV más. Ambos tienen potencia suficiente para mover el coche con agilidad. La diferencia de sonido entre ambos —los dos suenan notablemente en aceleración— es lo que más los distingue.
Una peculiaridad del QX70 es que tiene un sistema de dirección a las cuatro ruedas («RAS»), igual que modelos como el Renault Laguna GT 4Control o el BMW Serie 7. A diferencia de éstos, en el Infiniti, cuando las ruedas traseras cambian de dirección, lo hacen en el mismo sentido que las delanteras (más información). En los modelos señalados las ruedas traseras pueden girar en sentido opuesto a las delanteras, a baja velocidad.
En la pequeña prueba que realizamos, no notamos diferencia entre los dos tipos de dirección —a las ruedas delanteras o a las cuatro ruedas—, como sí nos ocurrió en el Infiniti G. No pudimos probar el QX70 en autovía, que es donde se nota más la dirección posterior —en los cambios de carril—. En carretera de curvas, con muchos charcos y lluvia fuerte constantemente, no notamos nada que distinguiera una y otra. Eso sí, en ambos casos se trata de una buena dirección, que tiene muy buen tacto.
El QX70 tiene un dispositivo muy interesante, denominado «Automatic Driving Position System» («ADPS») —sistema de posicionamiento automático durante la conducción—. Si se cambia la posición del asiento durante la marcha, el sistema modifica automáticamente la posición del volante y de los espejos exteriores para que el conductor pueda mantener el mismo punto de vista y su posición respecto a éstos.
Otro elemento sobresaliente es el sistema de visión periférica («Infiniti Around View Monitor»). Las imágenes que generan cuatro cámaras que van montadas en la parte delantera (imagen) y trasera y en los laterales de la carrocería son mostradas en una pantalla del salpicadero. Permiten tener una vista cenital del coche y su contorno.
Este sistema sirve para reducir los puntos ciegos durante las maniobras de aparcamiento e incluye sensores delanteros y traseros de proximidad.
Su utilización supone la división de la pantalla del navegador —al insertar la marcha atrás—. En la parte izquierda se ve la imagen de la cámara trasera y en la parte derecha la imagen de todo el coche con el terreno que lo rodea (imagen). No hemos podido probarlo detenidamente, con obstáculos alrededor del coche, pero en principio parece útil, en especial en ciudades como Madrid donde hay bolardos y pivotes en la acera que no se ven desde el puesto de conducción.
El QX70 también puede tener un programador de velocidad activo mediante láser. Como otros sistemas similares, es capaz de mantener una cierta distancia respecto al vehículo que nos precede (más información en el G37). Otra función de este dispositivo es que, si detecta que se va a producir una colisión, puede activar los frenos y dar una deceleración de hasta unos 5 m/s² (0,5 g) —la deceleración media máxima (pisando al máximo el pedal de freno) que puede dar un coche de calle está sobre 1,0 g—.
Otro elemento disponible es el sistema de suspensión variable («CDC») cuyos amortiguadores cambian su dureza en función de las condiciones de la carretera. Además, el conductor puede seleccionar dos posiciones («Auto» y «Sport») desde un mando que hay en el salpicadero.
El QX está disponible actualmente con dos niveles de equipamiento: «GT» o «Premium». La versión más potente (QX70 de 390 CV) únicamente está disponible con el más completo («Premium»).
Todas las versiones tienen de serie seis airbags, control de estabilidad, faros de doble xenón con iluminación adaptativa, cámara de visión trasera con sensores de aparcamiento delanteros y traseros, acceso y arranque sin llave, reposacabezas activos para las plazas delanteras, climatizador o tapicería de cuero, entre otros elementos (fichas de equipamiento).
Los asientos tienen varias regulaciones eléctricas y soportes laterales neumáticos para dar mayor o menor sujeción lateral al cuerpo o para adaptarse a diferentes complexiones. Pueden tener ventilación y calefacción.
El QX70 tiene una pintura, denominada «Scratch Shield», capaz de reparar por sí misma pequeños arañazos. Una combinación de resina y laca aumenta la flexibilidad de la pintura y cuando ésta queda expuesta al calor repara los pequeños arañazos. Según Infiniti, un coche con esta pintura puede presentar hasta cinco veces menos rasguños que uno lacado de forma convencional —en las mismas condiciones de exposición—. Desde abril de 2011 hay un nuevo color de carrocería: «Negro Malbec».
Precio del seguro y otros detalles
Contratar un seguro a todo riesgo para un Infiniti QX70 3.7 con el nivel de equipamiento «GT», valorado en un mínimo de 55 322 €, cuyo conductor habitual sea un empresario casado de 45 años con carné desde los 18 y seis sin siniestros, que resida a las afueras de Madrid, utilice el coche a diario, realice entre 15.000 y 20.000 anuales y aparque en un garaje individual tiene un coste de 1.394 € con la Mutua Madrileña, la compañía de mejor relación entre calidad y precio —7,28 sobre 10— según nuestro comparador de seguros. Es la segunda póliza más económica.
Una prima a todo riesgo con franquicia se puede obtener desde 766 € —franquicia de 900 €—, también con Mutua Madrileña. Si se desea rebajar la franquicia a 600 € hay que pagar 800 €.