El Honda Jazz 2020 solo se comercializa con un sistema híbrido de impulsión cuya potencia máxima es 109 CV. Está formado por un motor de gasolina, otro eléctrico, un generador y una batería.
El motor de combustión, de cuatro cilindros, tiene 1498 cm³, un rendimiento térmico del 40,5 % (un valor muy bueno) y una relación de compresión muy alta (13,5 a 1); desarrolla 98 CV. El motor eléctrico da 109 CV y 253 Nm de par. De la batería, Honda solo ha dicho que es de iones de litio y que tiene «menos de 1kWh de capacidad».
Hay tres modos de funcionamiento, llamados EV Drive, Hybrid Drive y Engine Drive. Su selección es automática, el conductor no debe preocuparse de ello.
EV Drive es el modo completamente eléctrico. Es el que se activa por defecto, para arrancar desde parado o cuando el conductor demanda poca aceleración y circula a una velocidad baja. La batería suministra corriente al motor eléctrico mientras el térmico está apagado.
Cuando aumenta la demanda de potencia o la batería está con poca carga, se activa el modo Hybrid Drive. En este caso el motor de gasolina entra en funcionamiento, pero no mueve las ruedas, sino el generador eléctrico. La energía transformada va hacia el motor eléctrico, que es el que sigue impulsando el coche. Si hay un exceso de energía generada, se acumula en la batería.
Estos dos modos son los habituales en ciudad. En carretera, es que se usa es el Engine Drive al ser «la configuración más eficiente para la conducción a altas velocidades». Un embrague conecta directamente el motor de gasolina con las ruedas a través de una relación de engranaje fijo (equivalente a una única marcha). En momentos puntuales de aceleración, el motor eléctrico también aporta potencia. Este sistema permite prescindir de caja de cambios o del engranaje planetario que se usa en otros híbridos. A baja velocidad, el elevado valor de par del motor eléctrico permite mover ese desarrollo.
Chasis y carrocería
El empleo del acero de alta resistencia en el Jazz 2020 ha aumentado un 80% respecto al modelo anterior. Ello permite aumentar la rigidez (la resistencia a la torsión ha aumentado un 13%) sin penalizar el peso.
Para facilitar la visión en los giros, los pilares delanteros de la carrocería, son mucho más finos que antes (55 mm en vez de 116). Así, el campo de visión aumenta de 69 a 90 grados.
En la suspensión trasera hay una nueva estructura de aluminio para los amortiguadores y diversos cambios en muelles, casquillos y estabilizadora. Honda dice haber mejorado un 10% el aislamiento acústico con el uso de mas material aislante y vidrios más gruesos.