Ford Mustang Mach-E (2020) - Prueba | Ford BlueCruise
Ford BlueCruise es un sistema avanzado de ayuda a la conducción de nivel 2, como el que llevan muchos vehículos en la actualidad, con una sensible diferencia: no requiere que el conductor toque el volante, basta con que su mirada apunte hacia la carretera. Por esa razón es posible leer en algunos textos que estamos ante un sistema nivel 2+ o nivel 2 hands-free. Pero no es un nivel 3 (explicación de los niveles). Los Ford con BlueCruise no son coches autónomos.
¿Es legal en España?
Sí, en España es legal. También lo es en Alemania, Canadá, Estados Unidos y Reino Unido (excepto en Irlanda del Norte).
Ford es el primer fabricante que recibe en nuestro país la autorización del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, en colaboración con la Dirección General de Tráfico, para introducir la conducción sin manos con la vista en la carretera en autopistas y autovías.
Esto facilitará a otros fabricantes que cuenten con una tecnología similar el camino hacia la homologación. Es el caso, por ejemplo de BMW y su modelo i5. En Alemania, el BMW i5 cuenta con la autorización del organismo competente en dicho territorio —el KBA, siglas de Kraftfahrt-Bundesamt— para utilizar un sistema manos libres con mirada en carretera. Caso aparte es el de Mercedes-Benz con el Clase S y el EQS, que también en Alemania y bajo unas circunstancias muy concretas (entre otras, circular por debajo de 60 km/h), pueden funcionar como vehículos autónomos de nivel 3. También hay unidades del Honda Legend en Japón con nivel 3.
¿En qué carreteras funciona?
Funciona en los tramos de carretera que Ford denomina Blue Zones. Son tramos con más de un carril por sentido que disponen de una mediana física de separación con la calzada del sentido contrario. Es decir, son tramos de autopista y autovía. Según Ford, las Blue Zones cubren más del 90 % de las autopistas y autovías de la red española, unos 28 500 kilómetros.
Muchas carreteras de circunvalación están incluidas. En Madrid, por ejemplo, la mayor parte de la M-30, M-40 y M-50 es Blue Zone. Sucede lo mismo con la Ronda del Litoral de Barcelona y la SE-30 de Sevilla.
Ford ha creado esta web en la que se puede consultar un mapa con todas las Blue Zone. Permite también introducir un origen y un destino para ver qué cantidad de kilómetros harás por estos tramos.
¿Qué modelos de Ford equipan BlueCruise?
En España, todos los Ford Mustang Mach-E adquiridos a partir del 12 de octubre de 2023 irán con el hardware y el software requeridos para hacer funcionar BlueCruise.
Los Mustang Mach-E previos a esa fecha que hubieran sido equipados con el paquete opcional «Tecnología +» tienen el hardware necesario, pero no el software. Ford prevé que a lo largo de 2024 actualizará el software de estas unidades vía OTA para que así sus usuarios también puedan disfrutar de BlueCruise.
Ford no instalará BlueCruise en ningún otro modelo de los que hoy comercializa, pero sí lo veremos en los que lance en el futuro. Es decir, el actual Ford Kuga no dispondrá de BlueCruise, pero es posible que sí esté presente en el Explorer eléctrico.
En Estados Unidos y Canadá está disponible también en el Ford F-150, el Ford F-150 Lightning, el Ford Expedition, el Lincoln Navigator, el Lincoln Nautilus y en algunas versiones de Lincoln Corsair.
¿Cuánto cuesta BlueCruise?
BlueCruise es una opción de pago por suscripción que tiene un coste de 24,99 euros al mes. No es por tanto una opción que se deba solicitar ni pagar cuando se encarga el coche en el concesionario. Todos los Mustang Mach-E vienen equipados con el conjunto de sensores necesarios, pero si no pagas esa cuota mensual, el sistema permanecerá inactivo.
Hay un periodo de prueba gratuito de 90 días durante el primer año desde la compra del vehículo. El cliente decide en qué momento de ese año quiere comenzar el periodo de prueba y, una vez finalizado este, la suscripción se renovará automáticamente mes a mes, salvo que el propietario la cancele. La suscripción se puede activar y desactivar en cualquier momento a través de la aplicación FordPass. No hay un compromiso de permanencia.
¿Cómo funciona BlueCruise?
El equipo de sensores para detectar lo que sucede en el exterior del vehículo está compuesto por un radar de largo alcance ubicado en la parte baja del frontal, cuatro radares de corto-medio alcance, uno en cada esquina del vehículo, y una cámara enfocando hacia el frente de aproximadamente 1 megapíxel de resolución y un ángulo de visión de 52 grados.
El radar de largo alance sirve para medir la distancia con el vehículo precedente, los de corto-medio alcance de las esquinas para detectar la posición de los vehículos circundantes y la cámara para leer las líneas de los carriles y las señales de tráfico, principalmente las de limitación de velocidad. La cámara cumple con su trabajo tanto de día como de noche (aunque la calzada no esté iluminada, le basta con la luz de los faros), pero puede que durante algunos momentos del amanecer y atardecer la luz incida de tal manera que su rendimiento se vea disminuido.
En el interior, detrás del volante, hay una cámara y unos emisores de luz infrarroja apuntando hacia la cara del conductor. Este equipo —oculto en un pequeño módulo alargado; imagen— es el que permite monitorizar la mirada del conductor para determinar si la está dirigiendo o no hacia la carretera.
La luz infrarroja tiene una longitud de onda que el ojo humano no percibe, por lo que esta monitorización pasa desapercibida para el conductor. Asimismo, llevar gafas de sol no es un problema para que este sistema realice su trabajo correctamente porque las gafas de sol no bloquean la radiación infrarroja, sino la ultravioleta, que es la perjudicial para los ojos (también bloquean una parte de la luz visible para evitar el deslumbramiento). Lo mismo se aplica a las gafas polarizadas. Solo causan problemas las gafas con filtro de infrarrojo, que son la minoría.
¿Quién es el responsable de la conducción cuando se activa BlueCruise?
El conductor.
Esto es un sistema de nivel 2, es una asistencia a la conducción. BlueCruise no convierte al vehículo en un coche autónomo. No obstante, los Mustang Mach-E con BlueCruise llevan una «caja negra» por requerimiento del Ministerio. Este sistema de recolección de datos sirve para que, en caso de accidente, sea más fácil determinar cuánta parte de culpa es debida al sistema BlueCruise. Esto no exime al conductor de su responsabilidad, pero un fallo por parte de BlueCruise podría ser motivo de suspensión temporal de la licencia de Ford para utilizar este sistema.
Es en el nivel 3 cuando el fabricante pasa a ser responsable de la conducción. Dar el salto del nivel 2 al 3 es costoso. Exige redundancia en los sistemas de detección, requiere duplicidad de algunos componentes para que en caso de fallo del sistema principal, el vehículo pueda conducirse solo durante al menos 10 segundos. Esos 10 segundos son los que utilizará para alertar al conductor de que algo falla y que necesita que él tome el control.
Ford reconoce que instalar todos estos componentes en un vehículo no es un problema tecnológico, sino económico. Es un coste extra que no tiene sentido trasladar a sus coches, pues son muy pocos los clientes que estarían dispuestos a pagar por ello. Así que lo que hace es sacar el máximo provecho a la tecnología de nivel 2 antes de dar el paso al 3. Y para denominar a estos sistemas de nivel 2 con ese extra de funcionalidad y diferenciarlos, la industria del automóvil se ha inventado el término nivel 2+.
¿Cómo de probado está este sistema?
En 2020 Ford presenta BlueCruise, si bien en ese momento Ford lo denominó Active Drive Assist. El cambio de nombre se debió al parecido casi milimétrico con el sistema equivalente de Jeep, el Active Driving Assist.
BlueCruise empezó a operar en Estados Unidos y Canadá en 2021. Ford dice que a día de hoy hay más de 225 000 coches (Ford y Lincoln) equipados con este sistema y más de 160 millones de kilómetros recorridos sin registrar ni un único incidente o accidente.
Primeras impresiones de conducción con BlueCruise
A falta de una prueba más exhaustiva y en variedad de situaciones, BlueCruise me parece un sistema satisfactorio, que hace la conducción más cómoda y relajada que los demás sistemas de nivel 2 actuales.
Se activa como cualquier otro programador de velocidad en un Ford moderno. Eliges la velocidad —y si quieres la distancia mínima con el vehículo precedente con los botones que hay en la izquierda del volante; imagen— y si estás dentro de una Blue Zone, BlueCruise entra en acción prácticamente al instante.
Hace realidad lo que probablemente muchos usuarios de este tipo de tecnología siempre han echado de menos: el poder quitar las manos del volante sin tener que soportar reiteradamente pitidos y notificaciones cada pocos segundos. Con BlueCruise no es necesario acariciar el aro del volante para dar la señal a los sensores capacitivos de que estás ahí (como en los BMW), ni poner pesos o hacer apaños raros y peligrosos en aquellos coches que se basan en el par de giro. Con el sistema de Ford puedes hacer lo que quieras con las manos y los pies. Te puedes colocar por ejemplo en una postura más relajada en el asiento, con los brazos bajos y las manos sobre las piernas. El único condicionante es que la mirada esté posada en la carretera. Y tener siempre en la cabeza que el conductor es el responsable de gobernar el vehículo.
Por lo tanto, no puedes entretenerte mirando el teléfono móvil, leyendo una revista o trasteando por los menús del sistema multimedia. Es más, si el coche detecta que han pasado más de 5 segundos sin mirar a la carretera, comenzará a emitir un sonido de advertencia y en la instrumentación se desplegará el mensaje «observe la carretera». Si se hace caso a las alertas, estas desaparecerán y todo seguirá como antes. No ha pasado nada. En caso contrario, las alerta subirán de volumen y tras 25 segundos, aproximadamente, el coche dará unos pequeños frenazos. Si no hay reacción por parte del conductor, el coche frenará automáticamente hasta los 10 km/h, pero no se detendrá, se quedará circulando a esa velocidad.
Otros fabricantes, como Volkswagen, siguen una estrategia parecida en esta secuencia de advertencias —aunque en su caso la condición para saber si la persona está en control o no es tocar el volante—, pero terminan con la detención del vehículo y la llamada a los servicios de emergencia. Ford dice que cree que es más seguro que el coche no se pare, sino que circule a muy baja velocidad.
El guiado de BlueCruise en rectas y en curvas medias y suaves es bueno. Mantiene el coche centrado en el carril, aunque puede escorarlo un poco para alejarse ligeramente de algún vehículo que vaya muy pegado a la línea del carril adyacente. Si la curva es cerrada no la toma y pide al conductor con suficiente antelación que coja el volante. En este instante BlueCruise se desactiva y entra en funcionamiento CoPilot 360, es decir, el sistema de nivel 2 convencional que exige mantener las manos sobre el volante. En cuanto las condiciones son favorables, BlueCruise se reactiva.
La interacción con el conductor es fluida. BlueCruise deja que intervengas en la dirección y en los pedales sin oponer resistencia, con naturalidad y suavidad. Hay algunos sistemas de este tipo —el Autopilot de Tesla, por ejemplo— que parece que no les gusta que el conductor toque la dirección y se resisten si tratas de corregir un poco la trayectoria. He echado en falta más información gráfica en la instrumentación para saber que el coche está detectando correctamente todo lo que hay a su alrededor. Eso es algo que Tesla hace mejor.
Este sistema de Ford no hace adelantamientos automáticamente y no interviene de ninguna manera en este tipo de maniobras. De hecho, al pulsar la palanca del intermitente, BlueCruise se desactiva y solo retoma su tarea cuando se apaga el intermitente.
El rango de funcionamiento de velocidades es de entre 0 y 130 km/h y tiene función Stop&Go, es decir, que el coche puede detenerse y reemprender la marcha automáticamente (si la detención dura más de un determinado tiempo, unos pocos segundos, es necesario pulsar el botón OK del volante para dar la orden de volver a moverse). Asimismo, puede adaptar automáticamente la velocidad a lo que indican las señales de tráfico, pero como sucede en muchos coches con esta habilidad, por no decir en todos, hay ocasiones que la cámara lee la señal de limitación de velocidad de la vía de servicio que discurre pegada a la vía principal y habitualmente esta tiene un límite sensiblemente más bajo.