Ford estrena en el Galaxy un motor de inyección directa de gasolina con turbocompresor. También lo tienen otros modelos como el S-Max o el Mondeo.
El 2.0 EcoBoost SCTi es un motor de cuatro cilindros y 16 válvulas. Produce 203 CV a 5.500 rpm. El par máximo es 300 Nm que da entre 1.750 y 4.500 rpm; el 90% del par máximo está disponible entre 1.400 y 5.500 rpm.
Los inyectores tienen siete orificios y funcionan a 150 bar de presión. La turbina alcanza una velocidad máxima de 200.000 rpm. Tiene distribución variable para la admisión y el escape. Es un sistema hidráulico por presión de aceite que puede variar la posición de los árboles de levas 50º. El bloque y la culata son de aluminio.
Cumple con la normativa de emisiones Euro 5. Ford ha trabajado especialmente en controlar las emisiones en los arranques en frío, calentando el catalizador lo antes posible. Para ello, además de sacar provecho del sistema de distribución variable y de que el sistema de inyección puede trabajar varias veces por ciclo, ha construido un colector de escape que incluye la carcasa de la turbina. Según Ford, este colector de dos capas absorbe menos calor por lo que el catalizador se calienta antes.
Este motor forma parte de la nueva familia «EcoBoost», formada por uno de 1,6 l de cilindrada y el citado 2.0. El de menor cubicaje se fabrica en Bridgend (Reino Unido); el otro en Valencia (España). Más adelante Ford producirá uno de menor cilindrada en Colonia (Alemania) y Craiova (Rumanía).
TDCi
Hay tres variantes, por su potencia, del motor Diesel de cuatro cilindros y 2,0 litros de cilindrada. Dan 115, 140 y 163 CV; este último es nuevo. Los tres cumplen con la normativa Euro 5.
Ford ha reemplazado los anteriores inyectores de seis orificios por unos de ocho. Además, la presión es 2.000 bar en vez de 1.800 bar. La cámara de combustión cambia de diseño y también la electrónica que controla le motor.