El Fiat Panda es un coche adecuado para ciudad porque con él se maniobra en poco espacio, se aparca fácilmente y tiene un tacto general agradable. La dirección tiene mucha asistencia y puede ser aún mayor gracias al modo «City». Éste tiene como objetivo facilitar las maniobras de aparcamiento y a baja velocidad, por ejemplo para callejaer en zonas estrechas.
La suspensión es cómoda pero los baches grandes y los reductores de velocidad que suele haber en zonas urbanas hay que pasarlos a baja velocidad para que no lleguen a ser claramente perceptibles en el habitáculo. La visibilidad es buena en todas direcciones. El parabrisas y la luneta de grandes dimensiones y los retrovisores de correcto tamaño contribuyen a ello.
En carretera, el Panda queda lejos de los mejores modelos de su tamaño, como un Ford Ka, un SEAT Mii o un Volkswagen up!, porque la carrocería tiene movimientos de balanceo pronunciados cuando se circula con rapidez en carreteras reviradas, el habitáculo no está muy bien insonorizado y no tiene un tacto de dirección tan bueno.
Transmite menor sensación de seguridad al conductor que los modelos citados anteriormente. Un viaje largo con el Panda puede ser más cansado que con aquellos, principalmente porque el ruido que llega del exterior es mayor —sobre todo el producido por el viento— y los asientos son menos cómodos.
La iluminación es pobre, tanto en las luces de corto como de largo alcance. Se echa en falta un alumbrado mejor, especialmente si se va a utilizar frecuentemente el coche por vías poco iluminadas. No puede tener unos faros mejores, como unos de xenón, ni en opción.
Cuando se acelera con decisión, el retrovisor interior vibra ostensiblemente, algo que resulta incómodo. Las luces de emergencia —los cuatro intermitentes— se activan frenando con menor intensidad que en otros coches. El depósito de combustible no tiene tapón sino que la tapa de la carrocería desempeña esa función, por lo que los repostajes son más cómodos.
1.2 69 CV y 0.9 TwinAir 85 CV
Hemos probado con detenimiento dos de las tres versiones disponibles actualmente en la gama Panda, ambas con motor de gasolina, de 69 y 85 CV —la tercera es una Diesel de 75 CV—. Nos ha gustado más la de menor potencia porque, a pesar de que es mas lenta, es más agradable ya que genera menos ruido, consume menos y tiene fuerza suficiente para mover el coche al mismo ritmo que el resto del tráfico en ciudad y alrededores (no así en carretera). La variante de 85 CV es más rápida pero produce vibraciones que llegan al volante y los pedales, gasta más y, en general, tiene un tacto más aspero. Su mayor potencia (16 CV) y la turboalimentación supone una ventaja en determinadas circunstancias, como cuando se quiere mantener la velocidad en una pendiente pronunciada o cuando se quiere realizar un adelantamiento en poco espacio.
Si se circula a baja velocidad y con poca atención al cambio, algo habitual en ciudad, el Panda 0.9 TwinAir de 85 CV tiene una respuesta pobre y tarda en reponder al acelerador. La variante 1.2 de 69 CV responde mejor a bajas revoluciones (que es lo normal en ciudad), con más fuerza y mayor rapidez. El mayor inconveniente de la versión de menor potencia es su falta de fuerza en marchas largas, que queda bien a las claras a la hora de subir una pendiente pronunciada en carretera o realizar adelantamientos por encima de 100 km/h. Para un uso puramente urbano, el Panda de menor potencia es mucho más satisfactorio que el de 85 caballos.
Quien busque prestaciones por encima de todo debe decantarse por la versión de 85 CV. Según las que hemos medido, es casi cinco segundos más rápido que el de 69 CV acelerando de 80 a 120 km/h. Además, recupera mejor en marchas largas: tarda casi ocho segundos menos en llegar de 80 a 120 km/h en 4ª y casi 12 en 5ª (tabla comparativa).
Según hemos medido, el Panda TwinAir de 85 CV es tan rápido como modelos de mucha mayor potencia, como un Renault Clio en su versión GT de 128 CV, así como diversos modelos de unos 100 CV sin turbo que hemos probado. Las recuperaciones también están más próximas a las de modelos más potentes.
Mientras, el Panda 1.2 de 69 CV da unas prestaciones normales para su potencia, similares a las de modelos de tamaño y potencia parecidos. El Panda es más lento que el 500 con el motor de 69 CV y más rápido con el de 85 CV (tabla comparativa).
La versión de 85 CV, algo ruidosa en frío, tiene dos modos de funcionamiento: normal y «Eco». Esta última tiene como objetivo bajar el consumo. Para ello, reduce la potencia y el par motor. Se nota cuando se pisa el acelerador. Así, por ejemplo, a la hora de afrontar grandes subidas en autovía, en modo normal el coche no pierde velocidad ni es necesario reducir una marcha, mientras que esto sí ocurre en modo «Eco». Éste también es menos agradable para circular por ciudad porque hay que acelerar más para salir desde parado y el motor produce mayores vibraciones. El Panda de 85 CV tiene un sistema de parada y arranque automático («Stop&Start») que funciona con suavidad y rapidez.
Aunque el consumo homologado es un litro superior en el de 69 CV —5,2 frente a 4,2 l/100 km—, en nuestro habitual recorrido para medir el gasto de carburante de todos los coches que probamos, un trayecto de ida y vuelta por autopista de 143,3 km con pendientes grandes, el de 85 CV consumió ligeramente más —7,3 y 7,1 l/100 km, respectivamente—. No es un consumo bajo en ningún caso ya que algunos modelos similares gastaron menos en ese recorrido, tal y como se puede comprobar en la siguiente tabla:
Datos de consumo. Mediciones de km77.com | ||
Modelo | Velocidad media (km/h) | Consumo (l/100 km) |
SEAT Mii 1.0 (75 CV) | 120 | 6,3 |
KIA Picanto 1.2 (85 CV) | 121 | 6,3 |
Volkswagen up! 1.0 (75 CV) | 120 | 6,7 |
Nissan Micra 1.2 (80 CV) | 120 | 6,8 |
Toyota Yaris 1.0 VVT-i (70 CV) | 120 | 6,8 |
Fiat Panda 1.2 (69 CV) | 120 | 7,1 |
Ford Ka 1.2 (69 CV) | 118 | 7,2 |
Fiat Panda 0.9 TwinAir (85 CV) | 120 | 7,3 |
Fiat 500 Twin Air (85 CV) | 120 | 7,4 / 7,2 (Modo "Eco") |
KIA Picanto 1.0 (69 CV) | 120 | 7,7 |
Estas dos variantes de gasolina del Panda llevan una caja de cambios de cinco velocidades de tacto agradable. Las dos unidades que hemos probado tenían los mismos neumáticos, unos Bridgestone Efficient Grip de medidas 185/55 R15 82H y baja resistencia a la rodadura. No daban una adherencia alta.
Ambas no frenaron demasido bien: necesitaron más de 56 metros para detenerse partiendo de 120 km/h. Un SEAT Mii o un Volkswagen up! precisaron casi cuatro menos (tabla comparativa). Los modelos pequeños que mejor frenan, como un MINI o un Audi A1, lo hacen en poco más de 50 metros.