La conducción del Dacia Sandero Stepway recuerda en algunos aspectos a muchos modelos de Renault. El volante (con asistencia eléctrica), los pedales y el cambio de marchas se accionan con muy poco esfuerzo. Esa sensación de que «todo va muy blando» quizá no guste a algunas personas, pues les puede transmitir la sensación de que el coche es como «fofo». Con el paso de los kilómetros uno se acostumbra a esa característica y, al final, pasa a ser algo totalmente secundario.
El Sandero Stepway se mueve en carretera como lo que es: un coche alto y de suspensión más bien blanda. Por ese motivo, no invita a conducir deprisa. Pero se puede circular a un ritmo ágil sin problemas y con seguridad, pero el conductor nota claramente el balanceo de la carrocería, que en parte se debe a que va situado en una posición elevada respecto al piso. Su suspensión aísla correctamente del estado del firme, aunque no es tan cómoda como la de un Citroën C3 Aircross o la de un Renault Clio, que transmiten mayor calidad de rodadura y aisla mejor de la rugosidad del asfalto.
Maniobra de esquiva y eslalon
Las reacciones en situaciones adversas no son malas. En nuestra maniobra de esquiva en circuito, el Dacia Sandero Stepway ECO-G (es decir, la versión que puede funcionar con GLP) no lo ha hecho peor que otros SUV a igualdad de velocidad. La suspensión no produjo rebotes importantes en los apoyos, ni las ruedas dejaron de tener contacto con el suelo de forma preocupante. Sí nos parece mejorable el funcionamiento del control de estabilidad ya que, en el segundo movimiento brusco de volante y a partir de una determinada velocidad, bloqueaba totalmente la rueda delantera izquierda y eso hacía que el coche se quedase sin capacidad para seguir hacia donde apuntaba la dirección. A un ritmo más lento, las ayudas electrónicas cumplieron bien su función. En todo caso, ha habido una mejoría evidente en la maniobra de esquiva respecto al Sandero Stepway de la generación anterior, como se puede ver en este vídeo.
Prestaciones y consumo Sandero Stepway ECO-G
El motor de 1,0 litros de cilindrada, tres cilindros y 101 caballos da un resultado normal. Funciona claramente mejor cuando consume GLP que gasolina ya que la potencia en el primer caso es 10 caballos superior, y se nota. Con GLP, el motor sube mejor de vueltas y da una aceleración mayor. Según nuestras mediciones de aceleración, para pasar de 80 a 120 km/h, necesitó 9,3 segundos cuando empleó GLP y 10,0 s con gasolina.
En nuestro recorrido de consumo por autovía a una media real de 120 km/h, el Sandero Stepway 74 kW (100 CV) ECO-G gastó 7,1 l/100 km cuando usamos gasolina y 9,4 l/100 km cuando repetimos el ejercicio con GLP (el consumo en litros de gas licuado del petróleo es mayor porque tiene menor poder calorífico). En ambos casos, los datos son los que indicaba el ordenador (en este caso no hemos podido medir el error del ordenador de viaje).
El depósito de GLP tiene 40 litros de capacidad y va en el piso del maletero, ocupando el sitio preparado para la rueda de repuesto. Los principales inconvenientes de usar GLP es que hay relativamente pocos puntos de distribución y su repostaje es más lento que la gasolina por dos motivos. Uno, antes de nada hay que enroscar un adaptador a la toma del depósito; dos, el propio GLP pasa con más lentitud del surtidor al vehículo que la gasolina. Hay que tener en cuenta que el sistema de alimentación GLP requiere de revisiones periódicas. La instalación de GLP se realiza durante el proceso de fabricación del vehiculo y está cubierto por la garantía original.
Prestaciones y consumo Sandero TCe 110 CV
Esta versión del Sandero (que también tiene un motor de 1,0 litros y tres cilindros, pero con cambios para que dé más potencia) ha dado una capacidad de aceleración claramente mejor que el Sandero ECO-G y un consumo parecido. En la medición de aceleración desde 80 a 120 km/h ha empleado 8,0 s (frente a 9,3 s del ECO-G funcionando con gas y 10,0 s con gasolina) y el consumo en el recorrido de autopista ha sido de 6,9 l/100 km según lo indicado por el ordenador de viaje (7,1 l/100 km el ECO-G con gasolina). Es decir, este Sandero TCe de 110 CV ha gastado ligeramente menos gasolina (no obstante, es un dato que no ofrece una fiabilidad total ya que, aunque el recorrido por autopista ha sido el mismo en ambos casos, no los hemos realizado el mismo día) pero, sobre todo, ha sido claramente más veloz que el ECO-G. En el apartado Mediciones propias hay una tabla comparativa de prestaciones de estos dos coches y otros más o menos equivalentes de otras marcas.
En ambos casos, el consumo de gasolina que hemos obtenido no ha sido especialmente bajo. Quizá se deba a que la resistencia aerodinámica es relativamente alta ya que la carrocería es voluminosa y va alejada del suelo. En carreteras limitadas a 90 km/h el consumo es claramente más bajo y puede estar sobre los 5,5 y 6,0 l/100 km. En un uso de periferia de una ciudad grande, conduciendo con suavidad y sin mucho tráfico, un valor habitual es de unos 6,0 l/100 km.
La capacidad de aceleración de esta versión es suficiente para circular con soltura en prácticamente cualquier tipo de vía. No es que tenga una potencia elevada, pero como el peso del Sandero Stepway es más bien reducido para lo normal hoy en día (1181 kg), la relación entre peso y potencia es buena. No obstante, para adelantar a un vehículo lento o para mantener la velocidad en autopista con una pendiente muy fuerte puede ser necesario reducir de sexta a quinta marcha. Esto no se debe a que el motor tenga poca fuerza, sino más bien a que la caja de cambios tiene unos desarrollos muy largos que buscan que el coche pueda circular a una velocidad elevada en llano con el motor bajo de revoluciones. Es decir, la sexta marcha es totalmente desahogo.