Si consideramos los coches automáticos con el tamaño y potencia de este C2, no hay ningún otro con mejor relación entre precio y equipamiento.
La diferencia de precio con relación al mismo C2 con cambio manual es 400 €. Creo el cambio Sensodrive tiene cualidades de sobra para justificar ese precio, pero sólo lo recomiendo después de que cada conductor lo pruebe y vea si responde a sus expectativas.
El cambio Sensodrive es automático, con la posibilidad de manejarlo manualmente mediante la palanca o unos mandos en el volante. Como cambio automático no es mejor que otros más suaves y rápidos; como manual me parece preferible a la mayoría por lo bien que están hechos los mandos del volante. Es eficaz al reducir marchas, no tanto al aumentarlas.
La relación entre precio y equipamiento de este C2 Sensodrive es tan buena (especialmente con el descuento que normalmente se aplica), que me parece una interesante alternativa a otros coches de características similares que con cambio manual son más costosos que este C2 automático.
Además de la comodidad que puede proporcionar este tipo de cambio, las mejores cualidades de este C2 son están relacionadas con la conducción. El compromiso entre estabilidad y confort es bueno, cumple bien en ambas variables. Salvo por algunos detalles (como la visibilidad en tres cuartos trasero) el puesto de conducción que tiene puede ser muy satisfactorio, independientemente de la talla y complexión del conductor.
Las prestaciones son normales para un coche de esta potencia. Puede haber una ligera pérdida de aceleración con relación a la versión manual. El consumo no es bajo en ciudad y es alto en carretera, pero no por causa del cambio.
Hay poco espacio en las plazas traseras, donde una persona de 1,70 m da con la cabeza en el techo. El maletero está proporcionado con el tamaño del coche; los asientos traseros tienen 10 cm de recorrido longitudinal, lo que da un cierto margen para distribuir el espacio entre pasajeros y equipaje.
El C2 da un aspecto de calidad mucho mayor que los primeros C3. Por una parte, Citroën ha corregido algunos fallos; por otra, ha mejorado el aspecto de muchos elementos, principalmente los plásticos de recubrimiento interior. Sigue sin ser un coche que destaque por su acabado, pero ahora ya está dentro de lo normal en esta categoría.
Hay dos versiones con este motor y cambio, que se distinguen por equipamiento y decoración. Para quien circule principalmente por ciudad me parece más indicado el SX, porque es más maniobrable (el diámetro de giro es menor que en el VTR). El SX también tiene unas ruedas más adecuadas al peso del coche (y más baratas).
Hay dos fallos en el equipamiento de seguridad: uno, que el antibloqueo de frenos es opcional y está en un paquete que cuesta 750 € (junto con las llantas de aleación y la pintura metalizada). Otro, que el control de estabilidad no está disponible ni opcionalmente. La versión VTR puede tener opcionalmente airbags de cabeza, la versión SX no.