El habitáculo del Spark tiene un aspecto correcto. Está repleto de plásticos duros aunque dan buena apariencia y tienen un ajuste correcto. Algunos detalles son mejorables como por ejemplo las manecillas interiores de las puertas —que tienen los bordes afilados— o el plástico que recubre el salpicadero (imagen), que tiene un acabado brillante y produce reflejos en algunas ocasiones. En el maletero hay algunos cables y tubos que quedan a la vista y pueden engancharse al cargar objetos.
El cuadro de instrumentos (imagen) está situado encima de la columna de la dirección. En las versiones con regulación del volante en altura, la instrumentación (que consta de velocímetro, cuentarrevoluciones, nivel del depósito de combustible y —en las versiones más costosas— ordenador de viaje) se desplaza solidariamente (imagen). Me parece un fallo que no haya posibilidad de regular la intensidad de la iluminación. A algunos conductores su luminosidad les parece excesiva para conducir de noche.
En el puesto de conducción falta un reposapiés en el lado izquierdo de los pedales. Otra falta es que, al menos en la forma en que yo me siento, la rodilla derecha choca constantemente con la parte baja del salpicadero.
El puesto de conducción es el típico de un monovolumen de pequeñas dimensiones —se va sentado más alto que en cualquier turismo convencional—. Los asientos son cómodos, aunque algunos conductores puedan echar en falta que den mayor sujeción lateral o regulación en la zona lumbar.
La visibilidad que tiene el conductor es buena hacia delante y hacia detrás, aunque en tres cuartos traseros es mala porque la pieza que hay entre las ventanillas laterales y la luna trasera es muy gruesa. A veces no se ve nada al salir de aparcamientos en batería.
El interior tiene suficiente espacio a lo largo y poco a lo ancho. Se nota que es estrecho en que los ocupantes de las plazas delanteras van muy cerca entre sí. Esta características también es evidente en las plazas traseras: entran bien dos ocupantes, pero para tres falta mucha anchura. A lo alto hay sitio suficiente para ocupantes de talla media o algo superior (mediciones interiores).
Huecos donde depositar objetos y espacio de carga
La plaza del acompañante y las laterales posteriores tienen asideros. Las traseras tienen ganchos muy útiles para transportar ropa (imagen). En el lugar del conductor hay un portagafas (imagen).
El interior está repleto de huecos donde depositar objetos y, como suele ser normal en coches tan baratos, ninguno de ellos está tapizado o tiene el fondo de goma para que lo que se deposite no haga ruido al moverse.
En el salpicadero, a la izquierda de la columna de la dirección hay un pequeño hueco —donde cabe por ejemplo el mando del garaje— y un lugar específico para las monedas (imagen). En el lado del acompañante, sobre la guantera, hay otro (imagen). Un inconveniente de dejar cualquier objeto en estos lugares es que quedan perfectamente a la vista desde el exterior del vehículo.
La consola central tiene un par de huecos más y tres portabebidas donde se puede colocar el cenicero (imagen). En las bolsas de las puertas delanteras cabe una botella de 0,5 litros de capacidad (imagen). Detrás del asiento del acompañante hay una bolsa de tela (imagen). En el lateral izquierdo de dicho asiento hay una pequeña red (imagen) y en la parte inferior de la banqueta hay un cajón (imagen).
El maletero tiene 170 l de capacidad. Es menos de lo que tienen otros vehículos similares (ficha comparativa). No cabe una sillita infantil como la que se puede ver en esta imagen. Si se necesita más espacio de carga los asientos traseros se pueden abatir (están divididos en proporciones 60:40).
Tiene un par de argollas en el piso para fijar la carga y dos ganchos donde colgar unas bolsas. Está iluminado y la moqueta que cubre el fondo es reversible (tiene una cara tapizada y otra terminada en un material de plástico), que puede venir muy bien.
El portón del maletero se abre con la llave o —en algunas versiones— desde una palanca que hay en el habitáculo junto a la de apertura de la portezuela del depósito de combustible. Es incómodo que no se pueda abrir desde un mando situado en el propio portón. Un inconveniente de que esto sea así es que si abrimos el maletero con la llave y éstas se quedan accidentalmente en su interior, al cerrar el portón, podemos quedarnos sin la posibilidad de acceder al interior del vehículo.
En determinadas versiones hay disponibles unas barras longitudinales sobre el techo para poner una baca.