El Cruze tiene un habitáculo espacioso, tanto en las plazas delanteras como en las traseras, siempre que en estas últimas no se acomoden tres adultos. La plaza central posterior, como sucede en la mayoría de berlinas del mercado, es estrecha y la banqueta tiene un relleno más duro y está ligeramente más alta que las otras plazas —lo que reduce la altura libre al techo—. Por ello, sólo viajarán en buenas condiciones cuatro adultos.
La amplitud de las plazas posteriores es similar a la de modelos de similares características como el Ford Focus Sedán, el Renault Fluence o el Volkswagen Jetta (mediciones interiores). Personas de hasta 1,80 metros pueden viajar con la espalda completamente apoyada en los respaldos traseros sin que la cabeza les roce con el guarnecido del techo.
El puesto de conducción es bueno. Los asientos delanteros son cómodos y sujetan convenientemente el cuerpo a pesar de no tener los contornos muy marcados. Aunque el mullido es un poco blando el cuerpo no se hunde en la banqueta. El volante, el asiento del conductor y el reposacabezas tienen regulaciones amplias, lo que permite que personas de diferentes tallas se acomoden sin problemas. Para las personas de mayor tamaño, el reposabrazos central puede resultar incómodo en los cambios de marchas.
El acceso al habitáculo es cómodo ya que las puertas tienen un ángulo de apertura grande, especialmente las delanteras. El diseño de la parte trasera de la carrocería no supone que haya que hacer un gran esfuerzo doblando el cuerpo y agachando la cabeza para sentarse en los asientos traseros.
Materiales, mandos y huecos
El interior del Cruze está realizado con materiales de una calidad normal y algo inferior a la de, por ejemplo, un Jetta o un Fluence, ya que abundan los plásticos duros, menos agradables al tacto. Eso sí, transmiten sensación de solidez y parece que aguantarán bien el paso del tiempo. Algunas versiones llevan parte del salpicadero recubierto con la misma tapicería que la zona central de los asientos (imagen). El ajuste entre las diferentes piezas es bueno, al menos las que quedan a la vista.
La consola recuerda a la del Opel Insignia —Chevrolet y Opel pertenecen a General Motors—. El Cruze comparte con el Insignia, así como con el Astra, algunos mandos, como los que hay en el volante, los de las palancas de la columna de la dirección o los del sistema de iluminación. Éstos y el resto de mandos tienen buen tacto y son agradables de manejar. Chevrolet afirma que el salpicadero del Cruze tiene algunos detalles de diseño similares a los del Corvette —por las imágenes, parece complicado saber cuáles—.
A pesar de que, en general, el habitáculo del Cruze deja una sensación buena a quien se acomoda en él, tiene ciertos aspectos mejorables, como que, en algunas versiones, la consola tiene un plástico que se raya con facilidad (imagen), que los espejos de cortesía no tienen plafón de iluminación o que los asideros del techo no tienen algún sistema que ralentice su plegado cuando se sueltan repentinamente.
Hay un buen número de huecos para dejar objetos. La mayoría de ellos no están recubiertos de goma o tapizados para evitar que se muevan o se ralle lo que se deposite en ellos. Esto sucede en las bolsas de las puertas (imagen) —no muy grandes— y en el espacio que hay junto a la palanca del freno de estacionamiento (imagen).
También se pueden dejar cosas en un pequeño hueco que hay delante de la palanca de cambios (imagen) —éste sí, con goma—, en un cajón de pequeñas dimensiones que hay a la izquierda de la columna de la dirección o en el interior del reposabrazos central delantero (imagen). Además, en la parte alta del salpicadero hay un hueco con tapa (imagen) y el respaldo de la plaza central trasera se abate para dar acceso a dos portabebidas (imagen). La guantera (imagen) tiene buen tamaño.
Maletero
El maletero tiene una capacidad de 450 litros (listado comparativo de maleteros). La capacidad de carga se puede ampliar reclinando los respaldos de los asientos traseros (imagen). Éstos se abaten en una proporción 40/60 (imagen) y dejan un fondo de carga plano.
Es sencillo colocar los objetos en el maletero porque la boca de carga es grande (imagen) y el borde de carga queda bajo (mediciones del maletero). Tiene unas formas un poco irregulares, por la presencia de los pasos de rueda (imagen) y los recubrimientos interiores de los pilotos. Se echan en falta unas argollas para poder sujetar una red que inmovilice la carga. Además, únicamente hay un gancho para bolsas —en el lado izquierdo (imagen)—.
Tiene algunos detalle de acabado mejorables, como la ausencia de tapizado en la parte interna de la carrocería que va desde la tapa del maletero hasta la luneta o el conjunto de cables que queda muy a la vista al abrir el maletero (imagen). Además, no hay un tirador interior que permita cerrar la tapa del maletero sin mancharse los dedos con la parte exterior de la carrocería.
Bajo el piso hay un equipo de reparación de pinchazos, aunque hay espacio suficiente como para una rueda de repuesto de emergencia (imagen). Éste se puede utilizar para guardar los triángulos de emergencia, unas herramientas u otros objetos útiles.