El motor del BMW 320 GT, que tiene una potencia de 184 caballos, es de cuatro cilindros, con cuatro válvulas por cilindro y dos litros de cilindrada. Es un motor muy probado, que tiene una respuesta agradable a las solicitudes del acelerador, suena y vibra poco, salvo a velocidad baja, consume poco y da unas prestaciones muy buenas.
Es un motor impecable para carretera, autovía y autopista, pero no lo es para los atascos. Al ralentí y a baja velocidad es un motor ruidoso y tengo la sensación de que en el Serie 3 GT el sonido se percibe con mayor volumen que en la berlina. Las vibraciones del motor no se transmiten al interior, ni al conductor ni al volante con especial crudeza, si bien la palanca de cambios oscila cada vez que se produce un arranque, situación habitual en los atascos debido al sistema de parada y arranque automático, que es de serie.
En autopista y carretera es una delicia la reserva de potencia que se tiene prácticamente en cualquier marcha y en cualquier situación. Con nuestra unidad del Serie 3 GT hemos obtenido unas recuperaciones sensiblemente peores que las que conseguimos con la berlina.
Recuperaciones 80-120 km/h (s) | |||
Versión | 4ª | 5ª | 6ª |
320d Berlina | 5,8 | 7,7 | 10,6 |
320d Gran Turismo | 6,5 | 8,6 | 11,7 |
Si bien la aceleración bruta de 80 a 120 km/h es incluso mejor que en la berlina. Probablemente el motor de nuestra unidad diera más potencia en alta y menor a bajas vueltas que el que probamos con la berlina.
Todavía mejor que las cifras de recuperación y aceleración que se obtienen con este motor, es su bajo consumo. Con la carrocería GT, que tiene peor aerodinámica y mayor peso que con la berlina, la cifra de consumo en autovía ha sido de 5,3 litros cada 100 kilómetros, en una mañana fresquita de verano, a menos de 20 grados centígrados. Este resultado es una décima mejor que el que obtuvimos con la berlina. El Seat Leon 2.0 TDI FR, también Diesel de 184 caballos de potencia y que pesa 300 kilogramos menos que el BMW Serie 3 GT, consumió 6,2 litros en este recorrido.
El BMW Serie 3 GT es un coche cómodo para los pasajeros en casi todas las situaciones. La suspensión absorbe bien las irregularidades del asfalto y los asientos resultan cómodos para cuatro pasajeros, como especificamos en Impresiones de interior. Sin embargo, con cambio manual, a mí me resulta un coche antipático por la dureza del embrague y de la palanca de cambio.
Mientras conducía en un atasco a la salida de Granada hacia Málaga me preguntaba ¿Por qué será tan duro el pedal del embrague de este coche?, ¿qué necesidad hay?, ¿será posible que sea yo, que soy un debilucho?. Pues es posible. A mí me parece un embrague innecesariamente duro y antipático de utilizar. Para conducir en ciudad he colocado los asientos en una posición más cercana a los pedales que la que utilizo en autovía, donde prácticamente nunca hay que mover la palanca de cambios porque en sexta se llega a todos lados.
La diferencia de precio entre la caja manual y la automática es de 2500 euros, una diferencia que supone aproximadamente el 5 % del precio del coche (ficha técnica comparativa). Las cifras de consumo homologadas son prácticamente idénticas, por lo que la única ventaja del cambio automático es el incremento de comodidad. Por zonas urbanas y en lugares de mucho tráfico, yo pagaría esos dos euros al día, cada vez que cogiera el coche, para no tener que manejar ese embrague y esa palanca de cambios tan duros.
Todos los BMW Serie 3 GT están equipados de serie con un sistema que permite elegir entre tres grados de conducción: EcoPro, Comfort y Sport. Según BMW, el sistema actúa sobre motor, chasis y también sobre elementos accesorios, como el climatizador. (Imágenes de las pantallas del coche con el sistema Eco Pro activado en el blog Teletransporte)
El modo Sport lo he utilizado poco. No lo he necesitado, ni siquiera por carretera de curvas. El Serie 3 GT no es un coche de carreras, no he apurado en ni una sola curva con él. Su respuesta en zonas sinuosas me parece buena en todas las posiciones del selector.
La principal diferencia entre el modo Comfort y el modo EcoPro es el funcionamiento del climatizador y los avisos que aparecen en la pantalla para recomendar una conducción que consuma menos. En modo EcoPro, por ejemplo, aparece un rótulo en la pantalla central, a medida que aceleras para salir de detrás de un camión para decirte: «Consejo: acelere moderadamente». Si superas los 130 km/h aparece un rótulo que dice: «Consejo: reduzca la velocidad. Límite ECO PRO sobrepasado». La medición de consumo en autovía la hice con el modo comfort activado. Como esa medición de consumo la realizamos con el aire acondicionado desconectado y a una velocidad de 120 km/h, no creo que hubiera habida ninguna diferencia entre llevar el modo ECO PRO conectado.
Cuando conectas el modo ECO PRO, un cartelito que aparece en la instrumentación central situada tras el volante muestra cuántos kilómetros de autonomía has ganado desde que lo conectaste.