El interior del Serie 2 Gran Coupé guarda muchas similitudes con el del Serie 1. Ambos comparten salpicadero y consola central, paños de puerta delanteros y asientos traseros y tienen, básicamente, los mismos vicios y virtudes en ajustes, materiales y acabados. La impresión inicial es buena, aunque hay detalles algo más pobres que en los BMW más caros, principalmente por la sensación de menor solidez que transmiten algunos plásticos duros como el de color negro brillante que hay entre los pasajeros delanteros, o la aparente endeblez de la puerta de la guantera frente al copiloto, que además estaba descuadrada respecto al salpicadero en su esquina superior derecha.
Delante hay prácticamente la misma altura disponible y la misma anchura entre puertas que en un Serie 3. Detrás hay 5 centímetros menos de anchura, un centímetro menos de altura y 6 centímetros menos en longitud para las piernas, por lo que es en la segunda fila donde los pasajeros viajan claramente menos holgados respecto a la siguiente berlina, por tamaño, de BMW (tabla de mediciones comparativa).
Comparado con las berlinas de su tamaño (que no necesariamente de su precio), como el Ford Focus ST, el Honda Civic Type R o el Hyundai i30 N Fastback, los Mercedes-Benz Clase A Sedán y CLA Coupé, está en la media respecto a amplitud para los pasajeros de delante y está por debajo de la media en lo que ofrece a los pasajeros de atrás (tabla de mediciones comparativa).
Las puertas del Serie 2 Gran Coupé no tienen marco en las ventanillas, detalle que pasa desapercibido una vez en marcha porque el aislamiento acústico es bueno aunque se ruede a velocidad elevada. No ocurre igual en todos los coches con este tipo de puertas. Al cerrarse, el motor de los elevalunas, como sucede en otros muchos coches con ventanillas sin marco, termina de subirlas para que ajusten bien con las gomas. El sellado que producen parece bien elaborado y es, al menos por nuestra experiencia al lavar los coches con lanza a presión, mucho mejor que el del Tesla Model 3, en el que se cuela agua si se apunta directamente a la unión entre ventanilla y puerta.
Los asientos delanteros de nuestra unidad de pruebas eran los deportivos asociados al acabado M (imagen), a diferencia de los que probamos en el Serie 1, que eran los normales (imagen). Nuevamente, no me han parecido a la altura de los asientos que BMW es capaz de ofrecer en otros modelos deportivos, como el M2 Competition (imagen). Frente a estos, los del M235i xDrive son más incómodos y menos eficaces. Por la forma de la banqueta, no conseguí distribuir el peso desde los glúteos hasta la parte de atrás de las rodillas sin notar algún punto de presión incómodo.
Los asientos del M2 Competition no tenían esta pieza separada que permite alargar la banqueta y, sin embargo, no solo no la eché de menos sino que me resultaron más ergonómicos para uso diario y más eficaces en conducción deportiva. En tal caso, el apoyo lumbar también es mejor en el caso del M2 Competition, pese a que en ambos coches se puede conducir a un ritmo en el que prácticamente cualquier asiento que no sea un baquet puro se queda corto para sujetar bien el cuerpo. Este asiento deportivo del Clase A 45 AMG es, igualmente, mucho más eficaz para sacar partido a las prestaciones del coche que los del M235i xDrive.
El puesto de conducción tiene todo lo necesario a la mano del conductor. La visibilidad es buena hacia delante, aunque los pilares frontales son anchos y en la zona del retrovisor restan un ángulo de visión valioso en algunas situaciones, como al aproximarse a los pasos de cebra o las rotondas cuando viene un ciclista (que ocupa relativamente poco espacio en la vía en comparación con un coche). Hacia atrás se controlan bien las dimensiones del coche, en parte porque se ve lo suficiente por los retrovisores y ventanas y en parte porque los sensores hacen parte del trabajo.
Una vez habituado a los mandos del Serie 2 Gran Coupé, no hay apenas lagunas más allá de las que hemos reseñado durante las últimas pruebas en las que hemos conducido otros BMW con pantalla de instrumentación (BMW Live Cockpit Professional; imagen). Esta presenta la información de manera farragosa, poco eficaz. Llama la atención que BMW siga sin ofrecer un sistema de información proyectada en el parabrisas (imagen) visible con gafas polarizadas, cosa que Ford sí hace.
El sistema multimedia está mucho mejor resuelto y ha evolucionado conservando la lógica de funcionamiento habitual en la marca, pero con la posibilidad de ordenar los «widgets» (pequeños componentes independientes para acceder a cada función) en la pantalla táctil y también de actualizar sus prestaciones a través de una nube de datos desde la que hacer directamente la descarga.
La boca de carga del maletero del Serie 2 Gran Coupé tiene una ventaja y un inconveniente. La ventaja es que el borde está a una cota baja y enrasada con el piso del maletero, lo cual facilita la tarea de meter maletas y bultos pesados sin tener que levantarlos mucho (aquí se puede ver la altura comparada con una maleta grande y aquí la misma situación simulada en un Serie 3 Berlina). El inconveniente es que es pequeña en altura y en profundidad, por lo que hay que meter los objetos voluminosos «apuntando» en horizontal hacia el fondo del vano, que sí es profundo y tiene volumen normal, de 430 litros. A los lados hay bolsillos para guardar cosas pequeñas y un gancho para bolsas (imagen). Bajo el piso hay un hueco adicional, de formas regulares, que facilita desahogo extra (imagen).