Las versiones del BMW i3 sin motor de combustión tienen un masa de 1270 kilogramos. Con el motor de combustión la masa es 1390 kg. El principal problema de los coches eléctricos es el elevado peso de las baterías de acumuladores disponibles para ser usadas en un automóvil con la tecnología actual. El volumen de las baterías también es un problema, pero no tan grande como su peso. El principal problema del peso es que influye negativamente en el consumo. Cuanto más pesado es un coche más consume, especialmente en ciudades, donde con las continuas arrancadas hay que acelerar la masa del coche continuamente y para acelerarla se requiere energía.
Debido a este problema, en BMW decidieron en 2007 fabricar un vehículo eléctrico con una carrocería realizada con fibras de carbono, sobre un chasis de aluminio. Una estructura de fibra de carbono pesa un 50% de lo que pesa una estructura de acero del mismo tamaño y de resistencia equivalente.
En km77.com hemos dado mucha información sobre este modelo. La información era referida al prototipo, pero del prototipo a la versión final las diferencias son pequeñas. En 2011 publicábamos que el BMW i3 Concept medía 3,85 metros de longitud. El BMW i3 es 15 centímetros más largo que el prototipo (mide 3999 milímetros). La altura de la carrocería es 1,58 metros.
Sobre la estructura del BMW i3, hemos publicado varias informaciones e imágenes, también en el blog Teletransporte. En esta entrada titulada «BMW se asoma al futuro y empieza a caminar por él» damos información general sobre el coche y sobre todo mostramos imágenes de la estructura. En esta otra entrada, mostramos vídeos sobre el BMW i3 Concept y el BMW i8 en las que se muestra con claridad la estructura del coche (con una zona inferior que soporta las baterías y el motor y una zona superior de fibra que es la zona para los pasajeros).
En BMW dicen y repiten que uno de sus objetivos con el i3 es mantener el «placer de conducir» que ellos consideran que es el sello de identidad de su marca. Por este motivo, el i3 tiene un motor de 170 caballos de potencia y es de tracción trasera, uno de los iconos principales de la marca BMW. Una de las características de los motores eléctricos es el par máximo está disponible desde el instante mismo en el que se pisa el pedal del acelerador a fondo y no depende de que el motor suba de revoluciones. Al contrario, en los motores eléctricos el par se pierde a partir de determinado número de revoluciones. El BMW i3, con el acelerador a fondo, entrega constantemente la máxima potencia. En cambio, en un coche con motor de combustión, en una marcha fijada, la potencia varía en función de las revoluciones del motor. Según BMW, el i3 pasa de 0 a 100 km/h en 7,2 segundos, cifra que se puede considerar aceleración de coche «deportivo».
BMW dice que la batería de iones de litio tiene una capacidad bruta de 22 kWh, de los que quedan 18,8 kWh útiles. Esto es un 85 % de la capacidad máxima que se establece así para asegurar su longevidad. Uno de los problemas de las baterías acumuladoras es que se dañan cuando se cargan y descargan completamente, por lo que todos los fabricantes utilizan del orden de un 80 por ciento de la capacidad máxima de la batería. Según BMW, con esta capacidad la autonomía del coche se sitúa entre los 130 y los 160 km, si bien en conducción cuidadosa, estrictamente urbana y en días sin mucho frío o calor, la autonomía se acerca 200 kilómetros. Los coches eléctricos son muy eficientes a bajas velocidades, por lo que el consumo de los eléctricos en medio urbano es más bajo que en carretera, a diferencia de lo que ocurre con los coches con motor de combustión interna.
El consumo de energía declarado por BMW es de 0,13 kWh por kilómetro (NEDC). La batería tiene una garantía de ocho años o 100 000 kilómetros, periodo en el que se garantiza que la batería tendrá al menos un 70 % de la capacidad máxima original.