La principal diferencia entre el habitáculo del TT Roadster y el del TT Coupé se halla en el número de asientos: dos para el primero y cuatro para el segundo, si bien las dos adicionales de este último sólo sirven para llevar a alguien menudo en caso de apuro y para dejar abrigos o bolsas, en ningún caso para que un adulto viaje en ellas confortablemente.
Las dos plazas del TT Roadster son espaciosas. El techo queda lo suficientemente lejos de la banqueta para que pueda ir sentado alguien de casi dos metros de estatura sin problemas. Según nuestras mediciones, la diferencia de espacio entre el TT Roadster y el TT Coupé es prácticamente inexistente.
La capota de lona del TT Roadster se pone y se quita mediante un mecanismo eléctrico. La operación tarda 10 segundos (imagen del proceso) y a velocidades de hasta 50 km/h (la del Porsche 718 Boxster tarda un segundo menos). La capota tiene cinco capas de lona que, juntas, tienen un grosor de 15 milímetros. La estructura sobre la que se apoyan estas capas está construida con aluminio, magnesio, acero y plásticos (imagen). El aislamiento acústico que proporciona cuando está situada sobre la carrocería es bueno, aunque los ruidos del exterior llegan con más nitidez al interior que en el TT Coupé, sobre todo desde la zona posterior del habitáculo.
Descapotado, el ruido en el interior no parece molesto hasta aproximadamente 100 km/h pero, por encima de esa velocidad, las corrientes de aire y el ruido se hacen incómodos. Además, es necesario elevar mucho el tono de voz para mantener una conversación fluida con el pasajero. El BMW Serie 2 Cabrio, por citar un ejemplo, me ha parecido claramente mejor resuelto en este aspecto mientras que en un Porsche Boxster no protege mejor del viento a los pasajeros.
De serie hay un deflector de aire trasero (imagen) que se coloca en su posición de servicio mediante un motor eléctrico y unos asientos con salidas de aire caliente a la altura del cuello de los ocupantes (imagen). El primero de estos elementos tiene como objetivo reducir las turbulencias en el interior y el segundo crea una corriente cálida en esa zona del cuerpo especialmente sensible al frío.
La calidad de construcción de la capota me ha parecido buena, en tanto que no produce ruidos cuando se circula sobre superficies en mal estado o adoquinadas. El ajuste del revestimiento interior también da sensación de calidad, excepto en la unión con la carrocería por detrás de las puertas. Desde el habitáculo, girando la cabeza hacia esa zona, se puede ver a través de un hueco que deja el revestimiento la cara interior de la carrocería, que tiene menos capas de pintura que la del exterior y casi se ve el color del metal. También se pueden ver por este hueco algunos de los brazos del mecanismo que pliega o despliega el techo.
El climatizador no tiene una función especial para cuando se circula sin capota, pero sí memoriza los ajustes de temperatura y velocidad del ventilador de la última vez que se ha circulado sin ella y los activa cuando se descapota (cuando se vuelve a poner la capota sobre la carrocería recupera los ajustes que estaban seleccionados previamente). Con la capota situada sobre la carrocería, la visibilidad hacia atrás y hacia los tres cuartos traseros es claramente peor que en el TT Coupé.
El volumen del maletero del TT Roadster no se ve afectado por la posición del techo, es siempre 280 litros, 30 litros más que en el modelo anterior y 25 litros menos de los que tiene el actual TT Coupé (ficha comparativa).
Como en el TT Coupé, uno de los aspectos que más llama la atención del habitáculo del TT Roadster es el cuadro de instrumentos. Está compuesto por una pantalla de 12,3 pulgadas con una resolución de 1440 x 540 píxeles que funciona gracias a un procesador Nvidia Tegra T30. Hay dos formas de mostrar la información: una, en la que prevalece la información convencional (velocímetro y el cuentarrevoluciones; imagen) y otra, en la que prevalece la información seleccionada por el conductor, que puede ser la relativa al ordenador de viaje, al sistema de navegación, a la fuente de sonido seleccionada o a la conexión Bluetooth para el teléfono móvil (imagen). Su visibilidad es excelente en cualquier situación, incluso cuando la luz incide directamente sobre ella, pero su funcionamiento requiere un periodo de aprendizaje porque tiene multitud de opciones y la información que muestra puede llegar a ser muy abundante. Hay más información y vídeos en el apartado Sistema Multimedia del Audi TT Coupé.
El pasajero tiene una visión prácticamente completa de la información mostrada por el cuadro de instrumentos, por lo que también puede realizar ajustes con comodidad mediante el mando giratorio que hay entre los dos asientos (imagen). A pesar de ello me ha parecido que esta disposición puede resultar un inconveniente para el conductor porque la información mostrada en la pantalla cambia constantemente, lo cual puede resultar incómodo —o incluso un problema— si en ese momento está consultando algún dato del ordenador de viaje o del sistema de navegación. Bajo mi punto de vista, una pantalla adicional en la parte superior de la consola (por ejemplo, como en el A4 o el Q7), es una mejor solución porque permite visualizar dos informaciones completamente distintas sin que una interfiera en la otra.
Los mandos del sistema de climatización también son distintos a lo que suele ser habitual. Están colocados en el centro de las tres salidas de aire centrales y tienen una pequeña pantalla donde se visualizan las diversas funciones (velocidad del ventilador, temperatura, conexión/desconexión del aire acondicionado y orientación; imagen). En las salidas de aire de los extremos (las laterales), también están los mandos que activan la calefacción de los asientos y del sistema que expulsa aire caliente sobre el cuello de los ocupantes (imagen). Su activación o desactivación no supone ningún tipo de problema porque tienen una lógica de funcionamiento muy sencilla (básicamente hay que pulsarlos o girarlos).
El habitáculo del TT Roadster, como el del TT Coupé, denota calidad y esmero en su fabricación. Los ajustes entre las distintas piezas que lo componen son muy precisos y, en conjunto, parecen formar un bloque sólido. Además, la mayoría de los materiales utilizados tienen muy buen aspecto y los mandos y botones funcionan con una precisión y tacto exquisitos. Cuenta con diversos huecos para dejar objetos, algunos de ellos muy grandes. Es el caso del cajón bajo el reposabrazos (imagen) o el que hay por detrás de los asientos, que además está completamente tapizado y tiene una cerradura (imagen). La guantera —también tapizada y con cerradura—, tiene espacio suficiente para llevar dos chalecos de alta visibilidad y la documentación del vehículo (imagen). También hay huecos en la parte inferior de cada una de las puertas y uno más pequeño justo por delante de la palanca de cambios (imagen).