El salpicadero del Audi Q6 e-tron tiene una distribución de mandos, pantallas y otros elementos novedosa. Es muy parecida a la que también está presente en otros modelos de la marca de reciente aparición, como el A5, el A6 e-tron o el Q5. De serie, consta de dos pantallas de tipo OLED unidas bajo una superficie curva que sirven para ver la instrumentación (11,9 pulgadas) y las distintas funciones del sistema multimedia (14,5 pulgadas). Además, acudiendo al listado de opciones, se puede instalar una tercera pantalla frente al asiento del pasajero que sirve para manejar algunas de las funciones del coche (navegación, fuentes de sonido, juegos o contenido multimedia), aunque es algo más pequeña (10,9 pulgadas), de tipo LED y tiene una función de privacidad para que el conductor no se distraiga con el contenido que aparece en ella (imagen).
Con todo ello, Audi ha eliminado la mayoría de los botones que, tradicionalmente, instalaba tanto en el salpicadero como en la consola que hay entre los dos asientos delanteros. Ahora prácticamente todas las funciones del coche se han de manejar desde la pantalla del sistema multimedia, una solución que, bajo nuestro punto de vista, es más farragosa porque obliga a apartar la vista de la carretera para buscar la zona donde se ha de pulsar o buscar entre menús. Ciertamente no resulta un proceso demasiado complicado porque la pantalla es muy grande, los menús están bien organizados y, además, hay un sistema de reconocimiento de comandos vocales muy bueno, pero al menos inicialmente, uno no se siente tan cómodo a sus mandos como sí ocurría con otros modelos de la marca de hace unos pocos años (el Q5 2021, por ejemplo).
Tampoco ayudan a mejorar la experiencia de uso los mandos de la puerta del conductor, que aglutinan en un mismo módulo los habituales (apertura y cierre de puertas o ajuste de los espejos retrovisores) con otros que no lo son (los de las luces o las memorias de posición de los asientos). Ocurre un poco como con la distribución general del salpicadero: no es que sea difícil de manejar (al fin y al cabo no son mandos de uso especialmente frecuente), pero se echa en falta la ergonomía de modelos previos de la marca, donde todo estaba donde uno se lo espera.
Por lo demás, pocas pegas se le pueden poner: el aspecto es moderno y vistoso (sin llegar al minimalismo de Tesla), las pantallas (especialmente las OLED de instrumentación y multimedia) tienen una calidad de imagen fabulosa y se mueven entre los menús con muchísima fluidez, hay un buen número de huecos portaobjetos, algunos de ellos muy grandes, y hay funciones que resultan útiles y vistosas a partes iguales (la tira luminosa que envuelve a los pasajeros delanteros por las puertas y el salpicadero, además de tener funciones decorativas, también se emplea como elemento informativo —intermitentes, aviso para los asistentes a la conducción o estado de carga de la batería—). Mención aparte merece el sistema de información proyectada en el parabrisas, que además de ser muy grande, da mucha información de una manera clara y precisa. Una referencia en sistemas de este sentido.
Para el recubrimiento de parte del salpicadero y las puertas o incluso los asientos hay muchas opciones, con resultados distintos desde el punto de vista de la calidad percibida. Las versiones básicas, por ejemplo, tienen unas molduras decorativas de símil piel que no causan una sensación especialmente buena; otras más costosas, en cambio, llevan una especie de piel vuelta muy agradable a la vista y al tacto y que le da al habitáculo un aspecto más sofisticado. Sea como fuere, la calidad general que se percibe nada más subir al coche es elevada, aunque los ajustes (al menos en las unidades que condujimos en la primera toma de contacto) no son tan precisos como en modelos previos de la marca, donde estaban especialmente cuidados.
Espacio para los pasajeros y maletero
De acuerdo con nuestras mediciones, el habitáculo del Q6 e-tron es amplio, muy parecido al del Q5 que aún está a la venta (el modelo de 2025 no lo hemos medido). La cota en la que más sobresale es la anchura entre puertas en las dos filas de asientos, que es superior a la de muchos modelos contra los que compite (algo lógico teniendo en cuenta que la carrocería mide nada menos que 1,965 mm de anchura sin incluir retrovisores). La que se queda por debajo de la media es la longitud en las plazas posteriores (el espacio para las piernas) que sin ser mala —69 cm—, es claramente inferior a la que ofrecen los mejores en este sentido, el Ford Mustang Mach-E, el Lexus RZ o el Tesla Model Y (10 cm más en los tres casos).
Por altura libre al techo no hay problema alguno, incluso si se monta el techo panorámico opcional. Hemos medido 96 cm en las plazas posteriores, suficiente para que adultos de estatura superior a la media se puedan acomodar sin pegas (calculamos que hasta 190 cm aproximadamente). Además, en estas plazas hay varios elementos que hacen más agradable la vida a bordo, como por ejemplo un climatizador independiente del de las plazas delanteras, unos asientos con calefacción (los de los extremos) o cortinillas retráctiles para las ventanillas laterales. Lo que no tiene es una banqueta con ajuste longitudinal o respaldos con ajuste en inclinación, dos elementos que resultan muy útiles de cara a un uso familiar y con los que si cuenta el Q5 (el equivalente al Q6 e-tron con motores de combustión).
El maletero posterior del Q6 e-tron tiene 526 litros de capacidad en todas las versiones excepto en la de mayor potencia (SQ6 e-tron), que se queda en 514. Frente a sus alternativas con motores eléctricos se queda en un punto intermedio, superando a modelos como el Ford Mustang Mach-E (502 l) o el Seres 5 (434 l) y por debajo de otros como el Peugeot E-5008 (748 l) o el Porsche Macan (624 l). Cifras aparte, el maletero del Q6 e-tron conserva el habitual cuidado que Audi pone esta zona de sus coches, con un tapizado de calidad, unas formas muy aprovechables, una iluminación muy potente y muchos elementos para mantener la carga organizada y sujeta (grandes cintas elásticas, redes en las paredes laterales, perchas escamoteables o ganchos de metal en el piso y en las paredes laterales).
Opcionalmente también se puede pedir un maletero bajo el capó con 64 litros de capacidad que viene incluido en un paquete a un coste relativamente bajo (575 €). No es muy grande (ni lo contrario) y sirve perfectamente para llevar los cables de recarga y algún elemento adicional (imagen).