El Audi S3 es la versión más potente del A3, está a la venta desde 40.100 € (todos los precios). El modelo de 2008 está disponible con carrocería de tres (imágenes) o cinco puertas («Sportback»; imágenes), algo que no ocurría en la gama anterior(sólo tenía de tres).
El precio del S3 es alto, pero tiene ciertas características que lo valen: su calidad de acabado, su confort para un uso diario (tratándose del tipo de coche que es) y sus inusuales cualidades dinámicas que son sobresalientes (sobre todo, las que tienen que ver con su capacidad de aceleración).
Otra novedad importante es que se puede adquirir con cambio automático de doble embrague «S tronic» (de seis marchas), además de con el cambio manual. El S3 de 2007 no podía tenerlo y la explicación de Audi era que «lo adecuado para un deportivo es un cambio manual».
Según datos oficiales, el S3 con cambio «S tronic» es más veloz que con cambio manual y su consumo ligeramente inferior (tabla comparativa).
El cambio automático supone un sobre coste de 2.230 €. Es una cantidad elevada y difícil de justificar por la ganancia de prestaciones y el menor consumo, pero sí puede interesar por el agrado que proporciona a la conducción y por su excelente funcionamiento. El S3 que hemos probado tenía cambio manual.
Conducción
Las impresiones que hemos tenido al conducirlo no difieren frente a las que tuvimos con el modelo de 2007.
Con el S3 resulta relativamente sencillo ir rápido. La facilidad de conducción viene dada por la aparente sencillez con que sigue la dirección que se marca con el volante. Lo de relativo es porque, en un coche con la capacidad de acelerar que tiene éste (prestaciones hechas por km77.com), las curvas se suceden con gran rapidez y da poco margen a la distracción.
A algunos conductores les parecerá un coche poco ágil porque no es muy sensible a las variaciones de velocidad en los apoyos (una característica que sí pueden valorar otro tipo de conductores). En algunas curvas muy lentas, es posible que el coche redondee algo la curva gracias a un pequeño sobreviraje que puede producirse acelerando a fondo. Es un deslizamiento pequeño que no sorprende al conductor porque no aparece de forma brusca ni descontrolada.
Audi ha hecho un coche relativamente cómodo para un uso normal (es duro de suspensión, pero no seco), y sin embargo, por sus reacciones en curva es muy interesante para un uso como deportivo y para quien disfrute de la conducción. Esa eficacia en curva no hace que tenga reacciones bruscas; de hecho es más fácil de conducir que un BMW 130i (que es tracción trasera en vez de total). Respecto a un A3 normal, en el S3 la carrocería queda 25 mm más cerca del suelo.
Nosotros lo hemos probado con la suspensión opcional «Magnetic Ride» (1.285 €) que varía automáticamente la respuesta de los amortiguadores. Tiene dos programas de funcionamiento: uno normal y otro deportivo. Con el normal, los movimientos verticales de la carrocería son pequeños pero, aún con ello, no es una suspensión particularmente incómoda. En el modo «Sport» aumenta la dureza y se sienten constantemente todo tipo de irregularidad del asfalto; en carretera abierta no creo que compense llevar activado este programa deportivo puesto que lo que se pierde en confort no lo compensa la ganancia en estabilidad.
En un coche con tracción delantera hay que esperar a estar ya casi fuera de la curva para pisar el acelerador a fondo para que no se produzca un subviraje. En el S3, gracias a la tracción total, es posible anticipar ese momento sin que se produzca una variación importante de la trayectoria.
El control de estabilidad, en general, no suele estorbar si se conduce de forma «decidida» sobre asfalto en buen estado. En todo caso, entra en funcionamiento para controlar las pequeñas pérdidas de tracción al acelerar con intensidad a la salida de las curvas.
El motor del S3 es uno de los puntos fuertes de este modelo. Es de cuatro cilindros, un 2.0 TFSI, en la variante de 265 CV. Tiene inyección directa de gasolina y está sobrealimentado mediante un turbocompresor, de mayor tamaño que el de la versión de 200 CV, capaz de generar una sobrepresión de 1,2 bar (más información del motor).
Todos los motores buenos tienen encanto, los atmosféricos y los turbo. Los primeros —como el del BMW 130i— tienen un funcionamiento suave y con una respuesta al acelerador que hace que sean muy agradables de conducir. El del S3 no tiene la respuesta tan lineal, pero da un empuje a medio régimen que entusiasma y es mucho más intenso que el de un BMW 130i sin llegar a ser poco aprovechable por poco progresivo.
Es un motor con mucha fuerza. De hecho, a pesar de la tracción total (mediante un acoplamiento Haldex), no es infrecuente ver como se ilumina el testigo del control de tracción al acelerar con intensidad si la carretera no está en buen estado, algo no siempre habitual en coches potentes de tracción total. No he podido conducirlo sobre asfalto mojado.
Según los datos homologados, con cualquiera de las dos posibles carrocerías y cambio de marchas, el nuevo S3 gasta menos que el modelo de 2007 (ficha comparativa) porque la parte inferior de la carrocería va carenada y porque el ajuste del sistema de tracción total es diferente para mejorar la eficiencia energética. Nosotros, en el recorrido que hacemos por carretera de más de dos carriles por sentido, hemos obtenido una reducción de casi 1 l/100 km circulando a la misma velocidad media (133 km/h).
De entre los coches que tienen unas características semejantes, no es el que menos consume, pero se distingue por sus prestaciones (tabla comparativa). Así, todos los que gastan menos sólo tienen tracción en un eje y sus prestaciones son peores, como el BMW 130i, el Opel Astra OPC o el SEAT León 2.0 TFSI 240 CV Cupra.
La dirección tiene buen tacto pero peca de ser poco directa (hay tres vueltas de volante entre topes).
Equipamiento
La carrocería del S3 lleva algunos de los cambios de la gama A3 de 2009. Así, los faros tienen una forma diferente e incluyen una función de luz de día mediante una tira de diodos luminosos. Los pilotos tienen fibra óptica para distribuir la luz y los retrovisores, con la carcasa cromada, llevan incorporadas las intermitencias.
Los airbags frontales, laterales delanteros y de cabeza, el control de estabilidad, el climatizador o los faros de xenón son alguno de los elementos que tiene de serie. Se echan en falta, dado lo que cuesta, que otros como la conexión automática de luces y limpiaparabrisas o los retrovisores plegables eléctricamente sean opcionales.
Los asientos pueden ir tapizados con tela, una combinación de piel y Alcántara o todo en piel. Opcionalmente, hay unos asientos de tipo «bacquet». Con ellos, la sujeción es muy elevada, pero los prominentes resaltes laterales dificultan claramente el acceso, y sobre todo, la salida del coche incluso a personas ágiles. Con el techo corredizo opcional, la altura interior es insuficiente para conductores de más de 1,90 m de altura.
Salvo por los detalles decorativos y los asientos, el habitáculo y el maletero son idénticos al resto de la gama A3 (más información).