Las buenas sensaciones que ya me habían transmitido anteriormente los Alfa 156 se han visto incrementadas al probar los modelos con los renovados motores. Tiene una dirección muy precisa y unas reacciones suaves; se puede ir deprisa sin que el coche se vuelva exigente. La suspensión es más blanda que la que tiene un Nissan Primera o un Ford Mondeo (que también son coches muy estables); Alfa Romeo tiene una opción de suspensión deportiva.
He tenido ocasión de probar el 2.0 JTS (165 CV), el 1.9 JTD y el 2.4 JTD (ahora con 116 y 150 CV respectivamente).
El nuevo motor gasolina 2.0 JTS de inyección directa me ha parecido enérgico, capaz de subir con fuerza desde bajo régimen hasta 7.000 rpm y de ofrecer unas buenas prestaciones en el 156 (se anuncia una velocidad máxima de 220 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 8,2 s). Tiene cuatro cilindros, pero su sonido es diferente al habitual en un cuatro cilindros, algo más ronco, casi más parecido al de un motor boxer de cilindros horizontales y opuestos. Esto ya ocurría en otros motores de cuatro cilindros de Alfa y Lancia. El 156 2.0 JTS no parece ruidoso.
No he podido medir consumos, pero las cifras que daba el ordenador de viaje en una conducción muy exigente eran tan altas como en cualquier motor de inyección indirecta. El consumo medio homologado (8,6 l/100 km) es incluso ligeramente superior al del anterior 2.0 de 155 CV de inyección indirecta (8,5 l/100 km). La mezcla pobre sólo la realiza hasta 1.500 rpm. A ese régimen, en 5ª, sólo vamos a 51 km/h, lo cual hace inviable sacar partido a dicha circunstancia en conducción normal por carretera o ciudad.
El 156 con el motor 1.9 JTD me ha parecido un coche muy equilibrado, rápido a la hora de adelantar, poco ruidoso y potente desde bajo régimen, una versión recomendable para quienes quieran un coche suficientemente rápido pero también económico.
Aquellos que prefieran más prestaciones encontrarán en el 2.4 JTD mayores sensaciones. Su motor de cinco cilindros en línea tiene un sonido muy agradable; cuando se acelera a fondo es algo más alto que el 1.9 JTD, (tiene un tono parecido a los motores de gasolina de Alfa Romeo) pero casi no se distingue que es un motor Diesel, ni siquiera al ralentí.
En carreteras con curvas me ha gustado más la versión 1.9 JTD que el 2.4 JTD, 80 kg más pesado. El más ligero parece mejor amortiguado cuando pasa por encima de irregularidades y es más directo a las solicitudes con el volante.
Al igual que el 1.9 JTD tiene una energía extraordinaria desde 1.750 rpm (en marchas largas comienzan a tirar con fuerza ya desde 1.650 rpm), pero a diferencia del motor menos potente, se mete en la zona roja del cuentavueltas (5.000 rpm) casi sin darnos cuenta, mientras que el de 116 CV se queda sin empuje entre 4.250 y 4.500 rpm. Sus prestaciones son destacables: 212 km/h y 9,4 s de 0 a 100 km/h.
Comparado con el 2.0 JTS de gasolina, el 156 2.4 JTD me ha parecido más agradable de conducir desde bajas vueltas, e incluso, el «empujón» que aporta su turbocompresor nos transmite la sensación inicial de que corre más. Sin embargo, cuando exprimimos la mecánica del 2.0 JTS notamos sus mayores prestaciones. La diferencia es que con el 2.4 JTD tenemos la sensación de ir rápido sin esfuerzo y con el 2.0 JTS tenemos que ir exprimiendo más el motor para ir rápido. Con un consumo medio de sólo 6,6 l/100 km, la relación prestaciones/consumo parece más favorable en el 156 2.4 JTD que en el 2.0 JTS.
Por estabilidad, la única gran diferencia es el nuevo control de estabilidad que todos los 156 tienen ahora de serie (denominado VDC en Alfa). El aplomo de este coche es excelente y permite mantener una velocidad de crucero elevada con mucha sensación de seguridad. El control de estabilidad no es desconectable (sí lo es elcontrol de tracción), pero permite realizar una conducción deportiva sin problemas porque, incluso, deja que el coche llegue a deslizar ligeramente antes de entrar en funcionamiento. Como es habitual entre los controles de estabilidad, el de los 156 es eficaz en sobreviraje pero no tanto ensubviraje.
El cambio Selespeed (disponible sólo en el 2.0 JTS y en el GTA) tiene ahora los pulsadores secuenciales detrás del volante (como en el Alfa 147), en una posición mucho más cómoda que en los anteriores 156 (con unos mandos en la parte frontal que obligaban a mover la mano ligeramente para accionarlos). Lo he probado con el motor 2.0 JTS y me ha parecido tan fácil de manejar como rápido y eficaz para cualquier estilo de conducción.
En el interior, la impresión inicial que transmite el nuevo salpicadero es muy buena, tanto por materiales, como por disposición de los mandos o remate de sus elementos. Lo único que encuentro menos acertado es que el plástico mullido del salpicadero y las puertas es muy rugoso, algo áspero y difícil de limpiar (es idéntico al de los 147). También encuentro mejorable la situación de los mandos eléctricos que regulan el apoyo lumbar y la inclinación del respaldo (en el lateral del asiento y muy separados) y los botones que conectan el sistema calefactor de los asientos (colocados debajo de la banqueta en un sitio difícil de accionar y más todavía de encontrar).