Muchos de estos retoques afectan más a los materiales que al diseño. Por ejemplo, el acabado del plástico que tienen el salpicadero y las puertas es de un nuevo tipo (tratado con láser), que refleja la luz de otra manera y tiene distinto tacto.Por fuera es difícil distinguir a un Alfa Romeo 156 de los nuevos; ahora tiene los espejos retrovisores y las molduras de los paragolpes del color de la carrocería. Ni siquiera hay llantas nuevas (que es lo normal en un cambio de modelo como éste). Por dentro hay muchos pequeños retoques, aunque el diseño interior es esencialmente el mismo.
Hay remates cromados en distintas piezas, como el marco de la cerradura de la guantera, de los tiradores interiores de las puertas y en el salpicadero. El embellecedor de los mandos del climatizador y del cambio, los marcos de la instrumentación y el recubrimiento del volante también están hechos con otros materiales.
Tiene un cenicero y un hueco en la consola más grandes y algunos mandos mejor colocados. Los botones para conectar los antiniebla y el mando para ajustar los retrovisores están ahora justo detrás de la palanca de cambio.
Del diseño interior cambian los distintos tipos de volante que pueden tener, las salidas de ventilación centrales del salpicadero y —sobre todo— la pantalla que puede llevar ahora entre esas dos salidas de aire.
Hay tres tipos de tapicerías, según el color: la «clásica» es azul o gris; la «elegante» es beis; y la «deportiva» es de colores oscuros con costuras rojas o grises.