El maletero del Sportwagon tiene 360 litros de volumen: poco más que un Fiat Punto o un Seat Ibiza, menos que cualquier otro familiar de su tamaño. Este volumen se mide hasta la cubierta flexible que lo tapa por arriba; sin ella y abatiendo el respaldo trasero, alcanza 1.180 litros, que tampoco es mucho para esas condiciones. Lo que le falta principalmente es fondo; sin plegar los asientos tiene poco más de 90 cm de profundidad. La anchura del maletero no es mala, pero no suficiente para facilitar la carga cuando hay mucho equipaje. Otra cosa que dificulta la carga es que el borde del maletero queda muy alto.
Hay algunos buenos detalles en el maletero: lleva dos guanteras de poca profundidad, los ganchos para sujetar la red son cromados (más resistentes al roce), hay previsto un lugar para dejar los reposacabezas cuando se abate el asiento donde ocupan poco sitio, tiene una toma de corriente de tipo mechero y hay dos redes (opcionales, 19.000 pesetas) que se pueden sujetar en distintos lugares, muy útiles para llevar objetos sin que se muevan.
También opcionalmente (30.000) hay una red que separa completamente el maletero del espacio para los pasajeros, muy recomendable para llevar objetos pesados o animales. Lo malo es que esta red está integrada en el mismo soporte de la bandeja flexible, y no se puede poner más adelante de donde está. Por esta razón, la longitud útil por detrás de la red sigue siendo poco más de 90 cm. El espacio para los pasajeros delante es suficiente pero detrás no, si van personas adultas, porque hay poco espacio para las piernas.
El puesto de conducción es satisfactorio en general, con dos salvedades; si quien conduce es alto o va con el respaldo poco tendido, entonces es posible que no vea bien la parte superior de la instrumentación. Que no toda ella esté dispuesta delante es un inconveniente; poner los indicadores de nivel de combustible y temperatura de refrigerante en la consola (junto al reloj) le da un cierto aire deportivo, pero es menos práctico. El otro eventual inconveniente es que el reposapiés izquierdo no es muy ancho y obliga a tener la pierna más bien flexionada.
Por lo demás, el coche tiene todo lo que tiene que tener: buena visibilidad (también en tres cuartos trasero); correcta relación entre pedales, asiento y volante; y un grado de ajuste suficiente para que se sientan a gusto personas muy distintas. La visibilidad es buena hacia todos lados, salvo en los casos (no frecuentes) en los que el salpicadero se refleja en el parabrisas.
La ventilación es satisfactoria desde el punto de vista de caudal y ruido, pero tiene unas salidas de aire con las que no resulta fácil evitar que una corriente de aire incida en el cuerpo, si el caudal es alto. Cuando hace mucho calor y es precisa una rápida renovación del aire, por ejemplo, puede ser molesto.