El Alfa 147 1.6 16V tiene una estabilidad muy buena. Sin embargo, no me ha parecido realmente mucho mejor que el anterior Alfa 145, que ya estaba a un sensacional nivel. Las suspensiones tienen un dureza intermedia, de manera que ofrece una buena estabilidad sin resultar incómodo. La amortiguación es ligeramente más dura que en otros rivales, pero sigue ofreciendo una relación muy buena entre estabilidad y comodidad. Lo que empobrece el confort es la elevada sonoridad del motor y también los ruidos aerodinámicos y de rodadura que se aprecian en el interior; lo cierto es que la mayoría de los gasolina de este segmento son ruidosos.
El nuevo Alfa 147 1.6 16V es muy fácil de conducir; tiene reacciones muy progresivas y predecibles. En las curvas subvira ligeramente, especialmente si se gira más de lo necesario. Con relación al 145 y a competidores como Xsara, Focus o Mégane, el hecho de ser tan poco sobrevirador y su mayor peso, le resta cierta agilidad y precisión en el eje delantero.
En cualquier caso, el Alfa 147 permite disfrutar en una conducción de estilo deportivo, va muy bien en carreteras de curvas lentas y aún mejor en curvas rápidas gracias a unas vías que son casi tan anchas como en el Alfa 156. Podemos levantar el pie del acelerador en medio de un apoyo o incluso frenar fuerte, ya que el eje trasero difícilmente se mueve.
Si lo provocamos, las ruedas traseras llegan a deslizar, pero rápidamente el control de estabilidad(sólo disponible opcionalmente en la versión Distinctive), impide que el coche sobrevire. A diferencia de otros modelos, el control de estabilidad no se puede desactivar en el Alfa 147, lo que hace prácticamente imposible llegar a derrapar con él en condiciones normales. Está ajustado de forma que podemos realizar una conducción «deportiva» sin problemas. Sí se puede desconectar el control de tracción mediante un botón situado en la consola central. Dicho elemento es de serie, aunque con el motor de 120 CV me parece innecesario, pues la potencia del coche y la buena motricidad que aporta la suspensión delantera no comprometen su capacidad de tracción. Yo no he apreciado pérdidas de motricidad ni siquiera sobre asfalto mojado.
Al no ser desconectable, no he probado el Alfa 147 sin control de estabilidad, pero da la sensación de tener unas reacciones muy progresivas en el eje trasero y no es fácil que los neumáticos lleguen a deslizar.