El interior del WEY Coffee 01 deja muy buena sensación. Los materiales que ha elegido la marca son vistosos en su mayor parte y tienen un tacto bueno. Es posible que algunos plásticos, como el reborde del cajón con tapa que hay entre los asientos o el de la parte inferior de las puertas sean de peor calidad que el resto, pero tampoco dejan una mala sensación, en absoluto. En conjunto, el WEY Coffee 01 es un coche hecho con esmero, donde se respira incluso un ambiente de lujo y en el que no resulta sencillo encontrar fallos de acabado o de ajuste.
En el interior hay tres pantallas. Una para la instrumentación alargada (9,2 pulgadas), otra de 14,6 pulgadas para el sistema multimedia (imagen) y otra, justo por debajo de las salidas de ventilación, que sirve principalmente para controlar las funciones del sistema de climatización (imagen). Esa última está muy tendida, en una posición que quizá requiera un periodo de adaptación. Además, para consultar su información o cambiar la temperatura del climatizador (se puede hacer deslizando dos dedos arriba o abajo o pulsando unas flechitas) hay que agachar un poco la cabeza y desviar la vista de la carretera (no hay botones físicos que se puedan reconocer al tacto). Desde esa pantalla también se pueden hacer otras funciones como abrir el techo solar o activar la calefacción de los asientos posteriores.
La pantalla de la instrumentación así de delgada me parece un acierto porque el volante no la oculta en ningún momento. Además, la información que muestra es clara y suficiente, sin adornos innecesarios y con un buen grado de nitidez. Sí es posible que algunas indicaciones resulten algo pequeñas, como los datos de consumo.
La pantalla del sistema multimedia me parece de una calidad correcta, no sobresaliente. Funciona con fluidez y su estructura de menús no me parece más complicada que la de otros coches modernos con tantas cosas que manejar y configurar. El sistema multimedia está controlado con un chip Qualcomm Snapdragon 8155.
Los asientos delanteros me han parecido muy cómodos, con un mullido tirando a blando (pero que no cede en exceso) y con un correcto soporte lateral. En el nivel de equipamiento más costoso, el asiento del conductor tiene más regulaciones eléctricas que los de serie y los dos delanteros llevan ventilación. Existe la posibilidad de añadir función masaje, pero no se puede disponer tantas atenciones como BMW o Mercedes-Benz ofrecen en sus asientos tope de gama, donde incluso es posible cambiar la curvatura del respaldo o su anchura.
La posición de conducción es buena. Se va sentado en una posición elevada, pero no tanto como en un Land Rover Range Rover. Desde el puesto de conducción se controla razonablemente bien el entorno, aunque las cámaras de visión periférica (dan una imagen correcta, pero no excepcional) ayudan mucho en las maniobras.
La cantidad de espacio en las plazas posteriores es normal. Lo mejor es que hay mucho espacio para las piernas en sentido longitudinal y es posible viajar con las piernas muy estiradas. La anchura entre puertas no es muy grande para el tamaño exterior de la carrocería y la altura libre al techo es normal. Se echan en falta que en estas plazas haya regulaciones independientes del caudal y temperatura del aire del climatizador. Los respaldos tienen dos posiciones de inclinación.
Algunos pasajeros de las plazas traseras pueden notar que la banqueta trasera está algo cerca del piso. Eso se debe a que la batería está por debajo de la carrocería, como en algunos vehículos eléctricos puros.
El maletero tiene apertura eléctrica. Su interior es muy aprovechable porque las paredes laterales son prácticamente planas. Hay ganchos para colgar objetos y argollas para sujetar la carga. La anchura de la superficie de carga es normal, pero no así la altura hasta la cortinilla, que es reducida y es lo que determina en mayor medida que el maletero sea escaso.