Volkswagen Touareg (2003) | Impresiones de conducción en campo
Aunque es un coche de carrocería grande (muy largo y ancho), se desenvuelve por terreno agreste con una agilidad sorprendente; sólo en zonas muy estrechas puede resultar menos útil que un todo terreno más pequeño. Su diámetro de giro es 11,6 m, en la línea de los mejores.
He tenido ocasión de conducir el Touareg en una zona muy trialera y transitar por caminos exigentes con fuertes subidas y bajadas con piso irregular. El resultado ha sido satisfactorio, a pesar de unos neumáticos de compromiso entre carretera y campo. Con el cambio automático, la conducción todo terreno resulta muy cómoda; con el V10 TDI puede subir por rampas muy inclinadas sin recurrir a la reductora. En cualquier caso, el uso de la reductora sigue siendo recomendable, sobre todo para no forzar tanto al motor y para poder realizar bajadas pronunciadas con más seguridad. La reductora se encarga de retener el coche para que no se embale, y está apoyada eficazmente por el sistema de control de descenso.
El paso por zonas trialeras no supone un obstáculo para el Touareg. Aunque es muy fácil dejar una rueda en el aire, el bloqueo automático del diferencial central y trasero (este último opcional) proporciona una gran capacidad de tracción. El mando giratorio que sirve para seleccionar la reductora y el bloqueo manual de los diferenciales se acciona desde el puesto de conducción con enorme facilidad y comodidad. El sistema EDS, que se encarga de frenar selectivamente las ruedas que pierden tracción, hace innecesario el bloqueo manual de los diferenciales en la mayoría de las ocasiones.
La máxima pendiente superable y el ángulo de inclinación máxima son, en ambos casos, de 45°, lo habitual en este tipo de modelos. Su altura de vadeo sí es destacable, 500 mm con suspensión normal y 580 mm con suspensión neumática; todos los elementos mecánicos y eléctricos que pueden quedar sumergidos están preparados para ello. También tiene juntas especiales en las puertas para impedir el paso de agua al interior. He probado a pasar por un río que cubría muy por encima del borde inferior de la puerta, y no entró agua en el habitáculo.