El Volkswagen Polo GTI, que tiene un motor de 2,0 litros y 200 caballos, es la versión más potente de la gama Polo 2018. A diferencia del modelo al que sustituye, solo se puede adquirir con una carrocería de cinco puertas. Está disponible desde 23 920 euros con el cambio de marchas manual y por 25 610 con el automático (precios, equipamiento y ficha técnica).
Es un vehículo muy veloz en las rectas y en las curvas amplias, aunque no lo es tanto en las carreteras más retorcidas, especialmente con las ruedas de serie, que implican unos neumáticos que no están hechos para dar mucha adherencia. Aunque es pequeño y potente, no se puede considerar un deportivo. O por lo menos, no lo es tanto como sus principales rivales: el Ford Fiesta ST y el MINI Cooper S 5 puertas. El primero es ligeramente más costoso que el Polo y el MINI lo es mucho más (listado, ordenado por precio, de turismos de gasolina potencia comprendida entre 180 y 220 caballos y carrocería de entre 4,0 y 4,2 metros de longitud).
Que no sea un deportivo no es una crítica. Es sólo una característica que, además, no siempre es deseable. Hay quien no busca un coche rápido para ir a toda velocidad en un circuito o en una carretera de montaña y, no por ello, quiere renunciar a una potencia elevada para disponer de una gran reserva de aceleración en cualquier momento.
En el día a día, el Polo GTI se maneja casi con la normalidad de un Polo de menor potencia. A sus mandos, los viajes por vías amplias se pueden completar a una velocidad media elevada con poco esfuerzo. El conductor no tiene que soportar una suspensión incómoda (tiene una amortiguación controlada electrónicamente con dos ajustes de dureza) ni un interior ruidoso. Esta afirmación hay que ponerla en contexto porque, a fin de cuentas, el Polo es un coche pequeño y no está tan bien aislado como, por ejemplo, un Volkswagen Golf.
El motor es una delicia para todo tipo de uso, pues da un empuje intenso e inmediato a casi cualquier régimen. Según nuestras mediciones, el Volkswagen Polo GTI no da tanta capacidad de aceleración como el del Fiesta ST, pero gasta un poco menos de carburante.
Se puede elegir con cambio de marchas manual o automático (DSG) de seis relaciones. Nuestra unidad tenía este último y no me ha gustado nada en la ciudad porque da tirones al comenzar la marcha (desconozco si se trataba de un problema aislado de nuestra unidad de pruebas —que ya tenía 20 000 kilómetros— o generalizado). Funciona claramente mejor fuera de la ciudad, donde no se notan tirones y la selección de una u otra relación se produce con rapidez. No he probado el cambio de marchas manual. Hay más información sobre estos y otros detalles en el apartado de Impresiones de conducción.
Estéticamente, el GTI se distingue del resto de versiones de la gama porque tiene unos parachoques distintos, elementos decorativos de color rojo en algunos puntos de la carrocería (pinzas de freno o faros, por ejemplo), un alerón específico pintado en color negro en la parte final del techo, unas llantas de aleación de 17 pulgadas o dos salidas de escape cromadas (imagen). En el habitáculo, los asientos tienen un diseño distinto y un tapizado de cuadros (como el que tiene el Golf GTI; imagen), los pespuntes del volante y del fuelle de la palanca de cambios son de color rojo y el volante tiene inscrita la palabra «GTI» (imagen). No hay diferencias en cuanto a habitabilidad frente al resto de versiones de la gama Polo (mediciones del interior), aunque el maletero tiene menos capacidad porque lleva de serie una rueda de repuesto de tamaño reducido (el resto lleva un kit de reparación de neumáticos en caso de pinchazo).
Nuestra unidad de pruebas tenía la opción denominada «ArtVelours», que incluye unos asientos específicos que proporcionan buena sujeción y son cómodos (imagen). No hemos podido compararlos con los asientos de serie (imagen).
El equipamiento de serie es específico para la versión GTI e incluye elementos como los faros y pilotos de ledes, la instrumentación digital «Digital Cockpit» (imagen), la suspensión adaptativa «Sport Select» mencionada anteriormente, el climatizador automático de dos zonas, el programador de velocidad activo o el sistema multimedia «Composition Media» con pantalla táctil de ocho pulgadas (imagen).
Opcionalmente puede tener un sistema de aparcamiento semi-automático, uno de acceso y arranque sin llave, una cámara trasera de ayuda al estacionamiento (imagen), un detector de vehículos en el ángulo muerto de los retrovisores, un techo panorámico de cristal (imagen) o un sistema de sonido «Beats» con siete altavoces (incluido uno de graves).
Hay cinco colores disponibles para la carrocería: Blanco Puro, Rojo Flash, Negro profundo, Gris Caliza y Azul Atlántico (galería de imágenes).
En nuestro comparador de seguros de coche hemos calculado el precio de una póliza a todo riesgo sin franquicia para un Volkswagen Polo GT. El tomador y conductor principal es un hombre de 32 años que vive en Madrid, guarda el coche en un garaje colectivo y recorre unos 20 000 ki. Esta persona lleva 11 años como titular de un seguro de vehículo. Con estos datos, el precio más bajo lo ofrece Mapfre por 295 euros (esta póliza ofrece una puntuación entre calidad y precio de 8,52 puntos sobre 10).