El bastidor del Beetle ha sido ligeramente modificado con relación al modelo cerrado. Aparte de los cambios necesarios para eliminar el techo duro, se ha variado la posición del asiento posterior y la estructura lateral, para dar cobijo a los anclajes de la capota (este es el motivo por el cual la anchura de las plazas posteriores ha decrecido más de 20 centímetros). Las medidas externas de longitud y anchura son idénticas en ambas versiones. El Cabrio es 4 mm más alto, que no se aprecian a simple vista. En la documentación suministrada por la marca se pueden observar variaciones mínimas: un milímetro en la distancia entre ejes, 2 mm en el ancho de vía delantero y 7 mm en el ancho de vía trasero.

La mayor anchura de los montantes de la carrocería en la parte posterior ha obligado a modificar el sistema de abatir los asientos delanteros, para ofrecer un acceso más cómodo a la zona posterior. Una variación mínima pero curiosa es que se ha eliminado el botón del seguro situado en la parte superior de la puerta. En su lugar se ha situado el LED, que se ilumina al bloquear las puertas. También es diferente la ventanilla posterior, que es fija en la versión con techo. De ninguna forma podría quedarse fija en la versión Cabrio y aunque el espacio para alojarla resulta escaso, se ha logrado esconderla completamente mediante una rotación que se añade al movimiento de traslación. Que las ventanillas puedan descender también obliga a ensanchar los laterales posteriores.

Detrás de los asientos traseros hay lo que Volkswagen denomina un arco de seguridad retráctil. El Beetle Cabrio tiene un sensor que detecta la existencia de un posible vuelco. En tal caso, en la zona de los reposacabezas traseros se elevan dos paneles metálicos, de alta resistencia, que protegen a los ocupantes y les proporcionan un espacio habitable de suficiente altura en caso de vuelco . Ninguno de sus posibles competidores (Golf Cabrio, Mégane Cabrio, Astra Cabrio o Citroën C3 Pluriel) tiene protecciones contra el vuelco de este tipo.