El Toyota Urban Cruiser podría catalogarse, por su carrocería, como un turismo alto o un monovolumen pequeño.
José Robledo
Se comercializa con dos motores, uno de gasolina (101 CV) y otro Diesel (90 CV) en todo caso con cambio manual. El Diesel se puede elegir con tracción delantera o total.
José Robledo
El Toyota Urban Cruiser tiene mejor tacto en carretera que un Yaris, principalmente porque su carrocería parece mejor sujeta por la suspensión y porque es más difícil que se descoloque cuando se va rápido por una carretera revirada.
José Robledo
Todas las versiones tienen de serie el control de estabilidad («VSD» en Toyota).
José Robledo
El Urban Cruiser es fácil de conducir porque hay que cometer un error muy grande de conducción para que tenga reacciones que puedan poner en aprietos al conductor.
José Robledo
La versión Diesel de 90 CV tiene un motor que no es muy ruidoso, funciona con suavidad, da un empuje notable y no gasta mucho.
José Robledo
El cambio de marchas, de seis relaciones, es rápido y relativamente preciso. Tan sólo en las reducciones de quita a cuarta me ha costado, en ocasiones, engranar la marcha.
José Robledo
Con el motor 1.4 D-4D, el Urban Cruiser gasta muy poco combustible. A 125 km/h de media, el consumo fue 5,8 l/100 km.
José Robledo
En ciudad no es preferible al Yaris. Maniobra peor (el diámetro de giro son 11 m y el del Yaris 9,4 m), su carrocería es más voluminosa y su conductor tiene peor visibilidad del tráfico circundante.
José Robledo
En ciudad se maneja bien porque su dirección es muy directa (tan sólo tiene 2, 5 vueltas de volante entre topes, que es muy poco); hay que manotear muy poco el volante al maniobrar o doblar esquinas.
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